CAPITULO V : VINO & SANGRE

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Ambos terminaron recostados charlando luego de besarse por tanto tiempo que sus labios ardían, igualmente no tardaron mucho en sentarse para seguir asaltando aquella bebida.

—¿Y ahora si me dirás que sucedió? —dijo acomodando los cabellos de su sobrina lejos de su cara.

—No debería decírtelo. —musitó mirándolo — pero a la vez quisiera decírtelo. —sonrió con algo de malicia.

—Entonces dímelo. —le ofreció un último sorbo para animarla a hablar.

—Pero no puedes decirle a nadie. —mencionó después de beber de golpe lo que quedaba, chorreando un poco por su barbilla.

—¿Otro secreto más que tenemos que guardar? —lamio el camino que había seguido el vino por su cuello.— Puedo hacerlo. —le susurro luego de robarle un corto beso.

—Tu hermano salía del cuarto de Helaena totalmente desalineado. —arrastro las palabras y en su estado de ebriedad le era difícil no demostrar la ira,dolor e indignación que le causaba.

—Eso no es algo nuevo. —solto una carcajada y aún cuándo vio la expresión de molestia de la joven no paro de reír.— Desde hace un tiempo lo descubrí, pero la verdad poco me importa. —aunque luego se mostro molesto.— Pero veo que a la llorona si le importa demasiado. —dijo tomando con violencia el rostro de la joven al ver sus ojos hechos un mar de lagrimas.

—No me importa lo que ellos hagan. —se apartó con la misma violencia. Se sentía un poco hipócrita después de juzgar a Aemond así cuando ella se la pasaba besándose con su hermano, pero hasta un punto ella estaba segura que no iría más lejos que eso, y que si él no la hubiera apartado ni siquiera hubiera seguido con las insinuaciones de Aegon.

—Mientes y lo sabés. —sus ojos la juzgaban— Mi hermano es un idiota y un niño, deberías dejar de interesarte en él. —le reclamo intentando tomar su mano cuando ella se levanto de la cama, cosa que no logro.

—Tú también eres un idiota y él ya no es un niño, no desde el momento que se la metió a tu hermana, a tu esposa. —escupía las palabras con odio y dolor.

—Bueno, no es que Helaena haya sido la primera. —hecho una carcajada con malicia— ¿Tu íntimo amigo no te lo dijo antes? Dejo de hablarte porque ya había conseguido lo que quería, estar en las piernas de alguien. —parte verdad, parte mentira, pero él sabía que serviría para hacer más grande esa herida.

—Supongo que la única idiota y la única niña en este puto castillo soy yo. —dijo partiendo hacía la puerta.

—Yo podría cambiar lo segundo. —exclamó mirandola desde la cama.

—No hoy. —fue lo único que dijo antes de irse.

Estaba furiosa, desconsolada, pero aún así una gota de sentido común le decía que no era el momento, pero era claro que no se mantendría casta para ese idiota de su prometido y aunque suene descabellado Aegon era su mejor opción por ahora.

Aegon mordió su labio con fuerza, lento pero seguro la conseguiría, ya se habían dejado en claro que se deseaban y ya había dejado abierta la puerta de en algún momento entregarsele a él y por ahora eso era suficiente.

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Secretos & Deseos {Aemond/Aegon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora