Secretos & Deseos {Aemond/Aegon}

CAPITULO XXXX: ALCOHOL

Los días pasaban tranquilos en Dragonstone, ya no era necesario esconderse, intentaban no excederse frente a los criados pero en general ya no tenían que pensar tanto en que dirán los demás. Los hermanos también se sentían más tranquilos, Alaerys estaba mucho más segura ahí que en King's Landing. Contrario a lo que Daemon pensaba no la pasaba tan mal entrenando con Aemond así que todos los días los hacían, y luego se pasaba de copas con Aegon en el almuerzo.

Aegon y Alaerys estaban en los aposentos de los niños, Jaehaerys y Jaehaera estaban en los jardines mientras ellos habían traído a Maelor para que durmiese.

—¿Sabes? Estuve pensando, con razón no te gustaba el vino de la boda, es porque el niño te estaba afectando los sentidos. —Aegon estaba borracho hace dos copas atras.

—Nuestro hijo no tiene nada que ver con que ese vino haya sido horroroso. —comentó mientras acunaba al pequeño Maelor en sus brazos.

—Dijiste nuestro. —susurró sonriendo.

—¿No es así? —lo miró alzando una ceja.

—Bueno, sí, pero es la primera vez que lo dices en voz alta. —sonrió como tonto.

—Estar en Dragonstone nos da bastante libertad sobre eso. —se acercó y dejó un beso en sus labios.— Pensaba que, quizás, en algún tiempo podríamos, no lo sé, casarnos, técnicamente no tienes esposa y Aegon I tenía dos esposas ¿No? ¿Por qué yo no podría? Además, ya me propusiste matrimonio. —hubiera levantado su mano con el anillo pero tenía a Maelor con ambas manos.

—¿Lo estás proponiendo en serio? —sus ojos se iluminaron y si no tendría al niño en brazos seguramente la habría alzado.

—Sí, Aemond también está de acuerdo. —le sonrió ampliamente.— No vayas a chillar porque al fin logré que se durmiera. —susurró antes de acercarse a la cuna y colocarlo suavemente.

—Me pides demasiado. —esperó a que este libre y tomó su rostro en sus manos para besarla con intensidad.

—No aquí, Aegon. —susurró entre besos cuando sintió la mano de él bajo sus ropas.

—Bien, vamos a nuestros aposentos. —musitó entre besos.

La criada estaba por entrar cuándo ellos salían.

—Te encargó a Maelor, acaba de dormirse. —

—Bien, princesa. —

Aegon estaba demasiado ebrio como para que le importase que la mujer viera como, mientras abrazaba por detrás a Erys, le tocaba un pecho sobre la ropa «Comportate un poco.» ella lo codeó aunque no hizo que él hiciera nada diferente.

Habían llegado a los aposentos y apenas cerraron las puertas ya se estaban besando con intensidad, era verdad que por todas las cosas que habían pasado poco habían compartido la cama como tal, y ambos estaban urgidos, aún cuándo Aegon quizás había pasado algunas o varías noches con su hermano. Se habían quitado la ropa con apuro antes de llegar a la cama, el mayor terminó en la cama bajo la joven quién estaba sentada en su pelvis mientras lo besaba sin parar, él tenía una de sus manos sobre el pecho de ella y otra por su cintura. No tenían paciencia como para muchas caricias, tendrían otros momentos para eso, ahora ambos ansiaban la penetración, no fue para ninguno sorpresa que ya estaba tan mojada que el miembro del joven entró con facilidad y de golpe, ambos se tensaron y gimieron con eso, habían extrañado demasiado aquella sensación, solo se mantuvieron quietos un momento para acostumbrarse a eso antes de volver a la acción, Aegon adoraba la vista de Alaerys montandolo con tanta facilidad y confianza, se veía demasiado excitante, además sabía como moverse para volverlo totalmente loco, él aprovechaba para acariciar todo su cuerpo y adoraba ver la expresión de placer que ella ponía y aún más cuando decidió masturbarle el clítoris mientras ella se movía arriba, supo que la hizo llegar cuando se encorvo hacía adelante con torpeza escondiendo su rostro sobre el hombro de él. Entonces, el mayor, le puso las manos en las caderas para continuar embistiendola ahora más rápido hasta que también llegó al orgasmo y ahora sabía que podía terminar dentro de ella sin problemas y por los dioses, como amaba aquella sensación de acabar dentro suyo, cosa que ella también disfrutaba enormemente.