CAPITULO XXX: PREPARATIVOS

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—El principe Aemond y la princesa Alaerys. —anunció un guardia en los aposentos de la Reina.

Cuándo el par entró observaron que no solo estaba ella, sino que también estaba Helaena con sus hijos y Otto Hightower, Alaerys estaba de la mano de su prometido y tiró de ella como diciendo 'vengamos en otro momento.' pero Aemond no aceptó eso y, aún si lo hubiera hecho, ya Jaehaerys había salido corriendo a los brazos de la joven, la princesa no entendía cuál era la fascinación de su primo con ella pero le hacía bastante feliz, nunca considero que tuviera algo como un instinto maternal pero aquel pequeño derretía su corazón. Después de las típicas formalidades Aemond iba a hablar pero su abuelo lo hizo antes.

—¿Hija, por qué no le das las noticias a la princesa ya qué está aquí? —La mano del rey le hablo a la reina mientras miraba a Alaerys con intensidad.

—Encontraron a quién quiso matarte, ya no tendrás que preocuparte por eso. —Alicent no tomó las manos de la princesa solo porque ella tenía a Jaehaerys en brazos, pero puso con confianza su mano en su brazo, otro de los misterios para Alaerys es desde cuándo la Reina creyó oportuno tanto contacto físico.

—Se corto la garganta cuándo los guardias llegaron a ella. —Hightower padre añadió.

Helaena se horrorizó ante la sola idea, Alicent parecía también incómoda sobre eso, y Alaerys también, no por el hecho en sí, sino porque bien sabía que solo estaba jugando con ella o peor aún con Aemond y hasta un punto no sabía que era peor, como ya no estaban tomados de la mano porque levanto al niño no podía estar segura que su prometido no daría un paso adelante, por suerte no lo hizo pero si sintió como un ruido de molestia salía de su boca.

—Es un alivio, de por sí la compañía de Sir Arryk es a veces agobiante, el tener a todos encima mío preocupados era demasiado. —intentó responder como si ella no la hubiese matado.

—Será mejor que me marche, madre. —Helaena se notaba molesta, tenía a Maelor en brazos, el niño no tenia más de un año.

—Te acompaño, yo también estaba por marcharme. —añadió Otto, Helaena era su nieta favorita y era demasiado evidente. 

Alaerys quiso bajar al niño de sus brazos pero él se aferro con fuerzas a ella.

—Vamos Jaehaerys. —Su tía intento tomarlo en brazos pero el niño empezó a lloriquear.

—Quiero quedarme con Alaerys. —

—Ve con tu madre, ya sabes que podemos ir a dar una vuelta otro día juntos. —Intentó colaborar con su tía, siempre le dolió como su madre los prefería a sus hermanos que a ella y asumía que ese sentimiento tendría Helaena en ese momento al ver a su hijo prefiriendo a alguien más y aunque no la quisiera no quería repetir las cosas que a ella le habían hecho daño.  

—No quiero irme con ella. —Nunca había dicho tantas palabras como ese día, en general era demasiado callado y eso que ya sabia hablar.  

—Déjalo con Alaerys, yo lo llevare a tus aposentos luego. —Aemond habló y la joven no sabia si se lo sugería a su tía o si él se lo estaba ordenando, nunca había indagado mucho en su relación, era algo que le daba pánico saber. 

Helaena hizo un gesto que su sobrina no supo interpretar, no sabía si era de frustración, de enojo, de celos o una combinación de todo aquello, simplemente cargo a Maelor con una sola mano mientras le daba su otra mano a Jaehaera y se marchaba del lugar con su abuelo tras ella. 

—Lo que te quería decir madre. —Aemond no parecía haberse inmutado por aquella escena.— ¿Por qué no ayudas a Alaerys eligiendo un vestido? Además ella podría ayudarte con los demás preparativos. —

Secretos & Deseos {Aemond/Aegon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora