Alaerys nació como la primogénita de Rhaenyra Targaryen y aunque formalmente su padre es Laenor Velaryon todo el mundo nota su bastardia en sus mechones negros como la noche entre los platinados.
Solo el círculo interno de la realeza intuye que Sir...
—¿Para qué quieres verlo? Ya sabes que sigue vivo, dejalo en paz. —se quejó el platinado.
—Acaba de perder un ojo Aegon, no es como que se hizo un pequeño corte, quiero asegurarme que esté bien...—debería haberlo ido a la noche y no recién pero las cosas sucedieron de un modo muy complicado.
—¿Acaso vas a curarlo con un beso de amor verdadero? Eres una niña Alaerys, no sabes curar personas. —comentó despeinandola, el viejo Aegon volvía a aparecer.
Toco la puerta hasta que la Reina les dijo que pasaran, era obvio que ya estaría nuevamente con él.
—Reina, príncipe. —musitó haciendo una pequeña reverencia que asumía su compañero también había hecho.— Solo quería ver cómo estaba mí tío. —intento que en su voz se mostrará tranquilidad.
—Mira cariño, Alaerys vino a verte. —ni siquiera mencionó a su hermano, Alicent asumía que por la relación que antes tenían solo le importaría la presencia de ella.
El joven aún adolorido la miro y por un momento le sonrio hasta que vio a su hermano y su mueca se volvió de desagrado.
—Ahora tienes al dragón más grande de todo Westeros, eso es grandioso. —intento animarlo con una suave sonrisa.
—Y perdí un ojo y mi cara en un desastre. —comento con enojo.
—Ayer dijiste que era un trato justo, pensé qué estarías... —no sabía que palabras emplear— yo solo...—apretó sus labios— tu cara no es un desastre, se que seguramente duele pero ¿no siempre decíamos que las cicatrices eran geniales? —intento hacer esa conversación más amena.
—¡Deja de burlarte de mí! —chillo de pronto levantandose— ¡Por eso viniste con Aegon! ¡¿Cierto?! Para burlarte de como me veo. —bramo.
—Claro que no,Aemond ¿Por qué haría eso? Aegon solo me estaba acompañando. —dijo afligida mirando por un momento a la Reina que se encontraba igual de confundida que ella.
—Anoche también estaban juntos, seguro planeando como vengarte de mí y claro, ahora tenías como ¿No? —pero antes que pudieran decir algo prosiguió— ¡Todo porque hice que dijeras que te gusto! y entonces crees que creeré toda esa estupidez que no me veo como la misma mierda y luego se reiran ¿No? —el mayor tomo de los hombros a su sobrina para que mejor se marchasen y esto enfureció más al menor— ¡Qué a ti te guste no me importa porque tu a mi no, y nunca lo hare, nunca podría gustarme una bastarda que hasta su dragón prefirió morir que estar con ella!—
— ¡Aemond! —exclamó su madre— Solo estaba preocupada por ti, no es necesario la trates así.—
—Me disculpo por la intromisión Reina, me retiro. —la voz de la princesa temblaba y procuro decirlo antes de que todas las lágrimas que estaban en sus ojos comenzarán a caer por su rostro, apenas la mujer asintió ella salió corriendo con Aegon yendo detras de ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
