Sentí un frío recorrer por mi cuerpo, al parecer otra vez había tirado mis sábanas al suelo, aún tenía mucho sueño, pero ya no podía dormir; siempre me pasaba lo mismo cada mañana; oí pasos afuera de la habitación, supuse que ya habían despertado, aunque sinceramente eso me tenía sin cuidado; salí de la cama y me di una ducha, hacía frío así que me abrigue tenía ganas de salir, pero no quería que se enterara que estaba despierta así que me escabullí por la ventana.
Pensaba en ir a algún lado, pero ningún lugar paso por mi mente, suspiré y desde el balcón subí al tejado de la casa, ese era mi lugar favorito porque allí podía, despejar mi mente y aclarar mis pensamientos además estando ahí nadie me molestaba.
—Vagaba un castor por la ratonera buscando un ratón —comencé a cantar sin que quisiera—. Señor castor ¿Qué hace aquí? El señor ratón no está allí, venga mañana y cuenta así... uno y dos, tres y cuatro contó el castor sentado en un árbol —recordaba esa canción como si fuera ayer—. Vagaba el castor por la ratonera buscando un ratón, señor castor ¿Qué hace aquí? El señor ratón no está allí, venga mañana y cuenta así... cinco y seis, siete y ocho hasta que llegue el señor ratón —esa canción me tranquilizaba cuando me sentía triste y frustrada, más cuando después de trabajar las cosas se complicaban.
—Linda canción— interrumpió una voz que reconocí al instante era mi compañero de casa y de trabajo, Lee Donghae—. Layla cree que aún estás dormida ¿Sucede algo?
—No me gusta estar adentro— le dije encogiéndome de hombros—. ¿Qué quieres?
—Nada, yo solo pensé que querías compañía —mencionó tratando de ser lo más amable que podía, lo vi enarcando una ceja—. El jefe llamo, él quiere verte.
—¿Para qué? —pregunté sin tomarle mucha importancia.
—No lo sé, solo dijo que era urgente, Layla me envió a buscarte —respondió a mi pregunta.
Odiaba ir a su oficina, ahí me sentía más atrapada, además él no era el mejor jefe del mundo y no era de mi agrado, Donghae se quedó viéndome como si tuviese algo en la cara así que baje del tejado para ir a ver al jefe.
Tomé mi mochila baje las escaleras, al estar completamente abajo noté a Layla sentada en la cocina, pelaba unas papas, sentí que mi estómago se revolvía, comeríamos papas otra vez, al parecer era lo único que esa mujer sabía preparar, trate de pasar desapercibida pero no funciono.
—El jefe llamó —dijo lo suficientemente alto para que pudiese escucharla y así no poner de pretexto que al estar tan lejos no la escucharía—. Quiere verte lo más antes posible.
—Si lo sé, Donghae me dijo — conteste restándole importancia al asunto—. Por cierto, me llegará un paquete en unas horas, no lo abras y déjalo en mi habitación —le ordene.
—Deberías cambiar tu actitud conmigo —mencionó ante el tono tan autoritario de mi parte, no le hice caso y seguí mi camino, salí y tomé el autobús de camino a la oficina del jefe.
Layla era la dueña de la casa donde vivía, una mujer de treinta y cinco años de ojos castaños y piel blanca; de origen italiano, llego a Seúl junto con sus padres cuando tenía escasos dos años. No sabía mucho de ella, ya que mantener mi distancia era lo mejor, no involucrarme con alguien de una manera personal me parecía lo más sensato. Sin ataduras, sin compromisos.
Después de unos cuantos minutos llegue al enorme edificio, hombres y mujeres vestidos de traje entraban y salían, muy típico del lugar; entré a la recepción y al verme la recepcionista asintió con la cabeza, esa era mi señal, así que me dispuse a subir por el elevador; un largo viaje pues el jefe tenía el mal gusto de poner sus cosas en los últimos pisos, cuando por fin llegue su secretaría que también ya me conocía me hizo pasar.
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El León Que se Enamoró del Cordero [Con Cho Kyuhyun]
FanfictionEl León que se Enamoró del Cordero *El Canto del Castor* TN se convirtio en una chica fría y arrogante que odia la compañía y a las personas debido a la muerte inesperada de su hermana mayor Alice; TN sabe perfectamente que ella fue asesinada pero n...