CAPITULO 11

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Lucerys siempre había sentido algo por Aemond. No sabía que era, puede que sea porque toda su vida el mayor siempre estaba cuidandolo, pendiemte de que nada le pasara, o simplemente porque su corazón se fijó en él y ya.

En todo caso, no podía dejar de pensar en Aemond. Todos los días esperaba paciente que pasaran las horas para volver a verlo. Sus manos sudaban cuando se encontraba frente al mayor, quien lo trataba con sumo cariño. Lucerys era un niño muy enamorado de su amigo.

Nunca se enfadaron, ni gritaron. Todas las diferencias las resolvían hablando, sin alteraciones, y cuando veía que la conversación se calentaba de más, era Aemond quien decidiría retomarla luego de meditarlo con la mente fría. Ambas familias veían sorprendidas el comportamiento que había entre ellos siendo tan pequeños, pues lo más normal sería que estuvieran peleando por todo, como normalmente hacían los niños de su edad.

Lucerys tenía 18 años cuando entró en la universidad. Un lugar que temía, porque Aegon la noche anterior le metió miedo en el cuerpo. Pero Aemond le prometió que no lo dejaría solo en ningún momento, y así pasó. El mayor estuvo pegado a él todo el día. Lo acompañaba a clase, le invitó al almuerzo y luego fueron juntos al autobús. Aquellos gestos hacían que el corazón del pequeño Lucerys latiera rápido.

- Deberías lanzarte - Helaena leía una revista mientras escuchaba a su amigo hablar de lo enamorado qué está de su hermano.

- No quiero que por algo que solo está en mi cabeza Aemond no quiera saber nada de mí.

- No lo hará. Fuego y agua están destinados.

Luke estuvo pensando mucho las palabras de Helaena. Ella la más cercana a su hermano, si ella decía que se lanzará es porque sabía algo.

Estuvo una semana entera pensando en cómo declararse. Nunca lo había hecho, es más, nunca se había interesado en otra persona que no sea Aemond. Esa mañana en especial estaba nervioso, hoy era el día. Dejaría de tener miedo y se lanzaría.

Total, lo único malo que puede pasar es que me mande a la mierda.

Ante ese pensamiento, toda su valentía se esfumó. Él no quería dejar de ser su amigo, prefería ser un mero espectador. No estaba preparado. Iba a inventarse alguna excusa para faltar a la universidad, pero cuando volvió a la realidad, se dio cuenta que estaba en el autobús con Aemond a su lado. Intentó evitarlo. Le daba pena verle la cara, se sentía mal por pensar que nunca sería capaz de ser sincero, y que seguiría en la friendzone.

Estaba escondido detrás de una columna, miraba a todos lados esperando no encontrarse con Aemond. Había salido una hora antes, podría irse en el próximo autobús y si preguntaba, le diría que se encontraba mal y listo. Su plan parecía muy bueno, pero no contaba con que Aemond le miraba desde detrás.

Hoy su pequeño estaba especialmente raro. Quería hablar seriamente con él, pero una vez llegaron, a Lucerys le faltaron segundos para salir corriendo. Aguantando la risa, se acercó poco a poco al cuerpo de Luke. Sin avisar, rodeo con sus brazos la cintura del más pequeño y lo levantó un poco del suelo, para poder abrazarlo mejor.

Lucerys intentó salir corriendo, pero luego de un rato se rindió y agachó la cabeza. No quería que nadie se enterará de lo sonrojado que estaba. Quería llorar.

- ¿Por qué huyendo de mí, pequeño? - le preguntó en su oído.

- Yo no estoy huyendo - tenía la piel erizada por escuchar tan cerca la voz grave de Aemond - ¿Me podrías soltar? La gente nos ve.

El mayor miró a su alrededor, estaban solos en aquel pasillo, pero obedeció la petición. Lo bajó y soltó un poco, si lo soltaba del todo sabía que se iría corriendo.

- Yo estaba buscándote todo el día - respiró hondo. Es hoy o nunca.

Vamos Aemond, lo has ensayado delante del espejo.

- Quería saber si te gustaría ir al cine, ver una película y luego cenar - dijo con cierto nerviosismo. Rezaba para que Lucerys respondiera que sí.

Luke estaba en trance. No levantó la mirada, no quería que viera lo sonrojado que estaba. ¿Eso era una cita? Es verdad que no era la primera vez que hacían esos planes, pero por la forma que Aemond agitaba su pierna debido al nerviosismo, le dio esperanzas.

- Vale - se giró dándole la espalda - Tengo que ir a casa, luego nos vemos - y se fue directo a la salida.

Aemond rio con ternura. Sabía que estaba sonrojado, sus orejas lo delataban.

......

- Me gustas Lucerys Velaryon - se atrevió a decir.

La cita había salido bien. Vieron la película que estaba arrasando en taquillas, cenaron y jugaron en los recreativos. De vez en cuando se cogían de la mano y sonreían con timidez. Ahora Aemond estaba acompañando a Lucerys a casa cuando se lanzó.

- Y puede que tú no me veas de esa forma, pero quiero que lo sepas. Mi corazón te pertenece, hoy y siempre, aquí y en todas las vidas que existan. Te buscaré siempre, porque te amo Lucerys - llevó sus manos a las mejillas del pequeño - ¿Soy correspondido?

Luke no era capaz de emitir palabra. ¿Había escuchado bien? Su corazón parecía que se le iba a salir del pecho y las mariposas de su estómago volaban como nunca.

Se acercó poco a poco al mayor, poniéndose de puntillas llegó a los labios del contrario juntándolos por primera vez.

- Si.

......

Aemond despertó de golpe. Alys descansaba a su lado. Miró la habitación, estaban en su casa. Su cabeza dolía y aquel recuerdo parecía tan real, por un momento llegó a sentir los labios de Luke. Llevó sus dedos a la comisura de los suyos y sonrió.

¿Qué era esa sensación que le hacía estar en paz?

Almas Encontradas [Aemond Targaryen x Lucerys Velaryon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora