CAPITULO 14

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Algunas cosas han sido modificadas... No siempre se seguirá del todo la historia original.

Desembarco del Rey

La brisa de la primavera mecía con suavidad el viejo árbol. Aemond había decidido pasar un rato leyendo bajo la sombra y disfrutar de aquella temperatura tan cálida, antes de que el verano se lo impidiera. Los cojines que había debajo suyo le proporcionaban comodidad, logrando sentirse más relajado aún. Definitivamente esos eran sus momentos más preferidos.

Lucerys recorría los pasillos de la Fortaleza Roja mientras miraba a todos lados. Quería pasar tiempo con su tío antes de que acabara el día. No fue hasta que se encontró con Sir Erryk, que supo exactamente donde se encontraba Aemond.

- Está en el patio, su majestad.

El niño de cinco años llegó al patio, donde pudo encontrar a Aemond relajado en los pies de aquel Weirwood. Sin que el mayor se lo esperara, se dejó caer a un lado de su tío.

- Aemond, ¿Qué haces? - miró con curiosidad las páginas.

- Aprendiendo valyrio - su tío alejó el libro y él se posicionó ente las piernas del mayor, dejando que su espalda se relajara contra el pecho contrario.

- No entiendo nada - dijo luego de intentar comprender el contenido.

- Aún eres muy pequeño - le revolvió el pelo.

- Ya soy mayor, no soy un bebé - formó un puchero con sus labios.

- No - Aemond dejó el libro a un lado - seguirás siendo un bebé toda la visa, porque así siempre podré estar a tu lado - su tío le abrazó como siempre, enterrando su cabeza en su pelo rizado.

- Ya, tío - rio mientras intentaba que lo soltara - aunque me haga mayor siempre estaremos juntos.

- Eso no lo dudes.

....

Su cuerpo no respondía, su voz tampoco. Había visto como el pequeño dragón era descuartizado por Vhagar.

No, Lucerys no.

Con rapidez hizo bajar a su dragón, la lluvia seguía azotando con fuerza el mar. Pudo ver los restos de Arrax, pero no logro ver a su sobrino. Se temía lo peor, y no porque la muerte del joven significaría el inicio de una guerra, no, él no quería que Luke estuviera muerto.

Estuvo minutos, tal vez horas, luchando contra la fuerte lluvia y el oleaje con tal de poder encontrar aunque sea algún resto, pero nada.

Era un monstruo

Odio estar montado en Vhagar. Aterrizó en una de las playas y aunque la tormenta no había cesado, se sentó en la orilla. No volvería a verlo. Ese pensamiento hizo que odiara a su familia, por intoxicar su mente de tal forma. Él no quería un ojo, ¿Habría solucionado algo? ¿Le habría devuelto su otro ojo? No.

Él solo quería volver a tener a su sobrino en sus brazos, poder disfrutar de su compañía mientras leían algún libro, decirle que lo sentía, que no pensaba que era un bastardo, que realmente era un Velaryon, un príncipe del mar, su príncipe. Que hacía años que olvidó el tema del ojo y que lo único que pensó cuando lo vio fue en lo hermoso que estaba. Pero como siempre, la mente manda más que el corazón. Estaba tan podrido de pensamientos que no podía actuar con claridad.

La sangre del dragón.

Rio ante el pensamiento. Ahora mismo lo que menos quería era ser un Targaryen. Miró a su derecha, el dragón tenía restos de sangre y sintió como su alma abandonaba su cuerpo, había posibilidades de que su dragón... Se odió más. No podía volver a montarse en Vhagar... No quería, pero debía volver a casa de alguna forma.

Almas Encontradas [Aemond Targaryen x Lucerys Velaryon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora