Almas Encontradas [Aemond Targaryen x Lucerys Velaryon]

CAPITULO 10

- Helaena - Aemond regaño a su hermana cuando soltó aquella palabra.

- No te preocupes cariño - Helaena tenía ganas de vomitar - Por favor, ve a pedir - Aemond con cara de enamorado asintió y fue dentro del establecimiento - querida cuanto tiempo sin verte.

- Ahórrate la falsedad conmigo - se cruzó de brazos - ¿Qué tipo de hechizo has lanzado esta vez sobre mi hermano?

- No sé de qué me hablas, princesa - la burla con la que dijo esas palabras hizo que Helaena se enfadara más - tuve que hacer lo que debía para poder ocupar el lugar de aquel bastardo.

- La magia de la Antigua Valyria es más fuerte que tus remedios.

- De momento todo va como lo planeé - sonrió con superioridad - y tú cómo soñadora dejas mucho que desear. Qué pena que no pudieras predecir la muerte de tu hijo.

En cuanto terminó esa frase, Helaena se abalanzó sobre ella. Esa maldita desgracia se atrevió a mencionar a su hijo. Aemond salió a tiempo y logró separar a las chicas.

- ¿Pero a ti que mierda te pasa? - Aemond encaró a su hermana.

- No, que te pasa a ti - la joven Targaryen le picó con el dedo en el pecho - ¿Cómo has podido volver con esa arpía?

- Porque fue mi mujer y yo decido con quien estar.

- Muy maduro de tu parte. En vez de afrontar tu destino, decides volver a darle la espalda a la única persona en este mundo que te acepta aun habiéndolo matado.

- ¿Qué? - Aemond estaba confundido.

- Piensa un poco por una vez en tu vida - volvió a su sitio donde recogió sus cosas y salió de la cantina.

......

- Lucerys - su profesor de empresas lo llamó una vez las clases terminaron - Tengo buenas noticias acerca de tus prácticas - le entregó un papel - la empresa de Los Ángeles aceptó tu solicitud.

- ¿En serio? - su rostro se iluminó.

- Claro, ¿Dudabas que lo conseguirías? Eres uno de los mejores alumnos que tengo. Ese puesto es más que tuyo.

Una vez fuera del aula, miró atentamente la hoja. En efectivo, era una carta donde aceptaba la solicitud que envió el año anterior. Aemond fue quien le animó, prometiendo celebrarlo si lo aceptaban. Algo bueno salió de todo aquel desastre.

- ¡Esto es increíble Luke! - Cregan lo felicitó.

- Un brindis por Luke - Helaena levantó la cerveza y todos brindaron.

- Mi hermano se va a Los Ángeles - Jace lo rodeó con su brazo y lo atrajo a su cuerpo - Le voy a extrañar tanto - empezó a repartirle besos y en la cara.

- Ya, para - intentó apartarse - Aún no sé si voy a ir - todos le miraron.

- ¿Cómo qué no? - su hermano se veía molesto.

- Yo quiero estar aquí, con todos vosotros - todos se enternecieron ante las palabras.

- Muy conmovedor pequeño, pero es tu futuro - Aegon se acabó su cerveza - estaremos bien, yo cuidaré de Jacaerys.

- Soy yo el que te cuida a ti - todos en la mesa rieron.

- Cariño, era para que se fuera más tranquilo - le susurró.

Siguieron hablando de varias cosas, entre ellas, las visitas que le harían y la distribución de las camas. Lucerys en el fondo sentía un poco de tristeza, él realmente deseaba que Aemond estuviera con ellos. Suspiró y siguió hablando con sus amigos.