CAPITULO 16

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- Tengo un par de hijo', par de sobrino', el que no me dice "papi", me dice "tío" - Daemon le dio la vuelta a la carne - Respeten lo' rango', la posición...

Esa mañana soleada, los Velaryon decidieron celebrar una barbacoa. Rhaenyra hacía semanas que había vuelto a casa y se encontraba mejor para poder presentar a su hija. Lucerys desde la noche que despertó su madre no había querido separarse de ella, pero debía volver a Los Ángeles.

- No me iré - dijo viendo a su madre descansar en el sofá mientras tenía a Visenya en los brazos.

- Créeme que soy la que menos quiere que te vayas, pero ya has pasado demasiado tiempo aquí - le cogió de la mano intentando en señal de cariño. Un gesto que desde pequeño siempre hizo para asegurarle que todo irá bien.

Luke no estaba seguro de irse, pero al final se decidió. Su familia era capaz de llevarlo en coche si hacía falta. Estaba ordenando la maleta cuando Jace entró cerrando la puerta de la habitación.

- Tengo algo que contarte - dejó de hacer la tarea y vio a su hermano con una sonrisa - Me he comprometido.

Alzó su mano izquierda. Un anillo con un diamante en el medio rodeado por una cola de dragón abrazaba el dedo anular de su hermano, quien estaba más que feliz de enseñárselo.

- Oh dios mío - su boca se abrió mientras inspeccionaba más de cerca la joya - Enhorabuena - le abrazó - ¿Papá y mamá ya lo saben? ¿Cuándo pasó?

- Cuando mamá despertó - Lucerys le miró extrañado.

- Han pasado tres semanas, Jace. Un poco más y nos enteramos el día de la boda.

- Ya lo sé, es Aegon. Piensa que papá le hará algo, pero ya hemos quedado en decirlo hoy en la comida.

- Esconderé los cuchillos - ambos rieron.

En la casa de los Targaryen, Aegon y Helaena tenían una conversación parecida. La joven intentó calmar a su hermano, quien parecía que había perdido tres tonos de color desde que se despertó.

- No creo que Daemon te mate, es sobreprotector, pero no tanto.

- No lo conoces como suegro - Aegon se hizo una coleta - Ese hombre me amenazó diciendo que me convertiría en un castrati - Helaena empezó a reírse ante la cara de angustia de su hermano - No es gracioso.

Helaena iba a responder, pero las voces de su madre y su hermano interrumpieron su conversación.

- No voy a ir - Aemond se enfrentó a su madre.

- Vamos a ir todos, te guste más o no - sentenció Alicent - Ya estas entrando a esa ducha y lavándote esas greñas que tienes por pelo.

Aemond con fastidio entró al baño bajo la atenta mirada de sus hermanos. Éstos se miraron preocupados. Desde que hablaron con Melisandre, Helaena no había vuelto a tener ninguna profecía más, lo que era bueno. Además, pasaban más tiempo con el menor para tenerlo ocupado y que no tuviera oportunidad de irse con Alys, aunque en más de una ocasión casi la cagan. Ahora debían estar preparados, no saben por qué, pero tenían la sensación de que esa comida sería movidita.

Cruzaron al jardín trasero de la casa de los Velaryon. Aemond había optado por comprar ropa verde, pero combinándola con negro. Parte de su pelo estaba recogido con una trenza y llevaba gafas de sol. Todos se saludaron, felices de que al final Rhaenyra despertara. Vio como su madre abrazaba con afecto a Rhaenyra, aquello no se lo habría imaginado ni en sus peores sueños. Viserys y Daemon hablaban de sus cosas, y Helaena estaba junto a Jace y Aegon.

Miró a su al rededor en busca de cierta cabellera negra. Lo visualizó en la terraza que dividía la casa y el jardín, llevaba a la bebé en manos, mientras Cregan le abrazaba. Su sangre hirvió y su corazón dolió. Si antes de venir no tenía ganas, ahora menos de quedarse. Parecía una pareja de anuncios que daban ganas de vomitar. Rondó los ojos y se sentó al lado de su hermana.

Lucerys comía con tranquilidad, de vez en cuando hablaba, pero se sentía incómodo. Tenía claro que el objetivo de Aemond ese día sería observarlo hasta que agote su paciencia, pero no lo conseguiría. Daemon se levantó con una copa en la mano, todos lo miraron.

- Me alegra que todos estemos aquí, celebrando el nacimiento de nuestra preciosa Visenya. Gracias mi amor por hacerme padre una vez más, te amo - todos en la mesa aplaudieron mientras la pareja se besaba. Jace miró a Aegon, quien entendió. Con las piernas temblando se levantó.

- Bueno yo también quiero decir algo - una sonrisa nerviosa salió de su boca cuando Daemon le miró con la ceja alzada - El cerdo estaba muy bueno - y se sentó. Jace llevó su mano a la cara, Lucerys tuvo que hacer un esfuerzo para no tirarse al suelo de la risa. Helaena rondó los ojos, maldito cobarde.

- En realidad si hay algo que tenemos que decir - Jace obligó a su novio a volver a levantarse - Aegon y yo nos hemos comprometido.

Silencio. Alicent miraba con asombro a su hijo, Rhaenyra igual. Luke aprovechó y cogió los cuchillos más próximos a su padre, quien parecía haber entrado en una especie de espacio tiempo. Viserys fue el primero en brindar y beber el vino. Aemond casi se atraganta con la carne, y Cregan simplemente veía el panorama, haber acabado en esa familia era bastante entretenido.

- No hace falta que nos felicitéis todos a la vez - fue Jace quien rompió el silencio. Alicent fue la primera en reaccionar

- Me alegro por vosotros chicos, siento el shock, pero no esperaba que Aegon fuera el primero en casarse - Aegon miró indignado a su madre - una boda Rhaenyra, sabía que acabaríamos siendo familia tarde o temprano.

- Estoy muy feliz chicos - Jace miró a su madre quien empezaba a llorar - Dios como odio las hormonas - él rio y miró a su padre. Aegon mantuvo la respiración cuando la filosa mirada de Daemon se posó en él.

- Pasaré por alto el hecho de que no me hayas pedido la mano de mi hijo - cogió el tenedor y le apuntó mientras mantenía una mirada amenazante - te estaré observando - Aegon tragó duro, miró a Viserys quien parecía darle la razón a Daemon. Jace le tiró de la mano para que se sentara y eso hizo.

- Bueno - Alicent habló y miró a Luke - He oído que vuelves a Los Ángeles - el joven asintió - Espero que te lo estés pasando bien.

- Sí, he conocido a gente muy maja y que Cregan venga de vez en cuando también hace más ameno la estancia allí.

- Me alegro por vosotros chicos - les miró con cariño - hacen una bonita pareja - ante ese comentario Lucerys no pudo evitar sonrojarse.

Por puro impulso, Aemond se levantó. Helaena quiso hacerlo sentarse, pero su hermano pequeño le ganaba en fuerza, buscó la mirada de Aegon quien en seguida entendió. El menor de los hermanos levantó su copa, mientras miraba a Lucerys. Helaena sentía que ya había vivido eso y sabía que no acabaría bien.

- Un brindis - Aegon intentó que su hermano no siguiera hablando, pero fue apartado por un codazo de parte de Aemond - por Lucerys, un ex que merece toda mi admiración. Me alegra saber que estas bien luego de esa noche, fue una buena desped... - Helaena le tapó la boca.

- No le hagáis caso, está resentido aún, si nos disculpáis - junto con Aegon se lo llevaron arrastras del jardín.

Todos en la mesa se miraron sin entender. Cregan miró con la ceja alzada a su novio, quien estaba rojo del enfado. No quiso decir nada, por lo que siguió bebiendo un poco de su coca - cola.

- ¿Pero a ti que mierda te pasa? - su hermana lo soltó.

- No aguanto a ese perro sucio - dijo Aemond con enfado - está tocando algo que no le pertenece.

- El fuego - susurró Aegon, a lo que Helaena miró a su hermano pequeño.

- ¿Aemond? - éste la miró - ¿Por qué estas celoso?

- Está con Lucerys, no sé por qué, pero no puedo verle a su lado - sus ojos empezaron a aguarse - No lo entiendo, todo iba bien y ahora... - no pudo terminar la frase porque empezó a llorar. Helaena le abrazó y lo consoló.

- ¿Alguien me va a decir por qué está llorando? - Jace se hizo presente ante ellos, quienes se helaron al verlo. No contaban con tener que contarle a alguien más lo que pasaba.

Almas Encontradas [Aemond Targaryen x Lucerys Velaryon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora