CAP. 2

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Puede que suene más que extraño, el que tu propio padre te trate cómo una herramienta, cómo un objeto sin valor algún que puede ser usado cómo un multiuso, que puede ser una puta para otros alfas, cómo también ser tratado casi cómo uno, con el poder de sacarle la vida a cualquiera que no sea del agrado de Uberto, sí. A mi corta edad, desde que en mi primer celo había sido parte de la jerarquía menos respetada de la sociedad, ya había empezado a ser utilizado para la conveniencia de Bondoni. Desde pequeño, había sido criado para ser un "gran alfa" tal y cómo mi padre añoraba que fuera, pero, en vez de eso, me tocó ser un Omega, un delicado, sumiso y lindo Omega, al cuál todos usaban cómo su jodido muñeco sexual y otras atrocidades que prefiero no contarles.

En fin, desde aquel día en el que fuí presentado cómo lo que verdaderamente soy, mi vida se convirtió en un calvario, fuí golpeado, violado, humillado, por cada asqueroso alfa, el cuál mi padre elegía y negociaba para sus convenios. Todo lo que él hacía, siempre lo hacía con un propósito, llegar hasta Juan Osorio. Aquel que había sido su mejor amigo desde la niñez, pero éste al ver la ambición y la maldad que mi padre conllevaba decidió desterrarlo, dejándolo a su merced con el objetivo de volverlo así, un alfa más decente, por supuesto que Uberto lo había retado a un duelo que él perfectamente sabía que jamás ganaría, el rango superior que poseía Osorio ante el mísero poder que mi padre poseía no se podía comparar.

Tal vez si mi progenitor hubiese agradecido aquella piedad que sólo tuvo una vez aquel lobo y hubiese seguido con su vida, sin rencores, ahora tendría yo una bonita familia, viviendo una vida promedio, un trabajo honesto y respetable, con todas mis hermanas vivas y con mis padres en un armonioso matrimonio, pero cómo me estoy llendo hacía mis sueños y no viendo la realidad, debo contárselas.

Mis padres, ambos, viven juntos sólo por el hecho de que por su lazo, mi madre moriría al estar lejos del hijo de perra que la ha marcado. Mis hermanas, fueron asesinadas, cada una de ellas por los peores alfas que podían existir, Renata murió cuándo su alfa decidió cortar su lazo para marcar a otra Omega. Andy fué asesinada mientras la violaron. Y Samara. Bueno, no puedo recordar que fué lo que pasó con ella, ya que no recuerdo nada más que las palabras que mi madre dijo entre sus sollozos "mataron a Samara, Joaquín, ellos..." Y mi mente se encargó de borrar todo.

En fin, en vez de seguir hablándoles de mi absurda y triste vida, es mejor volver al presente. Aunque, pensándolo mejor, el presente no es mejor que el pasado ó peor que lo que puede llevar a venir en el futuro.

Ser el único hijo que queda y siendo un maldito Omega, no es algo que deseara a alguien más, no es que me avergüence de lo que soy, ó tal vez sí, no podría decirlo con exactitud.


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Luego de estar 2 meses con un viejo cara de mono decapitado, hediondo, con olor a eses de caballo y por supuesto, haberle sacado cada información y asesinarlo luego, me tocó volver al lugar dónde había sido criado, no, no podía llamar hogar a éste lugar, en un hogar no te hacen las cosas que a mí me han hecho desde que tengo memoria.
Pero, el dicho que tenía mi padre después de golpearme hasta la inconciencia resonaba en mi mente, cada vez que cerraba los ojos. " Si sigues respirando luego de ésto, es porque eres más fuerte que cualquier otro puto Omega, te convertiré en alguien tan fuerte cómo un Alfa, sin ser uno de ellos, debes agradecer cada golpiza, hijo, sólo te estoy preparando para tu sucia realidad"
Quizás, sólo quizás, tenía algo de razón en sus palabras y esa era que yo si era fuerte, al menos, eso es lo que sentía.

- Haz vuelto, hijo. - escuché la voz de mi progenitora desde la sala, al cerrar la puerta me encaminé hasta ella.

No vivíamos en una ciudad, estábamos en las afueras de Toluca. Una cabaña que había construido mi padre en su exilio, no era tan grande ni tan pequeña, supongo que era normal.

- He vuelto, madre. - contesté - ¿Dónde está mi padre?

- Tu padre ha salido, no sé dónde, pero, seguramente fué a buscar otro trabajo para tí. - hizo una mueca, sólo pude asentir. - ¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo?

- No, mamá.

- ¿Ya has concluido tu trabajo con Owen Jackson?

- Si, mamá, ya está muerto.

- Tu padre estará feliz por eso.

- No estoy tan seguro de eso. - aclaré. La información que me ha dado no era exactamente la que esperaba. - papá estará enojado.

- ¿Otra vez?

- Así es. Sólo espero no ganarme otra paliza de su parte, se me ha hecho casi imposible acabar con ese malnacido.

- Ay, mi hijo. - se acercó a mí extendiendo sus brazos - ojalá pudiera hacer algo para que no tengas que pasar por ésto, mi amor. Pero sabes que...

- Que no puedes. Lo sé, - me solté de su agarré - iré a curar mis heridas arriba, mamá, cuándo papá regrese tendré que estar preparado.

Ella sólo asintió y me dejó ir.

No sabía cómo se tomaría ésto Uberto, lo que él esperaba oír era que su enemigo mortal y su gente se haya estado muriendo uno por uno con la intoxicación que él había propagado, no que hayan descubierto la jodida cura en menos de 1 mes y que encima de eso, hayan descubierto a sus autores y los hayan despedazado cómo acostumbraban a hacer. Sólo esperaba que mi identidad siga siendo omitida y que nadie sepa que Daniels Meison era en verdad yo, Joaquín Bondoni, hijo del jodido desterrado, Uberto Bondoni.


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Buenas aquí les dejo capítulos nuevos.



Espero les gusten.....


Nos vemos AlbertXioW.

I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora