CAP. 12

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Otra vez, sólo actúe por instinto, no sabía de dónde salía esa parte cariñosa de mí cuándo estaba frente a aquel Omega.

Fuí hasta la habitación de Leidy y golpeé dos veces antes de esperar a que la pelinegra me escuche y me atienda.

No pasaron ni dos minutos cuándo la puerta se abrió y la figura pequeña de la pelinegra ojinegra se hizo presente. Ésta restregaba sus ojos y soltó un bostezo.

- ¿Emilio? ¿Qué.. - otro bostezo - ha sucedido?

- Hola, Elyzabeth, perdón por molestar a ésta hora, pero necesito hablar con Leidy.

- Mhmm - asintió para luego hacerme una seña y hacerse a un lado.

Entré a la habitación de mi mejor amiga y la encontré boca abajo durmiendo. Sabía que estaba exhausta, pero debía hablar con ella, urgente.

- ¿Leima? - murmuré dándole leves piquetes en la espalda con mí dedo - ¿Leidy?

- Mgmh - balbuceó.

- Vamos, Leima.

- Luego tendrás tu dosis de éste cuerpito, Ely, déjame dormir. - murmuró y eso me sacó una carcajada.

- No soy Elyzabeth, Leidy.

Ésta abrió los ojos y me miró, se levantó de golpe y luego rodó los ojos.

- Mierda, Emilio ¿Sabes que hora es?

- Pues, no, en verdad no sé qué hora es.

- Pues, es tarde ¿Ahora que quieres? - gruñó.

- Necesito hablar contigo, Leima.

- Ash.. está bien.. espérame afuera, no quiero que veas mí intimidad y luego me regañes, amigo.

- Eres una idiota, te espero en la sala.

- ¿Cuál de todas?

- Serás estúpida, en la misma de siempre.

Salí del cuarto y bajé, no sin antes pasar por el cuarto de mí madre. Tenía que ver cómo estaba.

Golpeé suavemente la puerta antes de entrar, era más bien por educación, ya que sabía que mí madre estaría durmiendo a ésta hora.

Me acerque a ella y pude escuchar cómo respiraba con dificultad. Tragué saliva y me acerqué a su lado de la cama, me arrodillé frente a ella y acaricié su rostro.

- ¿Juan? - balbuceó.

- No, madre, soy yo, Emilio. - hablé en un tono bajo

- Emilio.. mí pequeño Emilio..

- ¿Necesitas algo, madre?

- No, bebé, sólo - tosió, tapándose la boca con su mano, cuándo la abrió pude ver sangre, eso hizo que me exaltara.

- Madre.. debo llevarte al médico, él sabrá que hacer. - me paré e intenté sacarla de la cama, pero ella me detuvo.

- No, amor. Sólo.. dame unos calmantes, están en el cajón.

Asentí, para luego hacer lo pedido, habían miles de pastillas. Leí detrás de cada una hasta que dí con los calmantes. Me acerqué a la mini nevera que había en el rincón del cuarto y saqué agua.

- Ten, madre - quería ser cuidadoso, tenía pensado en que mi madre resistiría a ésto, pero ahora, viendo cómo cada vez se deterioraba más y más, el miedo comenzó a crecer en mí. ¿Y si perdía a mí madre? ¿Qué iba a hacer?.

I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora