CAP. 33

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El celo de Joaquín había durado 1 semana, 1 semana en la que no salieron del cuarto en ningún momento, 1 semana en la que Emilio no se había apartado del lado de su Omega ni un sólo segundo. 1 semana en la que su conexión se había hecho más fuerte, dónde su confianza se había reforzado, dónde ambos se habían entregado el uno al otro, dónde todo parecía ser más que perfecto.

Ahora, se encontraban los dos, más que exhaustos, pero la sonrisa en el rostro del Omega le inflaba el pecho de felicidad al Alfa, ver a su Omega feliz, contento y satisfecho era todo lo que deseaba.

Se encontraban en la bañera, ésta era casi tan grande cómo la habitación, podían entrar fácilmente 10 personas en ella, pero los dos estaban acurrucados en el mismo lugar, Emilio apoyado contra ésta mientras el castañito estaba entre sus piernas, apoyando su cabeza en el fuerte pecho del rizado.

- ¿Cómo te sientes, Joaquín? - preguntó mientras acariciaba los brazos de éste.

- Bien, cansado, pero de maravilla. - ronroneó cuándo las manos de Emilio se posaron en su vientre. - ¿Tú? ¿Cómo te sientes, alfa?

- Igual que tú. - besó su mejilla. - cariño, yo.. - tomó un respiro para luego decirse a sí mismo que por más que haya sido una muy buena semana, aún no podían olvidar lo que pasaba fuera de esas paredes. - sabes que debo hablar de ésto con mi padre ¿Verdad? - sintió el cuerpo del menor tensarse. - antes de ser mí padre, es mí líder... Debo mantenerlo al tanto de todo ésto, más sabiendo la amenaza que tu padre es.

Joaquín se alejó unos centímetros sólo para voltearse en dirección a él y juntar sus piernas, rodeando sus rodillas con sus brazos. Emilio arqueó una ceja ante su alejamiento, mientras vió cómo la mirada baja del castaño se frunció antes de que ésta reflejara tristeza cuándo volvió a levantarla.

- Yo también soy una amenaza, Emilio. - susurró.

- No, tú no. - se apresuró a negar. - tú sólo eres otra víctima de tu padre.

- Aún así, lo soy. - volvió a decir. - Sólo dime, Emilio, sé sincero conmigo y dime si tu padre no pensará en asesinarme en cuánto sepa de mí traición.

- Joaquín, tú ....

- He llegado aquí con una misión. - volvió a bajar la mirada. - debía infiltrarme en tu manada, sacar información, ser un cáncer que destruya todo por dentro. Debía... - se cortó sin poder terminar la frase. La angustia en su pecho lo atacó, su Omega chillaba y su tristeza, la inseguridad, el miedo se esparcieron en el aire.

Emilio se acercó cautelosamente a él, tomándolo de los muslos con suavidad, haciendo que éste se sentara en sus piernas.

- ¿Debías qué? - preguntó.

- Debía.. - negó, mientras las lágrimas que había estado reteniendo se liberaron. - debía enamorarte a tí y... Y ponerte en contra de tu gente.

Y aunque Emilio tenía esa hipótesis, al ser confirmada por el pequeño entre sus brazos, sintió una oleada de dolor clavarse en su pecho.

- ¿Haz...? ¿Haz fingido todo éste tiempo entonces? - preguntó intentando sonar lo más fuerte posible aunque temía por su respuesta.

El castaño levantó su mirada, sus ojos rojos y su puchero hicieron que todo en Emilio se removiera.- no, claro que no. - se apresuró a negar. - yo te amo, Emilio. - rodeó el cuello del mencionado con sus delgaditos brazos. - no he fingido nada cuándo estoy contigo, nunca. Sí, omití mí verdadera identidad, mí origen, mí propósito para estar aquí, pero jamás, jamás, te he mentido con lo que siento por tí. - el rizado sentía que debía creerle, demonios que quería hacerlo, pero una parte de él, una pequeña parte, la cuál le recordaba lo sucedido con Mauricio, le decía que no bajara la guardia.

- Quiero creerte, en verdad quiero hacerlo. - habló clavando sus ojos en los contrarios.

- Emilio, yo sé, sé lo difícil que debe ser ésto para tí, yo más que nadie quiero que todo ésto se sepa, pero tengo miedo, porque cuándo tu padre lo sepa.. él vá a matarme cómo lo hicieron con-

- no dejaré que eso pase. - prometió.

El Omega sonrió, aunque la tristeza no abandonaba su rostro y acarició la mejilla de su alfa. - no podrás hacer nada si tú padre dá la orden, Emilio. - sus ojos observaban cada lugar del rostro del rizado, memorizando cada lunar, peca, cada faccion de éste. - y no te pediría jamás que te pongas en contra de tu líder. - los ámbar se encontraron con los café. - Sé lo que pasará y tú también.

- Joaquín...

- Siempre soñé con tener a alguien cómo tú, ¿Sabes? Eres el alfa de mis sueños, tuve que pasar mucha mierda para encontrarte, para poder sentir lo que era ser amado, alguien que me cuide cómo tú lo haces, que me protega, que me quiera. - sonrió, sus ojitos brillando de una manera preciosa. - y te juro, Emilio, aunque esté aterrado, cuándo el momento llegué, moriré feliz, porque sé que te tuve, sé que fuí amado por tí, no tengo nada más que hacer aquí.

Emilio nunca lloraba, nunca, ni siquiera cuándo pasó lo de la enfermedad de su madre, ni cuándo su padre le dijo que su progenitora tenía ese jodido cáncer. Él no era de esos alfas demasiado sentimentales, tenía sentimientos, cómo todo el mundo, pero él prefería no expresarlos, no demasiado al menos. Pero al oír cada palabra que salió de la boca de su pequeño y hermoso Omega, no pudo evitar mucho el jadeo que acompañó a las lágrimas en sus ojos.

Abrazó al menor con fuerza, hundiendo su nariz en el cuello de éste, su lobo estaba triste y enojado con todos, sólo pensaba en que no le importaría asesinar a cualquiera quién se atreva a querer dañar a su Omega, era suyo, le pertenecía. Nadie podía tocarlo, nadie podía acercársele con malas intenciones. Él no iba a permitirlo, aún si debía enfrentarse a su padre por ello.



 Él no iba a permitirlo, aún si debía enfrentarse a su padre por ello

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Nos vemos AlbertXioW.

I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora