CAP. 11

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Yo también quería estar entre los brazos de Emilio, recibiendo sus mimos, besos y abrazos. Era estúpido sentir celos de un cachorro, de mí sobrino. Aún así, no me importaba.

- Estoy sintiendo tus celos, tío Daniels. - se burló el pequeño ingrato, traicionado por mí propia sangre.

- Si, también huelo esos celos, Daniels. - le siguió el Alfa.

- ¡Joaquín!

Una voz femenina se escuchó por los pasillos, una voz que jamás creí volver a escuchar. La puerta se abrió, dejando ver a una mujer más que preocupada, se notaba en su aroma. Que se mezclaba con un dulce olor a frutas tropicales, un aroma precioso.

- ¡Por dios, Joaquín! ¡Juro que voy a morir de un infarto un día de éstos!

El pequeño se soltó de los brazos del rizado, para transformarse rápidamente en su forma humana y correr a los brazos de su madre, Renata, mí hermana. Quería correr hacía ella, abrazarla con todas mis fuerzas, decirle cuánto la había extrañado, cuánto había llorado. Cuántas noches pensé en lo injusta que era nuestra vida, mí vida, al haberme arrancado de esas formas tan crueles a mis hermanas. Cuántas noches no intenté acabar con mí vida para volver a verla sólo una vez más. Tenía que mantenerme al margen, pues, se notaría mí tristeza en un segundo.

- Mí bebé, ¿Cómo haz estado? ¿Me extrañaste? - acurrucó a su hijo en sus brazos protegiéndolo y eso sólo hizo que un enorme orgullo creciera dentro de mí pecho.

- Te extrañe mami, estaba jugando con Daniels, luego llegó tío Emilio. - habló el pequeño.

- Lamento que tengas que cuidar de Joaquín, Emilio, lo siento, no volverá a pasar.

- Por favor, Ren. Amo cuidar de Joaquín.

Ella le mostró una cara de agradecimiento para después posar su vista en mí. Examinaba todo, me miraba cómo intentando adivinar quién era.

- ¿Es un nuevo Omega? ¿Cómo dijiste que se llamaba? - preguntó.

- Daniels. - respondió el rizado. - lo encontraron merodeando por los límites de nuestro territorio. Lo hemos traído aquí.

- Daniels.. - susurró y mis nervios crecieron. - que hermoso nombre.

- Es algo tímido, no habla mucho.

- ¿Podemos irnos, alfa? - Pregunté.

No podía estar ni un segundo más cerca de mí hermana sin que se diera cuenta de mí identidad, si es que no lo ha hecho ya.

- Yo.. tengo que irme, debo bañar a Joaquín, de nuevo, gracias por cuidarlo, Emilio. Realmente lo agradezco.

- Es un placer, Renata.

Ella asintió para luego darme una última mirada e irse del lugar.

El rizado se giró viéndome, levanté la cabeza devolviéndole el gesto.

- No sé porqué razón te haz puesto cómo te haz puesto, Daniels. Desde un kilómetro se olería tu tristeza y tu nerviosismo. Pero, tendrás tiempo de responderme eso en cuánto lleguemos a la habitación, sígueme.

Terminó diciendo para caminar hacía la puerta y abrirla. Okey, ahora sí estaba jodido ¿Qué mierda le diría a Emilio?

 Okey, ahora sí estaba jodido ¿Qué mierda le diría a Emilio?

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- ¿Y bien?

Preguntó mientras me pasaba shampoo por la cabeza, estábamos en la bañera, había dicho que me bañaría primero, pues pensé que en la bañera sólo se me ocurriría alguna excusa. Siempre se piensa mejor durante un buen baño. Pero el alfa dijo que siempre que me bañara, él lo haría por mí. Así que aquí estábamos.

- ¿Qué esperas que diga, Alfa?

- ¿Porqué te pusiste así en cuánto viste a Renata, estabas sufriendo, lo sentí.

- Es que... He escuchado por lo que tuvieron que pasar antes de llegar hasta aquí. - era 50% verdad y 50% mentira. - n-no la conozco, pero, duele saber por lo que tuvo que pasar.

- ¿Estás seguro que es sólo eso?

- Eso es lo que pasó, Emilio.

- Bien...

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- Ya recuéstate, volveré en unos momentos.

- ¿A dónde irás? - pregunté sentándome otra vez en la cama, no quería que se fuera otra vez, no quería estar sólo.

- Debo hablar de algo con Leidy. No te preocupes, volveré en unos minutos. - dijo poniéndose una bata.

- N-no quiero estar sólo de nuevo, Emilio. Por favor. - hice un puchero. Sentí mis ojos picar, estaba más sensible que nunca desde que ví a Renata.

- Hey, pequeño, volveré en unos momentos, sólo espera ¿Sí? - se acercó a mí y me acarició la mejilla, instantáneamente busqué más de sus caricias.

- De acuerdo.

Respondí y recibí un beso de su parte en la frente, las mariposas volvieron a revolotear alegres en mí estómago por esa acción. Haría lo que sea para seguir ganándome esos besos. De eso estaba seguro.




 De eso estaba seguro

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Seguimos..........




Nos vemos AlbertXioW.

I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora