- Ésto es lo que tendrás que acatar, Joaquín. No tienes alternativa - dijo riendo maliciosamente el asqueroso alfa que le había tocado de padre.
- N-no quiero... - lloriqueó.
- Eres mi jodido hijo, harás lo que se te manda. - habló firme usando su...
- Así que tú, estúpida cachorra, ¿Haces todo ésto para... Para salvar la dignidad de la imbécil de.. de mí hija? - escupió aquellas palabras para luego recibir otro golpe por parte de la enfurecida e impotente alfa.
Tomándolo del cabello con fuerza, le hizo levantar la mirada y luego volvió a darle un puñetazo, rompiéndole así, la nariz. Leidy tenía atado a una silla al alfa Mata. Sonrió, hace muchísimo tiempo que quería hacer ésto, destrozarle cada parte de su horroroso rostro.
- Mí Ely no es nada tuyo, René. No te atrevas a insultarla de esa manera. - escupió. - ahora... Vas a decirme que mierda ha estado planeando ese hijo de perra de Bondoni.
- ¿Uberto? - rió. - ¿Porqué debería... Decírtelo?
- Porque, si es que no quieres que está preciosura. - chasqueó los dedos y uno de los alfas de su manada, Textos, salió con una omega, la cuál tenía a su pequeño hijo en brazos, apuntando la cabeza de éste último. - muera, abrirás la boca.
El alfa herido, soltó un jadeo al oír al pequeño cachorro llorar desconsoladamente, mientras veía a su amada apretarlo más a su pecho.
- Sánchez.. por favor... - dijo tragando saliva, escondiendo su miedo tras una sonrisa un tanto burlesca. - Tú no serías capaz de matar a un inocente.
- Ella no, pero yo sí. - la voz de la Omega, la cuál había dejado (porque la omega quiso y diciéndole de que no le pasaría nada) cómo una tregua para sus enemigos, dejando que éstos decidan hacer lo que quieran con su vida, apareció en su campo de visión, con un arma en sus manos, apuntando a su hermano. - habla de una puta vez, René, ó juro que le volaré la cabeza. - quitó el seguro del fusil y apuntó en dirección a su Omega.
- Elyzabeth... Hija.. - otro golpe en su rostro lo hizo caer hacía un costado, todo en su cabeza giraba.
- ¡Que no vuelvas a insultarla, maldito hijo de puta! - gruñó Leidy, haciéndolo levantar bruscamente. - ¡Abre la maldita boca, ya!
- ¡René, por favor, sólo dales lo que quieren! - chilló entre sollozos su Omega.
Vencido y humillado, el alfa Mata no tuvo más opción, que ceder.
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- Entonces me dices que el idiota del futuro lider, ha caído completamente a tus pies. - el castaño sentia náuseas, quería acabar con ésta mierda de una vez por todas, pero debía seguir con aquel juego.
- Emilio sólo es un cachorro asustado, necesitado de amor. - se golpeó internamente ante aquellas sucias palabras.- él hará todo lo que le pida.
- Sabía que tantos golpes y castigos te servirían, Joaquín. Eres igual de fuerte e inteligente que un Alfa, a pesar de que seas un simple Omega. - esas palabras sólo lo enfurecieron más, pero no delató ningún sentimiento, puesto que su mirada era inexpresiva.
- Ya deberíamos dejar de hablar tanto y comenzar a movernos. - se paró de su lugar. - ¿Dónde está Elizabeth?
- Esa inútil ya no me servía para nada. - dijo tranquilamente. - si quieres visitarla, vé atrás de la cabaña, aún no se ha asentado la tierra. - sintió un nudo crecer en su garganta.
- ¿L-la.. la mataste? - preguntó.
- ¿Había algún motivo para dejarla con vida? - enarcó una ceja - esa imbécil desobedeció. Quiso ir a sacarte de ese mugroso lugar y "salvarte" ¿Puedes creerlo? - rió.
Dándose la vuelta, se tragó el llanto que amenazaba con salir, aquella noticia estaba desmoronándolo por completo. Estaba luchando consigo mismo para no atacar al maldito infeliz de su progenitor y matarlo en ese mismo momento.
- Supongo que tienes razón. - musitó. - Elizabeth nunca sirvió para nada. - se giró. - es una pena que no haya estado aquí para presenciarlo. - es una lástima no haber estado aquí para detenerte y matarte.
- Te haz vuelto fuerte, cachorro. - hizo una mueca. - por primera vez puedo decir que me enorgulleces. Te has convertido en lo que el desastre de tu medio hermano no pudo ser.
- Mauricio no era nada mío. - habló con dureza. - ahora, cómo te he dicho. Planeemos el ataque a la mansión.
- Bien. Será sencillo. - comenzó. - René ha echado un vistazo a todas las instalaciones, además de que supongo que tú ya conoces bien ese lugar. Atacaremos cuándo menos se lo esperen.
- Bien. ¿Cuándo sería eso?
- Mañana, en la noche.
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Impotente y sumamente enojado, el alfa Emilio entró a la mansión. Su padre se encontraba allí, con todo el equipo de búsqueda y el jefe de cada uno de los cargos importantes de seguridad.
- Leidy ha vuelto hace unas horas. - dijo el mayor. - ha conseguido sacarle información a Mata.
- ¿Qué es lo que consiguió?
- Lo más importante fué que en el transcurso, Uberto envío un recado, informándole de sus intenciones y..
- ¿Y qué?
La mirada de Juan hacía su hijo, sólo pudo describirse cómo compasiva.
- Que su hijo, los ayudaría a atacarnos. - intervino Leidy, acercándose a él. - Emilio... Tu Omega.. es un traidor.
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