3 semanas después, Joaquín fué dado de alta.
En la segunda semana, sus puntos habían sido quitados y su herida sanaba correctamente. No había tenido inconvenientes. Eso era lo bueno.
Lo malo, es que toda relación con Emilio se había quebrado. Ya no habían abrazos en las noches al dormir, no habían besos al despertar, no había ninguna clase de cariño por parte del Alfa para él, le había sido confirmado en cuánto el rizado tomó otra habitación alejada a la suya.
Por eso, se sorprendió y se alegró cuándo Emilio llegó a su puerta esa tarde y le dijo que saldrían los dos, que irían de viaje. Eso le resultó de lo más extraño al castaño, pero fué un acercamiento que regocijó a su lobo y lo tenía saltando en sus patas.
Había empacado sólo algunas prendas, ya que la mayoría eran todas de Emilio, pero así le gustaba. Llevar puestas las sudaderas ó camisas de su alfa le daban una satisfaccion única, ya que llevaba su olor en su cuerpo.
Fué a despedirse de su hermana y sobrino inmediatamente después de haber guardado todo lo necesario. Renata lo recibió entre sus brazos y Joaquín pudo sentir una angustia emanar de su hermana, fué extraño, ella no paraba de llorar, diciéndole cuánto lo amaba. Él no entendió mucho su comportamiento, pero le dijo que también la amaba y que no sea exagerada, sólo se iría de viaje con su Emilio. Volvería.
El pequeño Joaquín también lo abrazó fuerte y le deseó buena suerte, también extrañado por el comportamiento de su madre. Él se quedó consolándola, prometiéndole a Joaquín que la cuidaría.
Elyzabeth y Alejandra también lo despidieron de la misma forma, eso fué aún más extraño para el Omega, no pararon de prometerle cosas que él no entendía, no sabía a qué se referían y en cuánto él quiso preguntar sus alfas las llevaron a sus respectivos cuartos.
Joaquín salió de la mansión y caminó por el camino de piedras, hasta dónde la fuente estaba, delante de ésta se encontraba el auto del Alfa.
Emilio se encontraba apoyado en el capó del mismo, con un cigarrillo entre sus dedos, lo acercó a sus labios e inhaló el humo, llenó sus pulmones antes de exhalar el humo. Vió a Joaquín acercarse a él y aquel nudo que había estado evitando, se instaló en su garganta al ver la sonrisa ilusionada que le regaló el pequeño.
- Hola. - saludó mientras un tono carmesí teñía las mejillas del castaño.
- Hola, Joaco. - saludó tratando de sonar lo más normal posible. - dame tus maletas, las guardaré en el maletero.
El Omega asintió y se las tendió.
Rodeando el auto, abrió el maletero y colocó las pertenencias de su Omega en él.
Su Omega, dejaría de serlo en sólo unos minutos.
Sacudió su cabeza, debía mantenerse sereno. Volviendo al lugar dónde Joaquín se encontraba, lo tomó con suavidad por la cintura, ganándose una sonrisa por la parte del contrario, para que Joaquín no sospechase sus intenciones, le devolvió la sonrisa y lo encaminó hacía la puerta del copiloto.
Una vez que éste entró, cerró su puerta y rodeó el capó para adentrarse a su lugar y encender el motor.
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I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco Omegaverse
Hayran Kurgu- Ésto es lo que tendrás que acatar, Joaquín. No tienes alternativa - dijo riendo maliciosamente el asqueroso alfa que le había tocado de padre. - N-no quiero... - lloriqueó. - Eres mi jodido hijo, harás lo que se te manda. - habló firme usando su...