- Debe haber algún error. - Emilio se negaba a creer que Joaquín estaba traicionándolo. Que sólo había fingido todo éste tiempo. No, eso no podía ser cierto.
- Lo escuché con mis propios oídos, Emilio. Es cómo te digo. - suspiró la pelinegra para luego acercarse al rizado. - lo siento.
- Joaquín no me haría ésto. - negó antes de salir de aquella sala.
Salió de la mansión y volvió a encaminarse hacía el bosque, estaba más que desorientado con toda la información que Leidy le había dado, él no podía desconfiar de su Omega, Joaquín no le haría ésto a él, algo en su interior le decía que no crea en aquellas palabras.
Convirtiéndose en un majestuoso y hermoso lobo marrón, el alfa corrió en dirección hacía el último punto de búsqueda hasta dónde habían llegado, ya no estaba en su territorio, éste era el más peligroso, ya que era territorio de renegados y exiliados, debía andar con sumo cuidado, cualquiera que lo reconozca, podría querer atacarlo. Matar a un alfa con tal nivel cómo el suyo, sería el perfecto motín para más de uno.
Pero eso era lo que menos le importaba, él no tenía miedo a enfrentarse a nadie, sólo tenía un sólo objetivo en su mente, encontrar a Joaquín y lo haría sin importar nada.
Su padre había salido, para reunirse con los aliados que tenía, debían tener todos los refuerzos posibles, por lo tanto, la ausencia de su progenitor, había sido un aliviado respiro.
Salió por la puerta trasera, hacía el fondo de su casa y caminó hasta dónde la improvisada tumba de su madre estaba.
Con sus piernitas temblando se acercó hasta ahí y dejó escapar todas las lágrimas que retuvo.
Cayendo de rodillas, enterró sus uñas en la tierra aún abultada.
- Lo siento tanto, mamá. - dijo entre el llanto. - perdón, perdóname por no haber llegado antes, por no haberte salvado. No te merecías éste final. - apoyó su frente en la tierra. - Sé que tú no quisiste que nada de ésto sucediera. No tenías opción alguna. - levantó su cabeza. - Sólo te puedo prometer una cosa, Uberto no saldrá vivo de ésto, así tenga que dar mí vida después. Vengaré cada sufrimiento y lágrima tuya. Lo prometo, yo-
- ¿Joaquín?
El castaño se congeló. Su Omega lloriqueó para estar envuelto entre los brazos del dueño de aquella dulce voz otra vez.
Volteándose, se encontró con aquellos dulces y hermosos ojos que tanto amaba.
- ¿E-emilio? - tambaleándose, pudo ponerse de pié, pero sin querer acercarse. - ¿Q-qué estás haciendo aquí?
- Eso mismo te pregunto yo a tí. - dando fuertes pasos se puso frente al castaño. - ¿Qué mierda estás haciendo aquí, Huh?
- Emilio, no debes estar aquí, por favor, por favor, vete. - rogó, no intentó quitar sus lágrimas, pues éstas no pararían de salir.
- Claro que me iré y tú te vendrás conmigo. - tomó su muñeca e intentó arrastrarlo, pero el castaño clavó sus pies en el suelo.
- No.
La mandíbula del alfa se apretó. - Joaquín, vendrás conmigo.
- Te he dicho que no. - replicó. - debes irte ahora, sólo tú.
- ¿Qué mierda estás planeando, Huh? ¿Acaso quieres que tu padre te asesine?
- Él no me hará nada de eso. - negó cabizbajo. - aún le sirvo, por eso debo usar eso a mí favor. - sus ojos se encontraron con los ajenos cuándo levantó la vista. - él confía en mí, Emilio. Debo hacer ésto yo.
- ¿Hacer qué? Joaquín, encontré su jodido escondite, él no pasará de ésta noche. Yo mismo voy a matarlo, mí gente vendrá y..
- ¡No! Emilio, ésto debe hacerse en tu territorio, aquí, sólo crearás más conflictos para tu manada, si atacan a mí padre aquí, los exiliados tomarán ésto cómo un ataque de guerra, son más y son unos jodidos desquiciados, no dudarán en atacar a toda tu gente. - explicó con desesperación. - por favor, Emilio, yo puedo hacer ésto, puedo llevar a mí padre hasta tu territorio y hacer que pague por todo lo que hizo.
- Joaquín, no puedo dejarte aquí sólo, yo, yo no me iré sin tí.
El castaño se odiaría toda su vida por ésto, estaba seguro.
- Yo no te he pedido que vengas por mí. - dijo con falsa frialdad, soltándose del agarre del mayor. - quiero que te vayas, ahora.
- ¿Qué rayos sucede contigo? - preguntó entre colérico y dolido. - ¿Qué hay de nosotros?
- No habrá más un nosotros, Emilio. - sí, decirlo sólo rompió más lo poco que quedaba de su corazón. - una vez que todo ésto finalice, no volveremos a vernos, nunca más.
El rizado dió unos pasos hacía atrás. No podía ser cierto lo que estaba saliendo de la boca del castaño.
Joaquín sabía que la única manera de que el alfa se fuera de ese maldito lugar antes de que el jodido de su padre llegase, era ésta. Así que aún con su alma despedazándose, continuó.
- la verdad es que... Sólo necesitaba protección, un lugar dónde poder dormir sin que me jodan.. y un buen sexo de vez en cuándo. - tragó duro. - necesitaba a alguien que pueda deshacerse de la porquería que me tocó cómo progenitor ¿Y quién mejor que los líderes del mayor y más importante clan de todo el mundo? Tu padre hará pagar a mí padre todo lo que les ha hecho a tu manada y yo por fin seré libre. ¿Crees que te necesito, Emilio? Ya no. - nunca había dicho una mentira más grande en toda su corta vida. - agradéceme, tendrás al imbécil que sentenció la muerte de tu madre, podrás hacer con él lo que te plazca, tú ó tu padre, pero yo me iré. Te enviaré el paquete a tu puerta hoy en la madrugada. Ahora, vete de aquí.
Su Omega se retorcía del dolor, su corazón y su alma, terminaron de romperse cuándo vió al alfa darse media vuelta y alejarse de él sin decir nada.
Vió cómo éste desaparecía por el bosque y cuándo por fin lo perdió de vista, se dejó caer sobre el suelo, ahogándose con su llanto, sintiéndose la peor mierda en todo el puto mundo.
- Lo siento tanto, mí amor.
Seguimos con el maratón........
Nos vemos AlbertXioW.
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I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco Omegaverse
Fanfiction- Ésto es lo que tendrás que acatar, Joaquín. No tienes alternativa - dijo riendo maliciosamente el asqueroso alfa que le había tocado de padre. - N-no quiero... - lloriqueó. - Eres mi jodido hijo, harás lo que se te manda. - habló firme usando su...