CAP. 30

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Luego de lo que le parecieron horas, decidió que había pasado demasiado tiempo bajo la helada lluvia artificial.

Con sus piernas adormecidas por la posición en la que había estado, se tambaleó hasta apoyarse en la puerta, se encontraba débil, era más sentimental que física su debilidad.

No sabía qué hora era, pero al ver por la ventana, supo que ya estaba oscureciendo. ¿Se la paso todo el día bajo la ducha? Genial.

El olor de su alfa estaba por toda la habitación, haciendo que las ganas de romper en llanto volvieran.

Tomó una de las batas de Emilio y se la colocó, abrazándose a sí mismo. Necesitaba a Emilio, lo quería con él. Pensó en todas sus posibilidades y todas las llevaba al mismo final, su muerte. Estaba cerca, él podía sentirla.

Ahora que veía mejor las cosas, hubiera dejado que el malnacido de su progenitor lo asesinase.

Hubiera sido una muerte más rápida, no cómo la que estaba sufriendo ahora, estaba agonizando lenta y dolorosamente y sabía que era todo su culpa.

- ¿Daniels? ¿Estás bien? - su vista se dirigió a la dueña de aquella voz, la pequeña ojinegra estaba parada en el marco de la puerta, observándolo con preocupación.

No pudo formular palabra alguna porque el sollozo pudo con él. La linda ojinegra se acercó hasta él y lo rodeó con sus brazos, haciéndolo sentir más mierda de lo que era posible. No sólo había engañado a Emilio, también a Elyzabeth, a Alejandra, a Leidy, Albert, a todos.

- Elyzabeth.. lo siento tanto. - hipó.

- ¿Qué sucede, cariño? ¿Qué pasó?

- Yo.. no soy quién crees que soy.

- ¿Pero qué dices?

- Te mentí a tí y a todos aquí. - las palabras comenzaron a salirse solas. - soy un Bondoni, me llamo Joaquín, Joaquín Daniels Bondoni.

- ¿Tu apellido no era López?

- ¡No! Es inventado. - se separó. - mí padre me envió aquí, para vengarse del líder Osorio y de toda la manada, quería que yo me encargara de lo que Mauricio no logró hacer.

- ¿De qué estás hablando?

- Mauricio era mí medio hermano.

Elyzabeth lo observó detalladamente, analizándolo. Hasta que su boca se abrió en sorpresa.

- Mierda, si eres parecido a ese hijo de puta.

- Lo siento tanto, Ely. Lo juro. - tapó sus ojitos con sus pequeñas manitas, esperando los insultos ó ¿Quién sabe? Golpes, ó tal vez sólo se alejaría cómo Emilio lo hizo.

Pero en cambio, recibió los cálidos brazos de la ojinegra nuevamente, lo atrajo hacía ella, acunándolo y dándole protección.

- Cálmate, cariño, ya está.

- N-no.. ¿Tú no me odias?

- Joaquín ó Daniels ¿Qué importa? Haz dicho la verdad ¿Ó no? - éste asintió. - siento tu arrepentimiento, lo noto en tu esencia, tú no eres malo, sólo estabas obligado a hacer éstas cosas. Pero dime ¿Qué haz hecho de malo? Desde que te conozco, no haz matado ni una sola mosca, no haz hecho nada. Ni siquiera haz salido de la mansión por el amor de Dios.

- Pero soy un traidor, mí padre fué el que se encargó de envenenar su..

- Exacto, tu padre. No tú.

- Pero soy su hijo, Elyzabeth. Yo estoy aquí por él.

- Daniels.. Joaquín, soy la menos indicada para juzgarte. - acarició su mejilla. - mí padre también es un jodido malnacido. Alfas imbéciles que se creen los dueños del mundo y nos usan a nosotros para sus mierdas.

- Ely...

- ¿Le haz dicho a Emilio?

- Se lo dije.

- Entonces estarás bien..

- No, él me odia, Ely. Me matarán por ésto.

- Daniels no...


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La puerta se abrió y un alfa el cuál emanaba ira se acercó a los dos omegas.

- Vete, Elyzabeth. - demandó, haciendo que la Omega mencionada bajara su cabeza en sumisión e hiciera lo pedido.

Joaquín temblaba en su lugar por la voz de mando que Emilio había usado, sus ojitos llenándose de lágrimas nuevamente.

Sintió los pasos del alfa acercarse hacía él, pero aún no se atrevía a levantar la mirada.

- Levántate, Omega. - ordenó. Joaquín aún con sus piernitas tambaleando lo hizo. - mírame.

El pequeño negó, soltando sus lágrimas, tenía miedo. El alfa podía sentir el temor del manojo de nervios frente a él y su lobo gruñia por querer tomarlo y protegerlo, hasta de él.

- Deja de llorar.

- L-lo siento.. lo siento, perdón, perdóname. - musitó entre el llanto.

- ¿Sabes lo que debería hacer ahora, verdad? - preguntó colérico. - debería ir hasta mí padre, decirle todo ésto, debería dejar que ellos mismos te juzguen. Debería dejar que te hagan pagar por toda la mierda que nos hicieron pasar. - el pequeño derramaba más lágrimas por cada palabra que salía de los labios del rizado. - debería ir hasta dónde está tu padre y matarlo por haber condenado a mí madre a una muerte agonizante y dolorosa. - volvió a acercarse hasta que sus respiraciones chocaron.- pero ¿Sabes que es lo que más debería hacer? - el castañito negó. - debería no amarte cómo te amo.



 - debería no amarte cómo te amo

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Seguimos..........






Nos vemos AlbertXioW.

I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora