CAP. 32

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Aviso : contenido explícito 🔥🔥🔥🔥🔥



Unos golpes seguidos en su puerta hicieron que el alfa gruñera mientras despertaba. Sintió un calorcito agradable en su pecho y se dió cuenta de que aquel calor provenía del pequeño Omega que descansaba sobre él, acurrucado cómo un koala a su cuerpo, sonrió inevitablemente, pero aún así, no tardó en sentir el dulce aroma que llenaba la habitación, tocando la piel suave y delicada de su pequeño, se dió cuenta de que ésta ardía cómo nunca.

- ¡Emilip! ¡Ábreme la jodida puerta! - la voz chillona y fuerte de Leidy lo hizo gruñir, en cuánto la puerta fué abierta sin previo aviso y la pelinegra se hizo lugar en la habitación, su alfa se puso posesivo, no quería que nadie se acercara a su Omega en el estado en que éste estaba en el momento.

- ¿Emi? - murmuró, a lo bajo. - Emilio..

- Mío. - gruñó aún sin perderle la vista a la pelinegra.

- Uh.. yo, lo siento yo...

- ¡Largo! - gruñó, apretando más al omega entre sus brazos.

- Mierda... Hablaremos luego... Idiota. - dijo Leidy antes de salir corriendo sin darle tiempo a Emilio para que la ataque.

- Emilio.. - volvió a jadear el ojimiel, enterrando su rostro en el cuello de su alfa.

- Estoy aquí, mí amor.

- Ah... Emi. - sin que el rizado pudiera reaccionar, ya tenía al castaño encima suyo, cómo si éste estuviera poseído, frotando su culo en su miembro y besando su mandíbula.

- Joaquín..

- Emilio... Te necesito, te quiero dentro de mí, por favor...

- Espera, bebé. - intentó tomar las manos del castaño, pero éste golpeó sus manos con rapidez y volvió a tomarlo del rostro. - Joaco..

- Emi - lloriqueó otra vez, atacando sus labios de nuevo, las feromonas que estaba desprendiendo el castaño estaban enloqueciendo al alfa, quería tomarlo allí de una vez por todas y sasear sus ganas y bajar su temperatura, pero no habían pasado muchas horas las cuáles habían tenido relaciones, no quería dañar a su Omega.

- Joaquín, esperemos. - intentó negociar. - si tú... Mierda. - gruñó cuándo el Omega apretó su duro miembro por encima de la tela de las sábanas.

- Alfa... Te necesito, te quiero dentro de mí.

Y a la mierda todo tipo de compasión que Emilio estaba guardando.

Capturando los labios del menor, lo giró sobre la cama, poniéndolo debajo de su cuerpo, el castaño ronroneaba gustoso ante el descaro de su alfa al pasar sus manos por su cuerpo.

No tenían nada que detuviera que sus cuerpos se rocen, la perlada y suave piel del Omega, que hervía por el celo que había iniciado, se tocaba con la piel de su alfa, lo que le hacía gemir al sentir el tacto que tanto necesitaba, aunque el quería más, mucho más.

Su cuerpo empezó a prepararse para darle la bienvenida a su pareja y estaba cegándolo la lujuria que se esparcía por todo su ser.

Emilio repartió besos desde sus labios, haciéndose camino por su mandíbula, cuello, pecho y abdomen, hasta llegar a dónde él quería, tomando el muslo del pequeño, pasó uno de sus dedos por la lubricada entrada, ganándose unos gemidos por parte del castaño, quién se retorcía en cada caricia que él le proporcionaba.

- Ah.. Emilio.. por favor.. - jadeó, los ojos mieles oscuros del Omega se encontraron con los del alfa, el cuál luchaba contra sí mismo para hacer las cosas lo más suaves posibles y no dañar a su amado en el proceso.

Aunque Joaquín parecía no tener la misma idea que él, al sentir uno de los dedos de Emilio en su entrada, no esperó para empujarse contra él y que éste se metiese de un sólo movimiento en su ser.

- ¡Ah! ¡Más! ¡Más, Emilio! - pedía, lágrimas salían de sus ojos sin poder evitarlo, el celo estaba matándolo, necesitaba que su alfa le quitase aquel calor insoportable y la sensación de estar vacío, él quería estar lleno, jodidamente lleno.

Introduciendo dos dedos más, Emilio quería prepararlo lo más que su Omega se lo estaba permitiendo, pues éste lloriqueaba, jadeaba y gemía, rogando por algo más que sólo sus dedos.

El rizado decidió que ya estaba malditamente listo para recibirlo, así que no dudó en subirse hasta llegar a la altura de los labios del castaño y alinear su longitud en la entrada del mismo, quiso hacerlo lento, quiso mantener la calma, seguir usando su parte racional y no el instinto animal que pedía a gritos salir del encierro en el que Emilio lo había puesto y manejar la situación.

Pero, su Omega al sentir sólo la punta del miembro del rizado, volvió a empujarse con todas sus fuerzas hacía éste y llenarse por completo, un grito de placer acompañado de un gruñido se escuchó por toda la habitación.

- Joder.. Joaquín..

- A-alfa... - balbuceó antes de que sus ojos se pusieran blancos al sentir las profundas y rápidas estocadas que su alfa le daba, se aferró a los fuertes hombros del oji-café y disfrutó del inmenso placer que estaba sintiendo, ésto era todo lo que quería, sentirse lleno, que su alfa se encargara de satisfacerlo.

Joaquín no podía recordar en un tiempo pasado, cuándo fué que sintió algún tipo de placer. Sólo sabe que supo lo que ésto realmente era cuándo estuvo entre los brazos de Emilio Osorio.

Su lobo chillaba eufórico, su compañero, su amor, su pareja destinada, estaba con él, justo a su lado, no sólo velando sus necesidades, él realmente era quién cuidó de Joaquín desde el minuto uno. Y Joaquín lo amaba, mierda que lo amaba, lo amó desde el primer momento en que lo vió.

Lágrimas se escaparon de sus ojos, no sólo por la alegría y lss olas de placer que recorrían su cuerpo, no, él lloraba por todo, por lo que le había tocado pasar, por la razón que lo había llevado hasta allí, por haberse enamorado él primero, por haber amado él primero y por ser el único de los dos que no podría vivir si el otro le falta, él lo sentía, no era estúpido, dependía de Emilio y ésto le aterraba y gustaba al mismo tiempo.

Una fuerte y profunda estocada lo hizo gemir a todo pulmón mientras sentía cómo su semilla daba en el abdomen de su alfa y el suyo propio.

Minutos después, el rizado lo siguió volviendo a anudarse dentro de él.

Al terminar con la anudación, Emilio se acostó, llevándoselo con él, haciendo que éste se acurrucara en su pecho.

Joaquín se sentía tan bien, tan satisfecho, tan bien cuidado, Emilio se había resistido y no le habia dado sólo sexo, Emilio le hizo el amor. Eso es algo que Joaquín se dió cuenta desde el primer momento y algo que el rizado tampoco negaría.

- Mío, mí Omega. - dijo el oji-café mientras hundía su nariz en el cuello de éste, haciendole soltar jadeos.

-Mhm.... Soy tuyo, alfa.




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Buenas aquí les dejo capítulos nuevos......



Espero les gusten.......


Nos vemos AlbertXioW.

I'm Yours, Alfa // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora