Capítulo 37

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Máximo.

Estamos flotando en el mar sentados sobre las tablas.

El atardecer se asienta bajo nuestra atenta mirada.

La pelinegra hasta ahora no puede creer que sea yo el niño al que beso y dice que no me va a perdonar que no le haya contado desde el inicio.

Le mostré una foto de cuando era niño y reafirmo que si era yo.

Me recuerda.

-Ahora si tengo un castillo para ti en Rusia.-le digo con la mirada fija en la marea.-Cumplí mi promesa.-envuelve mi torso con sus delicados brazos y recuesta su cabeza en mi pecho.

Tomo aire hasta llenar mis pulmones por completo.

Siento alivio mezclado con felicidad al tener esto para mí.

De tenerla a ella para mí.

-¡Oye!-golpea mi brazo.-Me ibas a matar.-abre la boca espantada y se separa de mi pecho de improviso.-En Londres, me ibas a matar.-el mentón le llegara al piso por el asombro.

-Solo estaba jugando.-me encojo de hombros restándole importancia.-Nunca apunte directamente.-se ha puesto seria.

-No te creo.-increpa furiosa.-No puedo creerlo, Máximo.- vuelve a golpear mi brazo, ni ella misma puede creer lo que hice

-Solo necesitaba que todo el mundo rumoreara que casi te mato.-le confieso y ella me mira dudosa.-No te iba a matar. Te quería como mi mujer, solo di un espectáculo digno de ver y temer.

-Da gracias a Dios que se conducir muy bien, porque si no, me hubiese matado.-el drama le corre por las venas a mi Malen'kiy.

-Ya deja el show.-bromeo.-No te hubiese dejado morir.

-Eres un imbécil.-gruñe.-Y no estoy haciendo show, solo estoy impactada.

La tomo por la cintura acercándola a mi cuerpo devorando su boca que me reafirma constantemente que no se puede resistir a mí por muy enojada que este.

Volvemos a la orilla del mar para almorzar y me doy con la sorpresa de que ha traído más postres que comida.

La miro buscando una explicación y se encoge de hombros sin darle importancia.

-Son deliciosos.

Termino la hamburguesa y como un poco del postre con sabor a frambuesa.

Me acerca otro con el mismo postre y como una cuchara para no rechazarla pero estoy repleto.

-Es suficiente.-le digo para que ya no me dé más.

Esta mujer más come postres de lo que come comida.

Su bikini es negro, de dos piezas. No puedo despegar la mirada del culazo que se maneja que me endurece la polla en un abrir y cerrar de ojos.

Me la quiero follar.

Entramos a la casa a dejar lo que sobra de comida y la tomo cerca de la barra.

Mis labios se encuentran con los suyos y ella responde gustosa tomándome por el cuello.

-Te necesito.-mi voz sale con necesidad.-Necesito hundirme en ti.-desamarro los nudos de los lados de su bikini y quito la pieza.

Le saco las tetas prendiéndome de ellas, con su mano acaricia mi bulto sobre la tela y mete la mano apoderándose de mi dureza.

Me gusta como sus manos son capaz de volverme loco, me baja el short que llevo puesto y saca mi polla.

Separa las piernas dejándome entre ellas y me hundo sin reparos mientras mi mujer gime en mi oído aferrándose a mi cabello.

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