Logan
Puede que no me crean, sinceramente me importa una mierda si lo hacen, pero no me gustan las fiestas. Antes de tener a Leah, me gustaba ir a un pub cerca de la universidad de Columbia a emborracharme, era un lugar serio, un bar donde solo ponían música rock de los 80 y nadie se atrevía a bailar.
Cuando nació Leah, dejé de ir al pub y a cualquier bar por concentrarme en la crianza de mi hija. Por primera vez en mi vida tenía a alguien a quien cuidar a parte de mí mismo, así que me fue muy fácil dejar mi vida de fiestero, aunque seguía saliendo con mujeres, pero no era lo mismo a disfrutar mi juventud.
Nunca he sido un chico de fiestas, no sé bailar, pero si mi chica quiere que baile, no tengo más opción que bailar con ella.
Me rio cuando Dove toma de mi mano y me acerca a la pista de baile. Coloco mis manos en sus caderas. Es una fiesta de piscina, así que está usando muy poca ropa y por eso me refiero al top de su bikini y unos pantalones cortos que cubren sus bragas. Su cabello rizado y oscuro está atado en una coleta alta y despeinada, dejando a su bello rostro sin maquillaje a la luz. Las luces de las farolas se reflejan en sus ojos azules, en su nariz pequeña, en sus labios carnosos de color granate. Es jodidamente hermosa y es mía, al igual que yo soy suyo. No sé lo he dicho, pero estoy completamente seguro de que ella lo sabe.
Lo admito, soy muy torpe bailando, pero cuando ponen una canción sensual, Dove es la que hace todo el trabajo al juntarse a mi cuerpo y mover sus caderas deliciosamente al ritmo de la música. Siento sus pechos junto a mi pecho y diera lo que fuera por sentir sus senos sobre mi piel desnuda. Joder, la extraño, extraño su coño apretado y húmedo, sus gemidos, como me pide más y más con cada estocada...
Mi excitación aumenta cuando se da la vuelta y mueve su culo sobre mi polla, al ritmo de la música, tan lento y tortuoso.
—No te muevas así —susurro en su oído y ella se estremece al sentir mi aliento.
—¿Así como?
—Cómo si me estuvieras follando —gruño y escucho su risa—. ¿Qué es tan gracioso?
—Nada —dice y voltea su rostro ligeramente—. Solo bailo como me gustaría estar contigo en este momento.
Sonrío y junto mis labios con su cuello, ella hace su cabeza hacia un lado para darme mejor acceso y es ahí cuando saco mi lengua para lamer como sé que le gusta. Acarició su vientre plano hasta llegar a la cinturilla de sus shorts y empezar a jugar con la tela.
—¿Quieres follarme? —pregunto en su oído y ella asiente, haciendo que mi polla crezca.
Agradezco demasiado que esta sea una fiesta sin teléfonos, así nadie podrá grabar nuestro intercambio íntimo.
—Todo el tiempo —susurra mi novia.
—La fiesta a penas ha empezado hace una hora. Sería de mal gusto que fuéramos los primeros en irnos.
—Jake y Kylie se fueron a los diez minutos que inició la fiesta —dice, restregándose en mí—. Travis y Jane a la media hora, Jessica se fue con alguien... los únicos que quedan aquí son Jorge y Hope, porque tienen parejas. No seremos los primeros en irnos.
—Bien —muerdo su cuello antes de darle la vuelta—. Pero bésame primero.
La veo sonreír y mi corazón empieza a latir de una manera que jamás había experimentado.
—Vale.
Toma mi rostro en sus manos y une sus labios con los míos, cierro mis ojos de inmediato, disfrutando cada sensación que sus boca me da. Mis manos van a sus caderas y después a su trasero, es como si ella tuviera algo que no me permite dejar de tocarla. Joder, realmente la amo y no sé cuando seré tan valiente como para decírselo, pero espero hacérselo saber con este beso.

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Mi Mejor Problema (AD #3) ✓
Romansa(Serie Amores Destinados, libro 3) Dove y Logan eran tan opuestos como el día y la noche, como el ying y el yang, y al igual que el bien y el mal, funcionan bien juntos. Solo que... eso significa otro problema para ambos.