CAPÍTULO 21✨

201 13 0
                                    

Al día siguiente...

GRUPO BUTTOWSKI.

Oficina de Gastón.

—Beba has llegado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Beba has llegado...—Gastón se levantó con alegría en su rostro al ver llegar a su prometida.

—Si... Moly me dijo que entrara directamente.. no estás ocupado verdad?—Miré alrededor de su oficina y está vacía.

—No... No estoy ocupado.—Le doy un rico beso en esos labios hermosos.

—Ya estoy aquí... A qué se debe tanto misterio...—Paso por su lado para sentarme frente a su escritorio.

—Puedes abrir ese documento que está ahí...—Señalo a sus espaldas la carpeta sobre el escritorio.

—¿Éste?—Asiente y yo procedo a abrirla.—De qué se trata...—Comienzo a leer la escritura y mis ojos se abren por la sorpresa.—Ay Gastón ésto que es...—Murmuro apenada y esperanzada.

—Es un diez por ciento de tus acciones... Son tuyas ahora.—Comento en su orejita y su rostro se sonroja.

—Pero cómo...—No entendía. ¡No podía creer!

—Pude recuperar una parte...—Mentira.—Eso implicó un buen esfuerzo pero lo logré... Ahora te las entrego a tu nombre.—Le tendí el bolígrafo y me mira atónita.

—No sé... Me parece irreal...—Se me salieron las lágrimas de la impresión.

—Oh beba... No llores...—Susurro sobre su cabecita.—Lo importante es que poco a poco vas a recuperar las acciones en su totalidad...—Acaricia su barbilla viéndola fijamente y en sus ojos no se discierne si lo dice con sinceridad o maldad.

—Dime una cosa antes de firmar...—Me tomé uno segundos para hablarle de nuevo con calma.—¿A qué costo éstas acciones son mías?—Alzo mi vista del papel y el sonríe elevando su ceja.

—Sólo te digo que mientras hagas las cosas bien serán tuyas y las podrás manejar como quieras.—Le besa la mejilla tiernamente.

Stelle sabía que seguir dejando firmas de ella en los pasos de Gastón es seguir vendiendo su alma al diablo. Ella no podía dejar perder ésta oportunidad, pero como ella misma lo dijo ¿A qué costo?

—De acuerdo...—Me resigné a portarme bien y seguir con su juego. Tomé de nuevo el bolígrafo y estampé mi firma en el documento.—Listo.—Dejé el bolígrafo.

—Perfecto...—Le empiezo a dar castos besos en su boquita y se remueve un poco obstinada.—Qué pasa beba... ¿No podemos celebrar?—Se negó inmediatamente y se levanta.

—Gastón no he estado bien estos días...—Mentí.—Quiero descansar...—El hace muecas odiosas con sus labios y lo noté hacer puños sus manos.

—Dime una cosa Stelle...—Se levanta muy serio y ella se pone nerviosa en seguida.—¿Me estás rechazando?—Eleva una ceja amenazante.

La Dulzura de una Noche...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora