CAPÍTULO 38✨

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Ese mismo día en la noche...

DEPARTAMENTO DE GASTÓN.

DEPARTAMENTO DE GASTÓN

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—Que me ves...—Stelle murmura mientras estaba sentada en el sofá de la habitación.

—Noto que tienes un aire de superioridad...—Me burlo encendiendo un cigarrillo.

Rueda los ojos y deja de verlo.

—¿Por qué tan tranquila? en estos momentos deberías estar rompiendo las ventanas, mi puerta o intentando dispararte de nuevo...—Suelta una calada de humo y Stelle no se tomaba la molestia de verlo.

—Quiero ver a mi hijo.—Pide sin verlo. Ella necesitaba estar lo más tranquila posible para lograr convencerlo de dejarla salir.—Sé que Gabriel está en la mansión...—Ahora sí lo veo pero con odio.

—Tienes razón...—Le admitió y ella abre sus ojos.—Nuestro hijo está en la mansión, pero su mamá está muy loquita por ahora...—Me reí sarcástico.

—Deja de decir que estoy loca...—Se levanta con sus manos echas puños.—¡Tú eres el único responsable de que esté así! Tan paranoica! Con tantos nervios que siento que voy a colapsar!—Reprocho furiosa y el solo sonríe ladino fumando ese cigarrillo.

—¿Me culpas de tus ataques de amor?—Resopla en una risita.

—¿Ataques de amor? ¡No seas cínico Gastón!—Murmuro aún más furiosa.—Sabes perfectamente que desde el primer momento que descubrí tu infidelidad con mi propia hermana, has sido tú quien me ha lastimado, a base de mentiras, engaños, humillaciones y maltratos...—Esos ojos de gato se pusieron vidriosos y el se puso serio con una mueca de fastidio en sus labios.—Siempre he sido la víctima...—

—¡Tú no eres ninguna víctima! ¡No lo eres! ¡No y punto!—Se zafa de mis brazos pero la sostuve fuertemente.

—Tú si estás loco...—Murmura con sarcasmo.

—Podré ser lo que sea... Pero jamás encontrarás un hombre que te ame como yo...—Su aliento a nicotina roza sus labios y Stelle quería salir de esos fuertes brazos.

—Solo estás obsesionado.—Negué.

—Por supuesto.—Asentí.—Obsesionado con tanta belleza ¿Quién no?—Sonríe ladino.—Sólo mírate...—Delicadamente roza su índice por las mejillas y ese toque fue tan suave que estremece a la mujer en sus brazos.—Fuí el primero en hacerte el amor, besar esos hermosos labios, tu primer gemido, tu primer novio... Me conozco cada detalle de tu cuerpo, los lunares donde jamás tus ojos se han posado, toda tu belleza me volvió loco e insaciable y por eso jamás te dejaré ir... Eres mía.—Susurra lo último dándole un casto beso en su boquita.

—Que mentiroso eres Gastón...—Frunce su ceño odiosa.

—¿Mentiroso yo?—Sonríe sorprendido.

—También hiciste todo eso con Esther verdad?—Queda pensativo e iba a decir algo.

La Dulzura de una Noche...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora