Capitulo 8.

42 6 0
                                    

Me dirijo de nuevo a la empresa. Llevo conmigo a Bill, mi portátil, el me ayudara a llevar a cabo mi plan de hoy.

Esta madrugada ni siquiera había salido a correr. Se me habían pasado las horas en el balcón. Recordando. Tratando de superar. Decido ya no seguir pensando en eso por el momento.

Aparco en el estacionamiento de siempre y salgo del coche, llevo un maletín para que no se vea mi computadora y mi equipo de investigación. Hoy Garrix tiene una reunión por lo que va a estar 1 hora fuera de su oficina. Lo que podría hacer en 1 hora ahí dentro serian cosas maravillosas, pero para mi mala suerte su estúpida secretaria se daría cuenta de que he pasado mucho tiempo ahí dentro. Por lo que solo dispongo de 10 minutos como máximo.

-Buenos días, Ángela, te ves muy bien hoy.- Le digo amablemente a la recepcionista. Si mi vida fuera diferente, quizá ella sería una buena amiga.

-Buen día Ava, lo mismo digo.- Responde con una sonrisa radiante.

Me subo al elevador y pulso el botón correspondiente al piso donde está mi oficina. Entro y finjo tomar unos papeles importantes. Saco a Bill de su escondite y lo programo para apagar las cámaras de seguridad y me dirijo al lugar en donde está la secretaria de voz desagradable.

-Entrare a la oficina del señor Garrix a acomodar estos documentos y otros que me ha encargado.- Le digo con seguridad para que no halla espacio a intromisiones.

-Claro.- Dice a la vez que mastica ese horrible chicle como si fuera una vaca mascando pasto y me recorre el cuerpo con una mirada de desdén. Vete al cuerno.

Entro a la oficina de Garrix y verifico mediante mi celular que efectivamente las cámaras estén apagadas. Me pongo los guantes para evitar dejar huellas. Sé que no es estrictamente necesario pero es mejor tomar precauciones. Inmediatamente me dirijo a su escritorio, empiezo a revolver papeles en busca de algo que me llame la atención. Todo parece estar en orden, solo documentos con contratos cerrados, estados de cuenta, balances generales, nada fuera de lo normal, por lo que supongo que lo importante lo debe de guardar en su caja fuerte.

Empiezo a buscar por todos lados: detrás de los marcos, en los buros... nada. No es posible que no tenga una caja fuerte en este lugar.

Cuando estoy a punto de guardar todo mi equipo y darme por vencida, noto algo desnivelado en el piso.

Te encontré.

Levanto el pedazo de alfombra y la tapa de madera que cubre la caja fuerte.

Traigo mi equipo para poder abrir a esta cajita. No tardo mucho en hacerlo, ya que es digital. Rebusco dentro. Solo hay fajones de dinero, escrituras. Pruebas de la fundación de su empresa. No hay nada más. Mierda.

Cierro todo y lo dejo como estaba. Estoy por salir de la oficina cuando llega un fax. Es imposible no mirar y lo que veo no me gusta

Es una nota...

"CUIDA TU ESPALDA, ALGUIEN ESTA TRAS DE TI"

DISPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora