Capitulo 12.

40 7 0
                                    

No espero mucho tiempo a que amanezca. Sé que John despierta temprano, por lo que me visto con unos pantalones negros ajustados con botas negras tipo militar, una chaqueta negra de cuero y me recojo mi cabello en una coleta alta y restirada.

Voy por mi arma y la meto en mi espalda. Ya no vuelvo a salir sin ella. Cargo también con mi kit que siempre llevo a todos lados.

Me dirijo a la habitación donde esta Garrix y abro la puerta muy silenciosamente. Veo que está dormido profundamente y por mi experiencia sé que se levantara muy tarde.

Tomo las llaves y salgo del departamento.


Siento un dolor punzante en mi abdomen que incrementa por segundos.

Tengo que controlarme. Nunca es bueno mostrar debilidades.

Conduzco a gran velocidad hacia el lugar en donde vive John, ya que las calles están muy despejadas. Cuando llego salgo del auto y camino rápidamente hacia las puertas. Esto me provoca un dolor horrible pero nunca he sido de las personas que caminan despacio.

Inmediatamente un hombre me apunta a la cabeza y medio segundo después mi arma está en la misma posición que la suya.

-Baje el arma.- Dice con una voz gruesa y autoritaria.

-Baja el arma.- Le devuelvo una mirada amenazante.- Avísale a John que lo busca Ava Wick.

El sube su muñeca hacia su boca y escucho que habla en una voz muy baja.

Los dos seguimos apuntándonos hacia la cabeza y nuestras miradas no se separan ni una sola vez.

No hasta que aparece John por la puerta.

-Ava.- Dice sorprendido a la vez que se acerca a mí. Yo sigo apuntando a la cabeza de su guardaespaldas.

-Javier, baja el arma, no hay peligro.- Dice dirigiéndose al hombre que me apunta.

Javier baja su arma y yo también hago lo mismo. Ahora sí, volteo a ver a John y le doy una media sonrisa.

-Cuanto tiempo, John.

-Lo mismo digo, Ava, han pasado 7 años sin saber de ti, por lo que supongo que lo que te trae por aquí es algo muy importante.

-Lo es.- Respondo.

-Bien, pasa por favor.- Dice mientras cruza la puerta.

Su casa es muy grande e iluminada. Es demasiado moderna y las paredes son de un blanco impeacable. Caminamos por un largo pasillo hasta llegar a una puerta muy amplia. Entramos y por lo que veo, es su oficina.

-Siéntate.- Dice de un modo autoritario.

Decido quedarme parada para poder estar más cómoda con mi herida.

-Bien, dime que te trae por aquí.- Dice a la vez que se sienta detrás del escritorio.

-Estoy enterada que hace no mucho tiempo te nombraron director y jefe de nuestra organización. Por lo que vengo a cobrarme el favor que te hice hace 7 años.- Directo al grano. Sin rodeos aburridos.

-Veo que sigues siendo tan directa como cuando nos conocimos. Debo hacerte una pregunta. ¿Cómo es que te enteraste de mi nuevo puesto? Solo había tres personas que lo sabían, hasta ahora. La persona que me puso en este puesto. La persona que se hace pasar por mí. Y mi esposa.

-Sabes que siempre tengo mis propios medios para enterarme de todo.- Le digo con una media sonrisa.

-Bien, entonces, si tienes tus propios medios... ¿Qué es lo que estás haciendo aquí?.- Pregunta con el ceño fruncido.- No es que no te quiera hacer un favor. Pero me parece muy extraño.

-Esta vez mi vida está en juego.- Le respondo cortantemente.

-Ya veo. Sabes que te debo la vida y la de mi familia. Estaré siempre en deuda contigo Ava. Este favor no compensa para nada lo que tú hiciste ese día por mí. Pídeme lo que necesites.- Me dice con una sonrisa cálida.

La historia de cuando nos conocimos John y yo es un poco... extrema.

Resumido. Yo acababa de terminar una misión la cual me había dejado herida. Estaba caminando por la calles para dirigirme a mi auto y escuche gritos y muchos golpes.

Era de noche, por lo que no podía distinguir muy bien las cosas, eso, sumado a que la vista se me borraba por la debilidad hacia que fuera más difícil. Me acerque rápidamente hacia donde se originaban los gritos, era un callejón oscuro y solitario. Ahí vi a John, un hombre alto, de cuerpo musculoso... y muy cansado. El estaba luchando contra 5 hombres. Por lo que alcanzaba a distinguir desde mi escondite ya no iba a resistir mucho y por si fuera poco, su esposa y dos niños estaban acorralados en el piso por otros dos hombres que les apuntaban a la cabeza.

Llegó un punto en que John no pudo resistir más y lo vencieron. Le dijeron que el vería morir a su familia y pagaría por lo que le había hecho al padre de uno de ellos. Sabía que tenía que defenderlos. No podía permitir que el pasara por semejante dolor. Era algo inhumano. Así que no me importo que estuviera herida. Sabía que era muy arriesgado entrar ahí. Puesto que primero tenía que poner a salvo a la familia. Afortunadamente pude hacerlo.

Cabe mencionar que esos hombres ya están pudriéndose bajo tierra.

-Solo te voy a pedir que des la orden de que me expandan los días de mi misión. Al menos una semana y media más. Eso es todo, de lo demás me encargo yo.- Le respondo.

-Supongo que tus razones tendrás para no poder cumplir tu misión en tiempo, pero no te preocupes, eso ya está arreglado.- Mientras termina de decir eso marca a un número con su teléfono celular y da lo orden que le he pedido, inmediatamente después de decir la última palabra, cuelga.

- Asunto arreglado.- Dice.

-Gracias, John.- Le digo con una mirada llena de agradecimiento.

-No es nada. Pero bueno, cuéntame cómo te ha ido. Y también la historia de ese disparo en el abdomen.- Dice mientras apunta hacia mi herida.

Yo sabía que a él no se le iba a pasar por alto este tipo de cosas. Siempre ha sido muy bueno observando. No por cualquier cosa está en el puesto grande.

-Es una historia tremendamente aburrida. Sé que no la querrás escuchar... ¿Cómo está tu familia?.- Pregunto cambiando el tema.

-Perfectamente, ellos aún están dormidos.- Dice a la vez que sus ojos brillan. Se ve que los quiere mucho.

-Me da gusto... John, me tengo que ir. Fue... muy agradable volver a verte.- Le digo mientras le estrecho la mano. Pero el me sorprende al jalarme a su lado y darme un abrazo muy fuerte.

-Ava, gracias por todo. Nunca tuve oportunidad de agradecerte. Simplemente desapareciste.- Me suelta y me le quedo mirando. Parece sincero.

-Así tenían que ser las cosas. Nadie podía enterarse de que me metí en otros asuntos que no me correspondían.

-De nuevo gracias.

-Lo hice por un bien.- Le ofrezco media sonrisa y sin más doy media vuelta para irme.- Conozco el camino.- Le digo mientras camino rápidamente a la salida.

Se que esto que hice va desencadenar la furia de Erick y Daniel, pero solo tengo que concentrarme en terminar esta misión.

Mi última misión.

DISPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora