Capitulo 3.

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Cuando se abren las puertas en el piso 30 me dirijo a la única secretaria que está ahí. Es toda una modelo. No me extrañaría que estuviera enrollándose con el criminal que a partir de hoy tiene sus días contados.


-Hola, buen día.- Digo de forma automática.- Vengo a presentar una solicitud para el señor Cam Garrix, me han dicho que el piensa atender las solicitudes personalmente.


-Claro, en un momento la comunico.- Responde al mismo tiempo que me recorre con una mirada de desprecio.


Llevo puesto un traje hecho a la medida color gris, tacones altos, una coleta alta y maquillaje discreto. Todo lo profesional que se puede ser pero al mismo tiempo dándole un toque no tan cerrado.


-En un momento la recibirá.- Dice con la voz pitona. Su voz hace que quiera taparme los oídos pero sé que será de mala educación. En otras circunstancias no me habría importado, pero hay que guardar las apariencias.


-Gracias.- Le devuelvo la sonrisa de lo más hipócrita.


Pasan 5 minutos y empiezo a desesperarme, la  paciencia no es lo mío, yo soy más de ver, actuar y no esperar. Suena el teléfono de la secretaria y dice:


-Puede pasar ahora.- Hace un ademan hacia la puerta indicándome que pase por ahí.


-Gracias.- Me  levanto de mi lugar y me dirijo a la oficina del narcotraficante.


Al entrar observo toda la habitación, es muy amplia, y tiene una decoración moderna. Al fondo hay un ventanal que deja ver toda la ciudad sin ninguna complicación. Y parado frente a él se encuentra Garrix. Con un traje negro, observando la cuidad pensativamente.


Puedo distinguir en su postura que esta tenso. Quizá su cargamento de cocaína no salió como lo esperaba.


Pongámosle un poco de  diversión a esto.


Me aclaro la garganta para que se dé cuenta de que estoy ahí. Al darse la vuelta lo veo, es impactante, tanto que se me atraganta la respiración. Las fotos no le hacen justicia en la vida real, claro que ya lo había visto cuando choque con el pero ni siquiera me di el tiempo  de observarlo detenidamente.


Es de una altura imponente, cuerpo musculoso, y ese traje amoldándose perfectamente a sus brazos. Lleva puesta una corbata color azul. Al verme se sorprende, creo que me ha reconocido.


Él se acerca hacia mí y por un momento me siento pequeña contra él, pero me recupero al instante, irguiéndome lo más que puedo para recuperar el control de la situación.


-Buenos días, señorita que golpea a los civiles solo por tratar de ser amables- Dice con una media sonrisa que hace que se me derritan las entrañas. No se me pasa por alto el brillo maquiavélico de sus ojos, sé que su mente esta maquinando algo, aunque no sepa de qué se trata. Eso me hace ponerme en alerta al instante.- Debo ser franco. Usted es la última persona que esperaba encontrarme en mi oficina.


-Bu-buenos días.- Demonios, que me pasa, yo nunca tartamudeo. Respira, esto debe ser pan comido para ti.


-Que la trae por aquí, acaso viene a ver si no tengo mi cuello quebrado?- Dice mofándose de mí y acercándose un poco más. Parece un león esperando atacar a su presa.


-Vengo a presentar una solicitud para el puesto de asistente. Pero me han dicho que eso lo quería atender usted personalmente, así que, aquí estoy.- Le digo ignorando todo lo anterior que ha dicho y le sonrío amablemente. Que empiece el juego pequeño gatito.


-Oh sí, claro. Permítame.- Dice y me tiende la mano para que le entregue los papeles.


-Aquí tiene.- Contesto


Los agarra y se dirige a su escritorio, haciéndome una seña con la mano para que tome asiento. Veo que frunce el ceño y sé que está a punto de preguntar algo, después de esa expresión viene una pregunta. Tantos años de experiencia sirven para algo.


-¿Cómo es que una persona con tu experiencia y capacidad, termina presentando una solicitud para asistente personal?- Pregunta extrañado.


-Soy de las personas que piensan que en un lugar siempre debes empezar desde abajo para terminar a lo grande. Vi la oportunidad en esta empresa y me anime.- Contesto con una falsa sonrisa. Pareciendo lo mas tonta posible.


-Pues es prácticamente imposible rechazarte, Ava Wick.- Si claro capullo, sigue dándome motivos para estrangularte.


El me mira por un tiempo que me parecen horas. Sé que me está estudiando detenidamente, veo la expresión en su rostro y también sé que trama algo. Me frustra no saber que es. Después de lo que parece una eternidad habla.


-Empiezas mañana, a las 8:00 a.m. para que firmes contrato y arreglemos las clausulas.- Bien, debería alegrarme por esto, pero en realidad no lo hago, no me siento muy segura de que este cayendo en mi trampa y eso hace que mi confianza se desestabilice.


Claro, no me extrañaría viniendo de un narcotraficante, que tuviera siempre un As bajo la manga. Pero por el bien de sus ultimas horas, sera mejor que no lo use conmigo.


-De acuerdo, entonces, nos vemos mañana.- Digo a la vez que me levanto y le tiendo una mano a forma de despedida.


-Un placer.- No se me pasa por alto la forma en que ha dicho placer. Gilipollas.


Cuando nos estrechamos la mano es como si me dieran una descarga en el brazo, solo con eso lo podría comprar, me recorre todo el cuerpo y hace que cierre un poco los ojos. Es algo extraño, sé que él ha sentido lo mismo porque me mira muy intensamente. Sus pupilas empiezan a dilatarse. Rodea el escritorio y se pone frente a mí. Puedo sentir su calor corporal, su corazón latiendo muy fuerte, su respiración agitada aunque este a un metro de distancia.


Sé que intenta reprimir algo, pero soy como un perro policía y se cuál será su siguiente paso. Y por más que quiera quedarme aquí paradita, esperándole, es mejor no averiguarlo. Así que doy un paso hacia atrás, recuperando mi espacio personal que estaba invadiendo.


-Nos vemos, Cam.- Digo mientras sigo dando pasos hacia atrás.


-Estoy seguro de ello, Ava.- Dice mirándome intensamente, veo la confusión en su rostro.


Salgo lo más rápido que me permiten estos estúpidos tacones. Necesito aire. Estoy muy confundida, no sé qué carajos ha pasado allá arriba y para ser sincera no me gustaría averiguarlo.


Tengo un objetivo, y esto debe terminar con Garrix muerto.

DISPARADonde viven las historias. Descúbrelo ahora