Capitulo 33

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Siento mi cuerpo tan dolido que quiero gritar en desesperación. La negrura va disolviéndose a causa de imágenes que llegan a mi cabeza.

Yo en el show. Yo entrando a la oficina de Escorpión. Yo peleando. Yo tomando de la caja fuerte los...

-MIERDAAAA!- Me levanto de un golpe y camino rápidamente hacia Morgan que se ha levantado de su silla con los ojos sobresaltados a causa de mi repentino despertar. Importándome poco que mi cuerpo este desnudo lo tomo del cuello de su camisa, manchada de sangre.

-Dime que maldita sea tienes los papeles que estaban junto a mi cuando me recogiste en el callejón.- Un destello de duda aparece en su mirada, lo que hace que mi corazón empiece a latir fuertemente.

-Los tengo.- Esas simples palabras hacen que suelte el aire que estaba conteniendo e inmediatamente todo el dolor por los golpes caiga sobre mí como un balde de agua fría.

Mi cara se distorsiona en una mueca de sufrimiento y me dejo caer al piso sin poder evitarlo por la debilidad de mis piernas.

Cam se acerca rápidamente a mí, ya que hasta el momento se había mantenido tan alejado como si fuera la misma peste.

El me toma en sus brazos y me vuelve a recostar en la cama, lo que me da la perfecta visión de su mirada. Inundada de culpas y remordimientos. No lo había entendido hasta ahora. Recuerdo su risa... y la de esa puta. La ira me domina y de un empujón lo aparto de mí lanzándole una mirada de odio que hace que sus ojos se cristalicen.

-Ava, permíteme...

-NO. No maldita sea, no.- Le grito agitando mi mano hacia él como si fuera una mosca que esta molestándome. Puedo ver como en su mirada se quiebra algo. Algo que posiblemente nunca se pueda reponer. Eso hace que él se de la media vuelta y vaya hacia el baño.

Morgan se acerca preocupado, con unas pastillas y mi botecito con ungüento. Me ofrece las pastillas y yo las tomo rápidamente para que al menos baje un poco el casi insoportable dolor.

Examino mi cuerpo y a lo que mi vista alcanza a distinguir esta curándose. Hago una nota mental para en algún momento ir a besar a Liam, el dueño del laboratorio que me ha salvado el culo muchas veces gracias a esa fantástica mezcla que Morgan tiene en sus manos.

-Ava, quiero que me cuentes que fue lo que pasó.- Exige Alex autoritariamente para no darme pie a que pueda escaparme.

-Te lo contaré pero necesito un incentivo. Pásame mi bolso.- Le pido.

El sale en busca de el y me lo entrega.

Dentro encuentro un sobre blanco en donde esta lo que busco.

Arranco un pedazo de hoja y en el vierto marihuana. Me levanto y cubro mi cuerpo con una bata de baño bajo la atenta mirada de Morgan que está sorprendido por lo que estoy haciendo y salgo hacia el balcón. Lo menos que quiero es que las alarmas empiecen a sonar y tener a personas entrometidas en la habitación.

Prendo el porro e inmediatamente lo llevo a mi boca dando la primera calada que hace que mi cuello se destense.

-Yo entre al club como cliente, así que no hubo problema para poder...- Empiezo a explicar el suceso.

En eso entra Cam, con los ojos enrojecidos lo que hace que una punzada de culpabilidad se instale en mi cuerpo pero al recordar lo que hizo se desvanece tan rápido como ha llegado.

El voltea a ver lo que estoy fumando e inmediatamente frunce el ceño.

-Joder, dime que no estás fumando lo que pienso.- Grita furioso pero Morgan lo detiene en el camino antes de que me arrebate a mi tesoro.

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