Capitulo 1

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Ya pasaron como dos semanas desde ese día que me enamore mentalmente de Damian, no lo volví a ver en persona tan cerca, solo lo veía en los partidos desde las tribunas. Y sigo pensando lo mismo, que pedazo de hombre. Tan imponente y varonil. Hoy jugamos la semifinal con Colombia, estoy tan orgullosa de este equipo, mi papá me habla siempre de ellos y su crecimiento fue enorme. Me siento feliz por esto.

Estaba en la puerta del estadio ya para ingresar cuando mi celular empezó a sonar. Lo saqué de mi bolsillo y era papá. Conteste rápidamente.

- Pa, ¿Paso algo? -me aleje de la fila para escucharlo mejor.

- Amor, necesito un favor.-de fondo se escuchaban muchos murmullos y música- Lío necesita un poco de atención en sus piernas, y tus manos mágicas son geniales para esto. -sinceramente no puedo creer que me esté pidiendo esto.

- Pa ya estoy haciendo la fila para entrar al estadio. -dando a entender que no iba a ir.

- Mejor, si venís podés ver el partido desde los asientos de suplentes, ya que serías parte del cuerpo técnico. -eso si me gusta.

- Decime por dónde tengo que ir, estoy re perdida. -me explico cómo llegar a la puerta de servicios y me dirigí hacía ahí. Hablé con un seguridad explicándole y me dió el ok, ya le habían avisado que iba a ir.

Los pasillos eran altos y larguisimos, ya me sentía perdida y no había hecho ni diez pasos dentro. Escuché cumbia a lo lejos, acompañado de gritos y silbidos. Ahí deben estar mis argentinos.

La puerta estaba cerrada y se veía un cartel indicando que estaba mi selección acá, instantáneamente me puse nerviosa, olvide que iba a ver a Damián.

Abrí sin tocar, gran error, mis ojos no están preparados para ver tantos cuerpos semi desnudos juntos. Inconscientemente mis ojos buscaron a un hombre de 1,95cm. Nadie se dió cuenta de mi llegada, solo él, que me miraba desde su puesto, atrás de el colgaba su camiseta con el número 23. Rodrigo De Paul estaba bailando de acá para allá por todo el vestuario, y sin querer me llevo puesto casi tirandome. Emiliano se paró como si tuviera un resorte en el culo y se acercó a mi.

- ¿Estás bien? -su mano gigantesca se apoyo en mi brazo buscando respuestas. Solo atiné a mirar su boca y asentir. Que ganas de comerlo, por dios. No sé me pasa eh.

- Discúlpame, no te había visto. -esta vez hablo Rodri. Lo mire y en persona es mil veces más lindo que por foto, no le hacen justicia.

- Si, no te hagas problema. Por suerte no me caí. - respondí sin problemas.- Caeli, un gusto. -extendí mi mano para saludarlo, la mano de Emiliano me soltó rápidamente y lo mire. Este solo entrecerró sus ojos y se fue a sentar nuevamente.

- Rodrigo, igualmente un gusto. ¿Venías buscando a alguien? -empezo a mirar a su alrededor ya buscando a quien no le dije.

- A Lio, soy la hija de Daddy. -me acostumbré a llamarlo así con otras personas para que sepan de quién les hablo. Sus ojos me miraron rápidamente con sorpresa, a lo que reí.- No podés creer que una chica tan linda sea su hija ¿no? -le subí y baje mis cejas. Rodrigo se rió fuerte llamando la atención de algunos. El papu se fue acercando.

- Y la verdad que no, tu papá medio desacomodada tiene la cara. -fue mi turno de reir.

- Pero miren quien llegó. -su tono mostraba malicia.- Ya superaste al Dibu y te diste cuenta que yo soy más lindo, por eso estás acá. -lo mire sin creer lo que dijo.

- ¿Te gusta el dibu? Mira que es medio boludo. -dijo Rodrigo en broma. Los tres nos giramos a mirarlo al mismo tiempo y él ya nos estaba mirando.- No sé si me escucho, pero me va a pegar si es así.

Fisioterapeuta por un día // Dibu Martinez (SSA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora