Capitulo 13

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Hoy jugamos los octavos de final con Australia, los chicos andan de acá para allá sin saber que hacer. Los veo nerviosos y algunos como Emi y Rodri no sé cansan de decir cosas motivadoras, Rodri principalmente. Emi les da confianza, pero Rodri los motiva.

Hoy no le preste tan atención a Emi cómo me hubiera gustado.

Estoy guardando mis cosas en un bolso, falta menos de una hora para que empiece el partido por lo que ya no me necesitan. Al final hice más masajes que otra cosa en este mundial, por suerte no paso nada malo.

Sentí una mano tocarme el culo, sin nada de vergüenza, me di vuelta asustada encontrándome con Emi y su carita pícara, no pude evitar sonreír y morderme.

No puedo dejar de pensar en lo que paso anoche y se nota que el tampoco, me acorraló contra la camilla haciéndome apoyar mis manos en ella, a la vez que el me tenía agarrada con una y la otra también la apoyaba en el mismo lugar que yo.

– Si todo sale bien, a la noche podríamos ver una peli, ¿Que te parece? –no me dejó ni contestar y mordió mi labio inferior, provocándome. Ya tenía puesta la ropa para jugar, y mi imaginación ya nos mandó a otro lugar. Mi interior se contrajo de solo pensar en estar acostada nuevamente con él.

Mi ceño se frunció con confusión, lo tomo de la mandíbula y giro su cabeza hacia un costado, tiene la bandera Argentina teñida en su costado. Cómo si no fuera suficiente solo ser él para gustarme, hace estas cosas que lo hacen ver tan hermoso. Ni se esfuerza en ser hermoso, solo lo es.

– ¿Te gusta? –ahora solo giro su cabeza modelandome su nuevo corte, me hizo un pucherito porque yo no le respondía.

– ¿Todo te va a quedar bien? –lo halague.– Te queda hermoso. –toque con la punta de mis dedos esa zona. Él en ningún momento me soltó de esa posición tan íntima que tenemos.

Se aclararon la garganta a nuestro costado y nos separamos de golpe asustados. El papu nos miraba subiendo y bajando sus cejas, con una sonrisa pícara.

– Por lo que veo ya me hicieron caso. –gire mis ojos mirándolo mal.

– No me dejas ni darle una manoseada tranquila vos, pesado. –dije causando la risa de Emi.

– Encima que les vengo a salvar el culo, tu papá está viniendo para acá, tarada. –haciendose el ofendido se fue. Emi dejando un beso en mis labios y después en mi frente, salió de la habitación.

Agarre el bolso y salí encontrándome con mi papá rodeado de los chicos y Emi queriendo escaparse del vestuario.

– Déjenme que lo cago a trompadas. –dijo mi papá enojado, no entiendo nada la verdad.

– ¿Que paso? –pregunte preocupada, Emiliano vino corriendo y se escondió atrás mío, cómo si fuera posible.– ¿Que hiciste Damián? –lo mire sin creer que mi papá lo quiera matar.

– Me escucho cuando le estaba diciendo al cuti qué tenías un re culo. –me susurro y largue una carcajada.– Dale boluda, tu viejo me va a matar, hace algo. –me miro indignado.

– ¿Y que puedo hacer yo? Viste lo que es mi viejo, ni si quiera para tenerlo diez minutos me sirve la fuerza. –mi papá es un hombre bastante grande, la estatura la saqué de mi mamá.

– ¡Lo voy a matar!¡Vení pendejo de mierda que te rompo el culo a patadas! –entre Ota, el cuti y Taglia lo estaban atajando y mi papá estaba a nada de soltarse. En eso entro Scaloni sin entender que estaba pasando.

– Eh viejo, ¿Que pasa acá? –pablito solo miraba expectante. Mi papá se quedó callado y mirando con tremenda cara de culo a mi arquero.– ¿Que hiciste? –lo miro ahora a Emi. Este se paró ofendido.

Fisioterapeuta por un día // Dibu Martinez (SSA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora