Capitulo 27

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Abri mis ojos sintiendo como un golpe seco me hizo saltar en mi asiento. Echando mi pelo hacia atras mire el camino. Emi giro su cabeza hacia mi sonriendo.

— ¿No te cansas de dormir vos? Metiste dos horitas de siesta. —lo mire con cara de asco haciendolo carcajear. Vi como paramos frente a una entrada enrejada, habia una garita de seguridad.— Buenas tardes, vengo a la casa..—fue interrumpido.

— ¿Dibu? —el señor de seguridad no podia mantener su boca cerrada de la impresión.— No lo puedo creer. Me esta bajando la presión, ¿Podemos sacarnos una foto? —no pude evitar reirme con su sinceridad, yo le hubiera dicho lo mismo. Mi arquero con esa sonrisa tan timida que si lo miras decis ¿Este hombre es el mismo que le bailo y festejo a los franceses con tanta seguridad y confianza? Si señores, si es él. 

— Obviamente si, si no me lo pedia usted se lo pedia yo. —bromeo, ¿Escuche su voz temblar? Pero por favor, si no es un jugador nuevo, tiene años de carrera, no debe ser la primera vez que le piden una foto. Se giro hacia mi una fracción de segundo para volver su atención al señor. Mi corazón golpeaba en mi garganta, y senti en mi estomago los tipicos nervios y un calorcito en todo mi cuerpo. ¿Qué brujeria me hizo este hombre? Mi respiración sin poder evitarlo estaba acelerada. 

Mi cara debe ser un digno poema mientras analizo todas las sensaciones que tengo y me hace sentir Emi con solo una miradita. 

El seguridad salió de su garita con  el celular en mano. Solo espero que no tenga problemas por esta acción, sé que suelen ser bastante estrictos, más en recintos como estos, privados y exclusivos. Se tomaron la foto, luego Emi grabo un video para el nieto de Ruben, que ya supimos el nombre por suerte, y después nos abrio el porton dandonos paso al lugar. 

— ¿Se puede saber porque estas tan callada? Desde que te conozco es la primera vez que estas más de diez minutos en silencio, es raro la verdad. —vi como se inclino un poco sobre el volante al doblar en una esquina, mirando hacia los dos lados, no transita casi nadie pero es mejor prevenir que lamentar. Mi silencio se debe a que sigo ubicando mis sentimientos fisicos, no puedo terminar de entender en que momento voy a dejar de sentirme asi a su al rededor o si no voy a parar nunca y cada vez que él me mire yo voy a terminar hiperventilando como si estuviera viendo al mismisimo Harry Styles en persona. Que dejenme decirles no es poca cosa la verdad, lo estoy comparando con Harry Styles chicos, no sé quien de los dos tiene que estar más halagado por esto. 


Abri y cerre mi boca como un pez buscando su tan preciado oxigeno, sin saber realmente que contestar. Ya hicimos toda las cochinadas que se puedan imaginar, ya nos besamos, ya dormimos juntos, estoy planeando irme a vivir con él A INGLATERRA, ¿Siguen existiendo motivos para que me siga poniendo así? 

En ese momento Emi freno en el frente de la que supongo es su casa, bueno la de sus padres, y bajo sin darme tiempo a responderle, va si tuve tiempo de responderle pero no fue lo suficientemente largo la verdad. Antes de que pueda llegar a reaccionar o atinar a abrir la puerta, él ya estaba esperandome del lado de afuera del coche, con una mano extendida hacia mi para ayudarme a salir. Es todo un caballero, habre hecho las cosas bastante bien en mi vida pasada para merecer esta clase de tratos. Un timido gracias salio de mis labios acompañado de mi mirada en el suelo. ¿Quien es la timida ahora? 

Vi como la puerta del frente se abrio y salio corriendo a nuestro encuentro, va, al encuentro de Emi, una mujer que supongo y estoy segura debe ser su madre.

— Amorcito de mamá. —exclamo a la vez que tomaba los cachetes del giganton entre sus manos apretujandolos. Me movi hacia un costado a la vez que me reia silenciosa y maliciosamente. Un hombre alto, pero no más alto que Emi, se acerco hacia mi con una sonrisa que no dude en responder. 

— Hola, vos debes ser Caeli. Emi nos harto hablando de vos. —bromeo llamando la atención del anterior nombrado, pude ver sus mejillas rojas, pero no sé si sera de la verguenza por lo que dijo su papá o por el trato que estaba recibiendo por las manos de su mamá. Sin dudarlo me acerque al padre de Emi y lo salude con un beso en la mejilla. Por detras de él vi salir a Ale, el hermano de mi arquero, el cual sin dudarlo se acerco corriendo y levanto en el aire a Emi, o lo intento, separandolo de los brazos de su madre, creo que lo hizo a proposito para salvar a su hermanito menor de esta tortura para él. Su madre ahora si se giro hacia mi y sorpresivamente me envolvio en un abrazo cariñoso dejandome sin saber como reaccionar. 

— Vos debes ser Cali. —repitiendo lo mismo que me dijo su esposo minutos antes.— No sabes lo feliz que estoy de al fin conocerte en persona, estaba muy ansiosa por este momento tengo que admitir. —sonrei queriendo contener un poco la felicidad y nervios que mi cuerpo esta fabricando.— Vengan, vamos adentro, deben estar cansados por el viajecito. Emiliano yo no entiendo como sos tan terco de no ponerte protector solar, si antes eras colorado ahora sos un morron. —sin evitarlo asenti dandole la razon.

— Si no le ponia yo apenas empezamos el viaje, él no se iba a poner nada, ahora estaria peor. —no dude en mandarlo al frente. Ale se rio y Emi solo tenia su boca abierta en sorpresa sin creer que me haya puesto del lado de su madre. 

— Es cabeza dura, miles de veces hay que hablarle para que entienda y a veces ni asi funciona. Pero bueno, asi son los hombres, va, asi son los hombres Martinez. ya te vas a acostumbrar. —me hizo un gesto restandole importancia mientras se adentraba en su casa por la puerta delantera. 

Le di una mirada a Emi sin poder mantener mi cara serena, estoy que me desmayo de los nervios. Ellos, los tres hombres que habia en este momento en la casa, venian atras cuchicheando, mientras tanto la madre de la casa me fue guiando a la cocina y a la vez que ponia en agua en la pava electrica movia su pie de arriba a abajo a un ritmo lento de conteo. 

— ¿Como se porto en el festejo? —abrio los muebles sacando el equipo para el mate. Me apoye en la mesada apoyando mis manos en mis costados. 

— Bien dentro de todo, casi se pelea con un hombre, con el que salto adentro del micro exactamente. Pero después de eso solo canto y chupeteo. —me encogi de hombros. Ella se rio por mi ultimo comentario. 

— ¿Sabes que te quiere no? —aprete mis labios con nerviosismo, no sé a que parte de la cocina mirar, dentro mio, muy muy en el fondo sabia que esto iba a pasar, es medio obvio, es su madre.— Jamas nos hablo de nadie como nos hablo de vos. Antes de divorciarse hablaba mucho conmigo pidiendome consejos. ¿Pero que le podes aconsejar a un corazón que ya estaba queriendo a otra persona? Absolutamente nada, inconcientemente él ya sabia lo que sentia por vos pero no lo acepto hasta que no se vieron en persona nuevamente. El dia que se vieron por primera vez después de la copa america me llamo tan feliz, contandome lo lindo que fue volver a verte, me conto lo directa que fuiste en su momento y como pasaste de eso a ser la mujer mas timiada que el habia conocido. Él ya te queria Cali, te queria antes de divorciarse. No es que tengas la culpa de lo que paso, si no que fuiste su empujoncito a buscar un poco más de felicidad entre tanta monotonia. Me da orgullo y felicidad ver que respeto a Mandinha hasta que firmaron absolutamente el divorcio. Y sé que te va a respetar en todo momento, porque te quiere. —mi boca fue abriendose a medida que ella soltaba cada palabra. 

— Yo también lo quiero. —dije apenas sali de mi estado de asombro.— Realmente lo quiero muchisimo señora, no tengo ni palabras para poder describir como me siento cuando estoy a su lado, hasta ahora que ya pasamos un tiempo juntos, me cuesta un poco dejar la timidez de lado o mi nerviosismo. Y me alegra saber que el se siente igual conmigo, a mi lado. Soy feliz, me pidio irme a Inglaterra con él..—en ese momento fui interrumpida por Emi entrando a la cocina.

— ¿Pueden dejar de sacarme mano por favor? Gracias. Dos minutos estuvieron juntas y ya tengo las dos orejas rojas, no solo una. —me mordi riendome.

— ¿Quien sos Emiliano? No sos el ombligo del mundo, lo sabes. —me cruce de brazos desafiandolo, la mamá de Emi iba y venia con su mirada entre nosotros.

— Para tu información, soy el mejor arquero del mundo. —rode mis ojos mientras él se acercaba a mi. 

— Eso estaba todo arreglado, no sabias por lo que veo. —escuche reir a su madre mientras él me hacia cara de sorpresa y dolor.— Pero para mi si sos mi mejor arquero. —le hice ojitos comprandolo un poco, su sonrisa tierna se mostro y me envolvio en sus fuertes brazos. 

Mi arquero favorito, el mejor del mundo, y mi gran amor por lo que puedo ver y sentir.


Fisioterapeuta por un día // Dibu Martinez (SSA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora