Capitulo 14

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Entre sueños escuche risas y un "Shh, los van a despertar". Me empecé a quejar en dormida. ¿Quién mierda vino a joderme mientras duermo? Quise moverme pero tenia algo pesadisimo encima mio. Peor me quejé, hasta que pude abrir un poco mis ojos y ser más consciente de lo que pasaba a mi al rededor. 

La luz entraba por la ventana, dando de lleno en mi cara, por lo que me gire y me encontré con el rostro de Emi a centímetros del mio, se lo veía todavía más relajado que anoche, los rayos de sol iluminaban su cara por completo, dejando ver con más detalles sus hermosas pecas y lunares. Sin pensarlo me acomode más escondiendo mi cara en su pecho, y pasando mis brazos por debajo de los suyos lo abrace. Emi me apréto más contra su cuerpo y su pierna se doblo más encima mio, por lo que estaba completamente apretujada por este gigantón, obvio no me opongo, me encanta. 

Escuche un carraspeo a mis pies y asustada levante mi cabeza, provocando un mareo. En la punta de la cama estaba el trio dinámico observándonos con burla y ternura. 

— ¿No es muy temprano para que vengan a romper las bolas? —sin darle mucha importancia volví a mi posición inicial, ignorándolos por completo.— A parte, ¿Cómo mierda entraron? —ahora mi voz se escuchaba amortiguada por el pecho de Emi. 

— Uno, no es muy temprano, van a ser las dos de la tarde. Y dos, tu papá nos dio la llave para que te vengamos a buscar. Te recomendamos que salgas ahora porque si no aparecemos con vos en diez minutos te va a venir a buscar él en persona. Y casualidad solo vos y el Dibu bebé no se levantaron todavia. —Rodri cruzado de brazos me resumio todo en pocas palabras.

Empecé a querer levantarme pero Emiliano es pesado, es muy grande para mi. Sacar su pierna de encima mio costo más que correr una hora con estos tres boludos. De un momento a otro él en dormido me agarro entre sus brazos haciendome girar hacia el otro lado por encima de su cuerpo, me trato como si fuera un almohadon, la puta madre. 

— Emi, Dami. —lo llame despacito tocando su brazo, me hizo un sonido de que me habia escuchada.— Hay que levantarnos, papá se dio cuenta que faltamos nosotros dos nomas. —suspiro fuerte y sin esperarmelo se subió completamente a mi cuerpo, dejandome apretada contra el colchón y su cuerpo. 

— Decile a tu papá que se deje de joder, es nuestro día libre y podemos pasarlo juntos. —acomodo su cabeza en mi pecho, haciendome cosquillas con la punta de su pelo en mi nariz. Él no se dio cuenta que los chicos estas observando y escuchando todo lo que hacemos.— ¿Qué te parece si terminamos lo de la otra noche? —los colores subieron a mi cara, Emi seguia con los ojos cerrados y apoyado en mi, mientras yo veia a los chicos como querian reirse de la situación.

— Emi. —volvió a hacer ese sonidito.— Los chicos te estas escuchando. —apenas termine de decir eso levanto su cabeza rápido  de mi pecho y con sus brazos se empujo hacia arriba, para girarse y buscarlos. Los tres automáticamente se empezaron a reir. 

— Así que terminar lo de la otra noche eh. —el papu hizo cara de cochino, para provocarnos. 

— Miralo al Dibu sexo Martínez. No te tenia así eh, ganador.— ahora hablo Lean cruzandose de brazos y asintiendo. Emi suspiro y volvió a acostarse encima mio, sabia que son muy burlistas. Yo lo abrace sin perder tiempo y él así se tiro hacia mi costado quedando igualmente abrazados.— Che bola, en serio, levantense, el Daddy dijo que si no apareciamos con vos iba a venir, cuando nos dijo que te iba a venir a despertar nos ofrecimos a hacerlo nosotros porque ya sospechabamos que ibas a estar con este. Ninguno de los dos aparecio a desayunar y menos a almorzar. —los otros dos solo asentian dando la razón a lo que decia el ojiverde. 

— Boludo ahí viene, acaba de doblar el pasillo. —hablo Rodri desde la puerta haciendo de campana, Emi pensando rápido se levanto poniendose su remera y ojotas, entro al baño y salió segundos después con la cara lavada y el pelo acomodado. En ese momento mi papá entro por la puerta mirandolos a los cuatro con cara de sospecha. 

— Dale Caeli, hace media hora te estamos queriendo levantar. —hablo Emi disimulando su voz de que recién se despierta. Papá sin creerle nada lo miro con mala cara.

— ¿Vos donde estabas? —le pregunto sin dar muchas vueltas, yo mientras tanto volvi a taparme y acomodarme de costadito para intentar dormir de nuevo. 

— Lo acabamos de encontrar en el ascensor, no durmió acá anoche. —le salvo las papas el Papu, digo le salvo como si a mi no me las hubiera salvado. Emi solo lo mira a mi papá sin decirle nada, volvió su vista a mi y siendo más rapido de lo que yo me di cuenta sus intensiones, agarro la sabana con la que me estaba tapando y la tironeo destapandome por completo.

— Que pesados son, los cinco, uno más que el otro. —hable estirando mis brazos y sentandome en la cama.— A parte es mi día libre, si quiero puedo dormir hasta las cinco de la tarde y no me pueden decir nada. —me cruce de brazos enojada. Me estresan estos hombres. 

– Si pero tenés que comer algo, no es por si dormís o no, te tenés que alimentar. –Emi se cruzó de brazos mirándome divertido.– ¿Vamos a comer afuera? Juntos. –ay me invitó lpm, papá lo miro con mala cara y yo ni lenta ni perezosa me levanté rápido y entre al baño.

– Creo que eso fue un si. –escuche al papu amortiguado por la puerta del baño.

– Cali, voy a buscar un par de cosas a la habitación, te espero en la puerta del ascensor. –hablo Emi desde la puerta. Le hice un sonido con mi cepillo de dientes en la boca.

– Ojito vos, deja de hacerte el vivo. –le dijo mi papá y rodé los ojos, ¿Ven que son insoportables? No están un segundo sin pelear.

Escuché la puerta de entrada y silencio, cuando salí me encontré con los tres tontos acostados en mi cama con sus celulares.

– ¿No me voy a librar nunca de ustedes no? –dije yendo a los cajones a buscar algo de ropa decente para salir con Emi. Me puse un shorts de jean y una remera corta con hombros estilo princesa, color crema con florcitas rojas. En mis pies me puse unas zapatillas bajas color negras y dejé mi pelo suelto, cómo nunca, ya que siempre lo llevo en un rodete o cola alta. Poniéndome perfume Vi como mis tres chicos me miraban.– ¿Que? –me encogí de hombros.

– ¿Tan linda te vas a ir a ver con el otro croto? –Rodri se cruzó de brazos.

– Ay gracias por el cumplido. –los tres rieron.

– Pórtate bien enana maldita, cualquier cosa nos mandas un mensajito. –asenti y agarrando mi celular y llaves me acerque a darle un beso a cada uno en la frente.

– Los amo, nos vemos después. –sali de la habitación y me encamine al ascensor, Emi estaba parado apoyado en su costado de espaldas a mi. Traía una bermuda color crema, una remera negra y zapatillas botita negras. Tiene una espalda tan ancha y firme, Jesus.

Me acerque y toque su cintura para que sepa que estaba ahí, se giro y dios, tuve que tantearme a ver si no había perdido mi tanga. Tiene unos lentes negros que, señores, me hace calentar más de lo que quiero admitir. Sumenle que me encanta el corte de pelo que tiene y con esa bandera, señor. Lo hace ver tan hombre, no sé cómo explicarlo. Me sentí tan mal vestida, mal arreglada a su lado.

– Que hermosa estas. –susurro más para él que para mí. Se acercó y me dió un beso tranquilo, pero potente. El ascensor llegó a nosotros y subimos besándonos todavía. Tomandome de la espalda a la altura de la cintura, y con la otra en mi nuca, me empujó con su cuerpo hasta una esquina del aparato acorralandome ahí. Yo por mi parte me colgué de su cuello y acariciaba sus hombros, pecho y espalda. Que calor hace. Nos separamos porque vimos como las puertas volvieron a abrirse indicando que ya habíamos llegado a la planta baja.

Dándome una sonrisa, con esos lentes negros, y el pelo despeinado, me dieron ganas de volver a acostarme con él y no salir en todo el día de la habitación.

Me extendió su brazo y lo tome, las diferencias de altura son tan notables que para que hablemos tengo que levantar mucho mi cabeza. Salimos del hotel riéndonos porque escuchábamos cómo las chicas que limpiaban las habitaciones estaban diciendo que los chicos de la habitación 316 eran unos desastrosos y olorosos, esa es la de el Licha y el Cuti.

¿Que si Emi es mi tipo de hombre? Definitivamente, sin dudas.

Fisioterapeuta por un día // Dibu Martinez (SSA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora