Capitulo 11

2.8K 202 20
                                    

Tengo el celular en mis manos y le doy vueltas, busque un horario que más o menos sea normal allá, tampoco lo quiero despertar. Van a ser las cuatro de la tarde, y allá van a ser las diez de la mañana.

Inspire profundo y llame. Al cuarto tono atendió.

– Linda, ¿Cómo estás? Me canse de llamarte estos días, supuse que estabas ocupada.

– Dan, todo bien. En teoría todo el día estoy en horario de trabajo. –rei forzado.– Necesito hablar con vos, es algo importante. –voy a intentar ser lo más directa posible, cuando me di cuenta que me iba a dejar hablar, seguí.– Creo que lo nuestro va encaminado más para una amistad, o de mi parte lo siento así. Te tengo mucho cariño y respeto, pero ya hace meses nos estamos hablando, conociendo y no siento lo que tendría que sentir alguien que se quiere poner en pareja. Disculpame si te hice perder el tiempo conmigo, pero lo único que te puedo ofrecer es una amistad.

Por unos minutos no contesto y creí que se habia dormido de nuevo.

– Está bien Cali, lo acepto. Gracias por tomarte el tiempo de poder decirme esto y no dejarme esperando por vos, lo aprecio muchísimo. Sabes cuánto te quiero y sinceramente me gustaba pasar tiempo con vos, pero me sentiría raro queriendo  formar una amistad con alguien con quién pensaba en formar una relación amorosa. –y tiene razón, no lo puedo culpar por eso.– Fue lindo conocerte y llegar a quererte. Ojalá te vaya bien en todo. –después de decirle algo parecido cortamos llamada y suspiré fuerte, ya me siento un poco con menos peso en mi interior.

Me dirigí al lugar donde entrenan mis chicos, con una energía renovada. ¿Que les puedo decir? Ahora estoy totalmente sola y hay un arquero por ahí dando vueltas, que solicita mi atención.

Emi está parado abajo del arco recibiendo pelotazos de todos lados, mientras mis chicos me vieron llegar y empezaron a silbar.

– ¿Que es esa carita de felicidad? –me grito el licha.– ¿Te dieron como a cajón que no cierra? –haciendo reir a los que estaban más cerca.

– Cállate boludo, mi papá te llega a escuchar y te mete un cono en el culo. –le pegue en el brazo para reafirmar lo que le dije.

– Dale bola, ¿Que paso entonces?¿Porque tanta felicidad hoy? –rodri se acercó poniendo una mano en mi hombro.

– Que chusmas son, la puta madre. –mire al cielo dramáticamente.– Estoy oficialmente sola, ¿Se acuerdan que les dije que estaba conociendo a alguien? Bueno, hoy por fin pude llamarlo y decirle que no quería saber nada más, que lo quería como amigo. Porque esto es así viste, los dejo y los agarro cuando quiero. –cancheree haciendolos reir.

– ¿O sea que ya podés estar oficialmente con el Emi? –hablo Lío, gire mis ojos.

– Chicos, Damián cuando termine esto, se vuelve a su país, dónde está viviendo, dónde está jugando. ¿Que va a querer hacer conmigo? Esto seguro es para pasar el rato y nada más, y yo tengo que aprovechar, exprimir hasta el último centavo chicos. –imitando la escena del señor Burns.

– ¿Vos sos boluda no? Si vieras como te está mirando en este momento. –hablo el papu.

– A ver si te quiere para un rato nomás. –Lean se acercó a mi y empezó a acariciar mi pelo, agarraba algún que otro mechón y lo enrollaba en su dedo, yo lo miraba confundida. De un momento a otro un pelotazo le dió directo en la cabeza, haciéndolo casi caer.

– Uy disculpa. –fue todo lo que dijo Emi cuando paso a buscar la pelota, sin necesidad porque para eso están los chicos de utilería, con la pelota ya en sus manos se acercó a mi dejando un beso en mi frente.– Hola enana linda. –y reafirmo con un abrazo. Apenas se fue de nuevo a su lugar todos empezaron a reírse. Hasta yo.

Fisioterapeuta por un día // Dibu Martinez (SSA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora