Capitulo 9

2.7K 182 4
                                    

Hoy jugamos nuestro primer partido del mundial, estamos todos con la carne de las uñas a flor de piel, nos comen los nervios y nadie lo puede ocultar.

Estaban todos en el túnel ya para salir, jugamos contra Arabia saudita, siempre digo que no hay que subestimar a los rivales, el futbol es un mundo de sorpresas.

Antes de que salgan a la cancha me acerque a Emi poniéndome en su costado, lo codee para llamar su atención, cuando se dió cuenta que era yo se agachó para que pueda dejar un beso en su mandíbula. Me pare de puntitas para llegar bien y cuando me aleje los dos sonreímos.

Hace un par de días viene pasando esto, me gusta darle besos en su cara, en sus lunares más que nada. Él solo cierra sus ojos y disfruta de mis mimos.

– Vamos con todo hoy eh. –dije antes de irme, cuando pase por al lado de Rodri le pegue en la nuca y me fui corriendo, escuché gritos de protesta y risas a mis espaldas, recién empieza este viaje y ya no quiero que termine.

Salí y me senté con mi papá en el banco de suplentes, nos abrazamos porque eso ayuda a calmar un poco mis nervios. A los minutos vimos como salían a la cancha y se acomodaban en sus puestos.

...

Perdimos, en el primer partido perdimos. Por eso digo que no hay que subestimar a nadie, Arabia era un equipo que nadie le tenía fe, y miren, le ganaron en el primer partido.

Los chicos salieron de la cancha con la cabeza gacha, no quiero que pase eso. Se que solo los ayudo físicamente, pero estoy para apoyarlos también, para escucharlos y aconsejarlos.

Los del cuerpo técnico los seguimos al vestuario y vi como Emi entro pateando todo a su paso, se encamino a la piecita de los masajes y sin dudarlo lo seguí. Todos estaban en su mundo, sin poder creer que habíamos perdido el invicto contra un país que no resuena tanto. Repito, el futbol da sorpresas. Nunca sabes a ciencia exacta que es lo que va a pasar.

Apenas entre a la habitación me encontré con un Emi agarrándose la cabeza y temblando, está llorando. Corri hasta él y me senté intentando abrazar todo su cuerpo con mis brazos cortitos.

Después de un rato en dónde él solo lloraba, yo le acariciaba la espalda y de vez en cuando dejaba besos en sus hombros, decidió hablar.

– Dos veces nada más patearon al arco Caeli, y las dos veces entraron. Me siento un arquero de mierda, no les sirvo de nada a mis compañeros. Lo mejor va a ser que le dejé mi puesto a Franco. Él la va a saber llevar mejor que yo. –habla su dolor por él, habla el golpe a su orgullo y dignidad. No está hablando Emiliano.

– Me duele que digas todo eso, sabes que sos una pieza clave en este equipo. ¿En la copa América quien atajo?¿Franco Armani? No, fue El Dibu Martínez, y salimos campeones de América. Es el primer partido, no quedamos eliminados por esto, tenemos posibilidades de seguir peleandola. Veníamos invictos, ¿No te parece que nos hacía falta acordarnos de lo que era perder? Te va a ayudar a refrescar y demostrar todo lo que tenés guardado. –levanto su cabeza y verlo con los ojos colorados de derramar tantas lágrimas me hizo chiquito el corazón. Me dieron ganas de salir y decirle a los de Arabia que están descalificados por hacer llorar a un ser tan hermoso como Emiliano.

Sin decir una sola palabra apoyo su cabeza en mi hombro y jugo con unos mechones de mi pelo. Inspiró varias veces.

– Prometo que voy a dar todo de mi para que no vuelva a pasar esto Cali, perdón. Perdón por hacerlos sufrir. –sentia que iba a volver a romperse.

– No tenés que pedir perdón por nada, acá todos somos un equipo, cada uno hizo lo que tenía que hacer y listo. Mentalizate que el próximo partido vas a atajar hasta la más imposible. –me miraba parece perrito mojado haciendo puchero. Mi vista se dirigió ahí y sin pensarlo de más me acerque dejándole un pequeño beso. Es la primera vez que lo hago, es nuestro primer beso, y no saben cómo se me está derritiendo el estomago y corazón.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, yo tampoco me esperaba está reacción de mi misma. Sonriendo agarro mi cara entre sus manos y volvió a dejar un beso igual que el que yo le di. Parecemos dos nenes, tiene razón el papu.

– Si cada vez que este mal me vas a levantar así, unas ganas de llorar todos los días tengo. –me dijo bajito y yo rei.

– Cállate estúpido, a mí no me gusta verte mal. –fue mi turno de hacer puchero. Él apretó mi labio entre sus dedos pulgar e índice, imitando mi acción.

– No quiero hacerte sufrir más en los partidos, son todos importantes y tengo que dar todo de mi.– es como que se lo dijo a si mismo y se levantó. Tomando mi mano y llevándome con el, salimos a la puerta de la habitación, Emi tenía su mano atrás de su espalda, por lo que no se veía que estábamos agarrados. Él chiflo cuando se dió cuenta que no le habían prestado atención.– Chicos.. MUCHACHOS. –grito ya cansado que no lo escuchen. Se fueron acercando despacito, tenían unas caras largas que jamás se las había visto en mi vida.–  Cambiemos esas caras, no quedamos eliminados de ningún lado amores míos, lo único que tenemos que hacer es ponerle más onda que hoy y meter con huevo el próximo partido. Sé que lo hicimos hoy, se sienten mal por el lugar en dónde estamos, pero algún partido teníamos que perder, nos confiamos de más y salimos así. Pero quédense tranquilos que el próximo lo ganamos. Les pido disculpas por no poder tapar esas dos, me siento mal porque eran mías, pero no sé en dónde tenía la cabeza. –todos lo miraban atentos en cada palabras.

– Si sabemos en dónde tenés la cabeza. –hablo Lean y todos, todos, pero absolutamente todos me miraron, e instantáneamente le empezaron a hacer burla, Scaloni solo me miraba serio y me dió miedo, créanme que me dió miedito.

Después de eso cada uno tomo sus cosas y se fueron, va, nos fuimos al hotel. Hoy fue un día agotador y lleno de sorpresas. Justo cuando salía de bañarme tocan la puerta.

Fui a abrir rápido creyendo que era Emi, pero mi cara al abrir cambio, el DT está parado de brazos cruzados frente a mi. Sin dudarlo lo invite a pasar.

– Lío, ¿Paso algo? –mi instinto me dice que no me va a gustar lo que me va a decir.

– No y si. Quiero hablarte de Emi, no quiero ser forro con vos ni con él, creeme que no me molesta para nada que estén juntos. O que sean muy buenos amigos. Pero el chabón anda con la cabeza en las nubes y sé que es por vos. No tenes la culpa, ninguno tiene la culpa, pero por algo ellos no pueden estar con la familia cuando están concentrando. No te pido que no se hablen más, si no que mantengan un poco la distancia. Y no te hablo por lo que paso hoy, si no que hace días viene muy desconcentrado, y eso no es muy del Dibu. –me quedo mirando esperando que diga algo, solo asentí y no le contesté.– No quiero que te enojes Cali, es por el equipo, apenas salgamos de acá ustedes pueden hacer lo que quieran. Pero los dos vinieron a trabajar. –volvi a asentir y lo despedí. Tiene razón, yo lo estoy desconcentrando y Emi no está haciendo su parte. Yo lo ví raro en los entrenamientos pero no dije nada, está jugando su titularidad. No quiero que pierda un puesto por el que lucho toda su vida. Yo no quiero eso, si me tengo que alejar de él y ser profesional, lo voy a hacer. Después voy a poder intentar hacer todo para que no se enoje, porque sé que se va a enojar cuando vea que lo estoy ignorando.

Fisioterapeuta por un día // Dibu Martinez (SSA #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora