Capítulo 2: Un Abrazo

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Lando estaba ya más que dormido cuando Mandy entró en la habitación del hotel a altas horas de la madrugada. Lo zarandeó hasta que el chico despertó con no muy buen humor y encendió la luz.

- ¿Qué haces? - Gruño frotándose los ojos.

- Tenemos que hablar - anunció ella.

Él miró el reloj de su muñeca.

- ¿A las 3AM? No me toques los cojones - bufó revolviéndose en las sábanas.

- Es importante - insistió ella.

Lando suspiró e hizo todos los esfuerzos posibles para estar lo suficientemente espabilado como para entenderla. Más le valía que fuese algo importante o se enfadaría más aún.

- Habla - dijo él con cansancio, bostezando.

- Me gusta mucho Mike, Lan... Va en serio - suspiró la chica.

- Vale. Buenas noches - apagó la luz y se tapó con las mantas.

- ¡No he acabado! - Encendió la luz de nuevo y lo destapó. - No puedo seguir mintiéndole, Lando... Quiero ir en serio con él.

- Pues adelante, puedes hacerlo. No es que me vaya a importar - se rió y ella gruñó al ver que la estaba tomando a broma.

- No es un chiste, imbécil - le dio un toque en la frente y el ojiverde se quejó. - ¿Qué crees que pensará cuando sepa que estoy casada?

- Ya, casada con un marica. No creo que me vea como una amenaza - dijo con tranquilidad.

- Tú y yo lo vemos normal, pero en realidad no lo es - replicó ella.

- ¿Y yo qué le hago, Mandy?

- ¿Cuándo acabaremos con la farsa, Lan? ¿Cuándo nos libraremos de nuestra familia? ¿Cuándo podremos estar con quién amamos?

- Estate segura de que no acabarás con quien amas - se mofó amargamente el chico. - Y hacemos esto por un motivo, que no se te olvide.

- No. Tú lo haces por un motivo. Yo hace tiempo que no tengo razones para seguir con esto - replicó ella.

- Hasta que mis hermanas cumplan la mayoría de edad, te vas a tener que joder igual que yo - respondió bruscamente.

- ¡Eres un egoísta de mierda! - Chilló enfadada.

Se levantó de la cama y Lando se fijó en las lágrimas que surcaban su rostro. No le gustaba pelar, y menos aún con Mandy.

- Vamos, cálmate. Hablemos las cosas tranquilamente... - él también se puso en pie y se acercó, pero ella más se alejó.

- ¡Eres un jodido amargado, Lan! ¡Si al menos supieras lo que es estar enamorado...!

- No cruces esa línea, Mandy - masculló sintiendo la tan común opresión en su pecho.

- ¿Qué línea? Tú no me comprendes y no te importa una mierda. Quiero a Mike y quiero estar con él.

- Nadie te lo impide - murmuró secamente.

Estaba cabreado. Bastante. Pero se limitó a apretar los puños y a intentar mantener un tono no muy alto.

- Tú me lo impides - replicó la chica, que no paraba de llorar. - ¿Acaso sabes lo que es el no poder estar con quién amas?

Otra puñalada directa al pecho. Otra oleada de ira que recorrió al británico.

- Cállate ya - gruñó el chico. - No estás enamorada, Mandy. Tienes veinte años y te crees que Mike es el chico perfecto y el amor de tu vida, pero no lo es, y cuando vengas llorando por su culpa seré yo quién te consuele. El amor, es una ilusión, y ya puedes ir enterándote.

2# Voraces || CarlandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora