CAPÍTULO 7

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La muerte de Laena y los sucesos que le siguieron a su funeral marcaron un antes y un después.

Los banquetes reales, los onomástico, las bodas, todo se sentía desolado. A Rhaenyra le dolía ver el lugar de su prima vacío, y le cortaba el corazón no escuchar su risa entre medio del gentío. Pero de a poco su dolor se hizo costumbre y pudo enfocarse en el presente, en la vida misma.

Por desgracia no todos pudieron hacer lo mismo.

En su profundo dolor Corlys se embarcó con su yerno Daemon en la batalla de la triaquía por ganar los peldaños. Tomaron la guerra como una escapatoria de la tristeza. Laenor había estado inquieto sabiendo que su padre estaba frente a los enemigos y pidió permiso para otorgar una breve ayuda con su dragón. Repetiría el mismo rol de hace tantos años atrás.

Si Rhaenyra hubiese anticipado la terrible muerte de su esposo no lo habría dejado irse.

Los hermanos Laena y Leanor Velaryon se reencontraron nuevamente dos años después de la muerte de la primera, la creencia de ellosndos por fin abrazandose fue un pequeño consuelo para Rhaenyra y Rhaenys.

Una flecha perdida dio de lleno en el pecho de Leanor y no hubo armadura que lo protegiera. Seasmoke voló con el cuerpo encadenado de su jinete hasta un lugar seguro, Driftmark, como si supiese que allí pertenecía.

Ahora Rhaenyra se encontraba repitiendo el mismo viaje de hace veinticuatro meses atrás. La familia viajaría hasta Driftmark para darle el último adiós a Laenor.

Abordaron el barco, y en cuestión de tres días ya se encontraban en las costas de los Velaryon. A lo lejos vio a los dragones de sus hermanos y una pequeña sensación de alegría entre tanto dolor destacó, hacía un mes que no los veía.

Las cosas habían avanzado considerablemente, sin dejar olvidado el tema por la disputa del ojo de Aemond. La junta familiar dio como castigo el "exilio" a Dragonstone, para los niños fue una tragedia pero para Rhaenyra, Laenor y Harwin fue una bendición, podrían mantener seguros a sus hijos de las garras de los cortesanos y principalmente de Alicent.

Aemond estuvo satisfecho pero la Princesa tuvo la sospecha de que no era tan así. Como había previsto antes, su hermano era muy parecido a ella, y fue obvio que el rencor formaría parte de su carácter por un largo tiempo.

Meses después el Rey dio la bendición al compromiso de Lucerys y Rhaena, y ahora ella vivía con ellos. Por otro lado, Rhaenyra intentó nuevamente comprometer a Jacaerys con Helaena, pero fue inútil. Con permiso de sus hermanos unió en la búsqueda de una solución para el matrimonio que se avecinaba; en una oportunidad sugirió la unión de la muchacha con su primogénito, Jacaerys, creyó que la botarían del complot pero para su sorpresa Helaena reaccionó efusiva a la idea y destiló genuina alegría.
Aegon más que alegría mostró alivio y Aemond se limitó a omitir palabra alguna.

Las lecciones de vuelo y doma que acordaron con Aemond se dieron progresivamente, con el paso de las semanas el niño entró en confianza con su hermana mayor. Rhaenyra volaba a King's Landing en Syrax y le enseñaba de todo a su hermano. Hacían cortos viajes para que en un futuro cercano pudiese volar sin compañía a donde quisiese; Vhagar era una bestia espectacular y Rhaenyra estaba fascinada con ella y el vínculo que logró crear con Aemond.

Aegon y Helaena algunas veces se les unían, la imagen de los cuatro montando sus dragones a la par enternecía y animaba a Rhaenyra.

Tomó también como pupilo a Aegon, y de a poco lo iba educando en todo lo referido a la política.

"Mi deseo es que gobernemos codo a codo, mis hermanos tendrán un puesto en mi concejo el día que yo sea reina, es por eso que sugiero que comiencen a instruirse en las doctrinas relacionadas a la corona, tal como yo lo hice a su edad"

Warrior, Mother and MaidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora