CAPÍTULO 10

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Viserys era un gran amantes de las fiestas, el vino, la comida y el baile. Adoraba los banquetes extravagantes y los extensos torneos, y para su fortuna el reino hacía tiempo no disfrutaba de una buena festividad.

La princesa se casaría y era más que obvio que la situación ameritaba una celebración.

—No, padre, no habrá justas ni torneos —Rhaenyra deshizo toda emoción que desbordaba al rey— solo una simple ceremonia, un banquete con la familia y nada más.

—Pero hija, te casarás en un mes, es un acontecimiento histórico.

—¿Un mes? Eso es demasiado pronto. Desisto de la idea. Déjame un par de meses más, aunque sea hasta el tercer año de Joffrey —Rhaenyra vio la confusión en los ojos de su padre y no tuvo más opción que explicarle —Cuando te casaste con Alicent, sentí que mi madre fue reemplazada muy rápido, que ella no fue nadie para el reino, fue horrible. No quiero que mis hijos piensen eso, no quiero que crean que su padre no valía nada a tal punto de que se reemplazó a los dos meses. Leanor lo valía y en razón de eso quiero que se respete el luto de los niños.

—Son cuatro meses ¿Es tiempo suficiente para organizar una boda real?

—Siempre y cuando sea pequeña, nada ostentoso.

Viserys cumplió con al menos una parte del trato. Le dio a Rhaenyra el tiempo suficiente para que sus hijos duelen a su padre.

También organizó una boda real que se escribiría en los libros de historia, bufones durante la comida, justas para el segundo día, torneo para el tercero, una cacería para el cuarto y un baile para el quinto.

La casa de la moneda no estuvo muy de acuerdo y Alicent tampoco, pero tenían que atenuarse a las decisiones de su Rey. Tal y como venían los comercios con el extranjero el dinero gastado se repondría con rapidez.

Su esposa volvió a irse a Oldtown, pero esta vez con Aemond, asi que había dos personas menos para la planificación de la boda. Se la veía contenta en su partida y él rió con ella en la despedida. Aegon ayudó bastante en la organización de la boda de su hermana y aunque hacía chistes sobre hacer un doble muro en el cuarto nupcial Viserys apreció la cooperación.

Lyonel y Harwin viajaron a Harrenhal para ordenar ciertos asuntos con su familia. De los Strong asistirían los hermanos del novio, la esposa y hermano mayor de Lyonel.

Los cuervos viajaron a Winterfell, Riverrun, Highgarden, El Valle, Driftmark, Lannisport y a Storm's end. Hasta el momento todos habían respondido gustosos por la invitación.

Las semanas pasaron y el día de la boda se acercaba. Había mandado a pulir las mejores gemas para Rhaenyra y se había asegurado de que confeccionaran el atuendo perfecto para Harwin. Se encargó con ayuda nuevamente de Aegon de diseñar las vestimentas de sus hijos y de sus nietos. Quería que todo saliera a la perfección, no como la primera vez.

A tres lunas del gran día, Rhaenyra volvió de Dragonstone con sus hijos, Helaena y Rhaena. Un día después llegó la familia Strong.

Los aposentos de los invitados ya estaban arreglados y los espacios para los hombres de cada Lord y Lady también.

Todo iba bien encaminado, excepto tal vez la histeria de la Reina. Su familia llegaría en instantes y estaba tan nerviosa que pronto se sacaría las uñas de un mordisco.
Estaba tan encerrada en sus pensamientos que chocó de bruces con Rhaenyra, que al igual que ella, también temblaba de nervios.
Se miraron con gracia al ver las manías de la otra.

—¿Alicent, sería muy atrevido de mi parte invitarte una copa y un trozo de pastel?—Rhaenyra preguntó con una gran sonrisa y sin ningun previo aviso.

Warrior, Mother and MaidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora