CAPÍTULO 65

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"No te vayas, eres la mitad de mí ahora". 

Reapeat until death-Novo Amor. 


Wymond tenía un solo trabajo. Ir al Gaznate, obtener información y cortarle la cabeza al engendro de Daemon. Un trabajo sencillo y fácil. Otto se enteró del fracaso mientras viajaba hacia Tyrosh para encontrarse con Sharako. Leyó con furia la carta escrita por Allard que decía que las tripas de su hermano habían llegado en una caja con la firma de Baela Targaryen.

Maldita puta. 

Ahora no tenía información del Gaznate con la que podía llegar convencer a la triarquía de reanudar su alianza. Daeron había hecho un excelente trabajo al obtener su apoyo, pero lo retiraron semanas después.

Otto necesitaba de ellos, necesitaba su flota completa para contrarrestar a la de los Velaryon, y así poder invadir Dragonstone y Driftmark y por ende la capital. La flota Lannister era imponente, pero en material de resistencia no se comparaba con la de sus enemigos.

Habían pasado tres días desde que le llegó la noticia, tres días que ocupó en idear ofertas dignas, y recibir más informes a la distancia, y gracias a los Dioses, una carta llegada por la mañana le dio un buen margen de acción.

Sharako Lohar lo recibió junto a otros dirigentes de los suyos, pero en cuanto escuchó sobre la falta de conocimiento acerca del Gaznate, su entusiasmo desapareció.

—Pelearemos contra el Demonio del mar, que según mis fuentes ahora tiene un dragón el triple de fiero.

—Ese Demonio del mar no es más que un chiquillo que le debe su gloria a su dragón.

—¿Y quién controla el dragón? — preguntó con una risilla sarcástica enredada en los dientes— Que por cierto no será el único, escuché que el dragón del príncipe Jacaerys tiene una de las más potentes llamas. Mire lord Otto si pretende que nuestras fuerzas se unan a las suyas redefina su propuesta.

Sharako estuvo a punto de levantarse, pero el golpe repentino en la mesa por parte de Otto lo detuvo.

—Tengo información, me llegó de un infiltrado—le dijo en un intento de captar su atención de nuevo— El Demonio de mar, y su hermano, el bastardo heredero estarán en Harrenhal. Mis tropas y las de lord Tyrell marchan hacia allí ahora mismo, destruiremos esos dragones y serán dos menos en el Gaznate. Dame ese tiempo, y ganaremos—Sharako lo vio de arriba a abajo, como un león que examina a su presa—Los peldaños serán suyos y tendrán libre albedrío de saquear las islas Driftmark y Dragonstone. Las hijas de Daemon Targaryen y nietas de Corlys Velaryon, sus antiguos enemigos, estarán allí, pueden hacer con ellas lo que quieran.

Luego de extensos minutos de silencio y tensión, Otto recibió lo que buscaba.

—Recibirá mi respuesta con una paloma, mi lord.

Otto tenía poco tiempo, y mucho por hacer, pero si le rogaba a los Dioses, estos lo oirían y le darían la fuerza que necesitaba. Pronto comenzó a escribir, y sus cartas llegaron a Oldtown y Highgarden.




Muy lejos de allí, en Westeros, Aemond llevaba ya veinte minutos buscando a Joffrey y Gaemon por todo el castillo. Se marcharían esa tarde y ya estaban atrasados. Pero la luz iluminó su mente y se fue directo a donde podían llegar a estar, porque claro, Hedvika y Heakon también estaban desaparecidos.

Se apresuró a llegar a los jardines privados de su Rhaenyra, que eran los más bellos, incluso en otoño e invierno. Allí estaban, bajo un cerezo acostados leyendo vaya a saber qué cosa, pero se notaba que era interesante porque Gaemon no le quitaba el ojo de encima a Hedvika. Heakon jugaba con Mera y un muñeco, y Joffrey dormitaba apoyado en las piernas de Gaemon.

Warrior, Mother and MaidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora