- ¡No me quiero ir! - me quejo tirándome en el sofá haciendo pucheros al saber que es la última noche de nuestras improvisadas vacaciones
- Lo mejor tiene fecha de caducidad - señala Axel sentándose al lado mío mirándome divertido y se el porqué de esa idiota sonrisa. Si le respondo me atacará, pero como mi mamá no crío a una perra débil
- ¿Cuándo es la tuya? Ah perdón, no recordaba el pequeño detalle que hace que todo cambie, Mejor, vaya palabra que no parece ser amiga tuya - indico retándolo - Al parecer...
Me corto al sentir una punzada en mi centro, como puedo arremolino la pequeña falda que tengo para poder resistir...
Hijo de puta, sabía que lo iba a hacer si hablaba, pero el que tenga miedo a morir que no nazca.
- ¿Qué decías Marchetti? - me saca de mis intentos de resistir
- Si me disculpan un momento - lo ignoro levantándome en dirección al baño, no voy a perder otro orgasmo. Si no me da mi orgasmo tendré que hacerlo yo, no voy a quedarme frustrada de nuevo
Entro al baño y me siento en el mármol del lavabo, abro mis piernas y cuando me voy a sacar el puto aparato me sobresalto al sentir como abren la puerta. Y como acto del diablo, porque Dios no manda tanto castigo, Meyer se posa en frente mío con una estúpida sonrisita colocando sus manos sobre mis rodillas impidiendo que tenga la posibilidad de cerrar las piernas.
- ¿Me puedes dejar en paz o es que ya de plano enloqueciste por mí que tu sentido de la vista se fue a la mierda y no viste que es el baño de damas? - inquiero irritada al verlo con esa estúpida cara de victoria, como si ya me hubiera ganado
- ¿Por qué tanta rabia en su sistema señorita De angelis? - interroga metiéndose entre mis piernas y acercándonos más
- Ahora cambiaste mi primer apellido por el segundo, magnífico... gran avance Meyer, aunque tengo nombre y es Maddison
- Lo sé, pero tú segundo apellido tiene que ver más contigo, porque es tu opuesto - murmura acariciando mis piernas
- Me cansé - señalo al tenerlo tan cerca haciéndole creer que cederé tan rápido, pobre iluso - Por favor mi amo - gimo en su oído mientras le beso el cuello de manera juguetona y el me aprieta de las caderas atrayéndome más hacia él queriendo eliminar cualquier ápice de distancia entre los dos
- Joder Maddison - gruñe mientras aprieta mi culo
- Mi amo solo quiero sentirlo a usted - le digo mientras mi mano va debajo de mi falda y hago a un lado las bragas del traje de baño para sacarme el vibrador y lo dejo a mi lado - pero antes quiero tocarlo - hago un pequeño puchero mientras mi mano va directo al bulto entre sus pantalones.
Nadie dijo que la venganza no se disfruta de forma bilateral.
Veo como baja el cierre de su pantalón y sé que está creyendo que pudo conmigo.
Lo toco de abajo hacia arriba y por una pequeña fracción de segundo me imagino saboreando lo que tengo entre las manos. Me doy una cachetada mental y sigo con mi objetivo, dejarlo con las pelotas azules.
Me bajo del lavabo aun tocándolo y puedo ver que su amiguito va levantándose cada vez más, cuando se que está lo suficientemente caliente por los gruñidos que suelta me detengo y lo miro a los ojos, esos que solo parecen tener una marea alta de esas que te arrastran y te dejan sin nada.
- Tal vez otro día Meyer, ahora tendrás que quedarte con las ganas de que tu preciada leche se escurra en mi mano
Expongo quitando mi mano de su entrepierna posicionandome a su espalda mientras trato se arreglarme un poco para salir mientras veo como intenta respirar con regularidad.
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Caos
Teen FictionYo no estaba buscando nada, hasta que la nada chocó conmigo en la acera de la calle de una cafetería concurrida. De todas las personas que tenía que arrollar, es precisamente él, el cuñado de mi hermana, el egocéntrico alemán de más de un metro oche...