Capítulo 39

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Justo cuando el avión aterriza y de nuevo logro encender mi celular recibo unos cuantos mensajes de Fabrizio, pero lo que me sorprende es no encontrar ni uno de mi mamá o de Liv.

- No querían preocuparte - informa Axel a mi lado bajando el equipaje antes de entregárselo a Icker

- ¿Ahora aparte de gurú espiritual eres adivino?

- Solo basta con ver tú ceño fruncido en dirección a tu celular para saber a quienes le reclamas silenciosamente por no escribirte

- ¿No tiene sentido que lo niegue cierto? - hago una ligera mueca sintiéndome expuesta

- A cualquier otra persona sí, pero no conmigo De angelis

Se mofa divertido antes de tenderme una mano para levantarme de mi asiento y seguirlo por el pasillo que da a la salida.

Y la sorpresa que me encuentro al bajar del avión no es tanta como la cantidad de personas que veo alrededor.

- ¿Dónde es el concierto? ¿O es que el presidente también aterrizará en segundos?

Pregunto en las escaleras del avión al ver a la manada de hombres robustos con trajes y auriculares a nuestro alrededor

- Mejor terminemos de bajar porque con usted señorita nunca se sabe y puedes tirarme de las escaleras en un ataque de locura - se ríe negando levemente

- Creí que ya habíamos pasado eso Meyer

Le hago un puchero bajando delante de él y aunque hay más de veinte hombres a mi alrededor el único que me mira es el apuesto alemán que me ha acompañado estos días.

- En tierra firme Meyer, ahora sí me explicas ¿Por qué dejaste al presidente sin seguridad?

- Muy graciosa De angelis, pero solo espera a ver el batallón que hay en tu casa - dice en mi dirección para luego seguir su camino hacia una de las camionetas dejándome pasmada en mi lugar por unos segundos

- ¿Meyer qué hiciste?

Interrogo viendo como sostiene la puerta de la camioneta para mi

- Antes de que me quieras reclamar, intentar asesinar o...

- ¿Agradecer? - lo corto haciendo que ahora sea él quien se quede pasmado - no sé en qué concepto me tenga Mr. Meyer, pero no soy tan desagradecida. Me ofendes

Le hago saber dándole un beso en la mejilla entrando rápidamente en la camioneta.

- Enserio mataré al que desacomode algo de su lugar - afirma una vez entra acomodándose a mi lado - pensé que me iba a costar algunas llaves, retorsones y muchos insultos hacerte entrar en razón, pero veo que no

- No tengo tiempo que perder Meyer, las dos personas que más amo en el mundo están en peligro y si tú te robaste al mismísimo ejercito que le sirve al país no tengo más que agradecerte y aprovechar la seguridad de ellas

Digo dejándolo quieto por unos segundos antes de darle un golpe en la pierna para que reaccione

- Te estoy hablando idiota - me hecho a reír divertida por la confusión en su rostro - ¿Qué pensaste que haría cuando me lo contarás?

- Para ser sinceros que intentarías partirme las pelotas en dos por meterme en tus asuntos

- Pero no contaste con el factor de que la madrugada que salimos de paseo ya estabas lo suficientemente metido en mis asuntos - sonrío - omitiendo información Axel Meyer

Chasqueo la lengua ladeando un poco la cabeza mirándolo con burla y luego detecto el movimiento de alguien adentrándose en el asiento del conductor delante de Meyer. Icker.

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