- Ven aquí Meyer, no huyas... no te haré nada - digo buscando a través de la mira de mi arma su ubicación
- A tus seis De angelis - avisan a mis espaldas y solo puedo agacharme para que el impacto no llegue a mí
- Que hijo de puta, por la espalda como los hombres - me quejo antes de levantarme y perseguirlo
- Era sin límites y también debería ser sin quejas - anota corriendo y trato de alcanzarlo antes de que rebase un muro que se está a unos pasos, pero no lo logro
- Lo más propio de un caballero como tú es que dejes que te de otras dos veces - capto el leve reflejo de un espejo - demasiado viejo el truco Meyer - comento para luego disparar en la dirección de donde viene el reflejo
Poco a poco voy acercándome hasta estar al lado de él muro, intento ver hacia donde hace unos momentos dispare, sin embargo, me atrapan unas manos que he aprendido a reconocer e intento luchar, pero caigo en el suelo
- Luego dicen que solo los hombres caemos - se burla desde arriba
- Ustedes también caerán, es ley de vida, sobre todo por la entrepierna - explico antes de darle una patada que lo deja sobre las rodillas y dándome lo que necesito - primero se dispara luego se habla - exclamo disparando
- No vas a ganar Marchetti...
- No me conoces cuando quiero algo Meyer - interrumpo mientras se trata de abalanzar sobre mí, pero alcanzo a desviar mi cuerpo y quedamos frente a frente
- Entonces hay que ver como luchas. ¿Combate cuerpo a cuerpo?
- ¿El que primero tome un arma y dispare? – propongo bajando mi arma
- Armas fuera
- No confío en ti Meyer, suéltala
- Yo tampoco De angelis, así que... a la cuenta de tres por equidad
- Equidad mis ovarios - mascullo bajito, pero sé que me escucha por la sonrisa lánguida que me da
- Luego hablamos de tu anatomía o mejor, divertirnos con ella un rato - me mira sugestivo y yo lanzo un bufido, pero sin dejar la idea de lado
- Tus ilusiones cada día son más altas Meyer...
- Y tus reacciones cada vez más fuertes
- Uno – empiezo el conteo pasando de él mientras me da una sonrisa de triunfo al ver mi intento de escapatoria
- Dos
- Tres - decimos a unísono soltando las armas y me abalanzo sobre él para agarrar el arma que está a su lado, pero lo único que consigo es que me de una vuelta y sea él quien ahora me ataca
De un momento a otros pasamos de la mayor a la mínima de las distancias. Se trata de subir encima mío, pero consigo hacerle una palanca para que termine en mi abdomen y me deje las manos libres para escalar por el suelo
- Pesas como un demonio - me quejo tratando de correr mi cuerpo hacia donde está el arma
- En cambio tu no pesas, pero si sabes golpear - reflexiona con expresión relajada
- Y no has visto nada - afirmo cuando lo tengo donde quiero para pasarle mi pierna por el cuello y tomar su brazo para hacerle una llave, pero se suelta tosiendo un poco mientras yo corro a hacia donde está el arma y cuando estoy lista para disparar siento como mi mejilla hace contacto con la fría textura de un muro
- No tan rápido enigmática santidad...
- Tu cerebro de verdad que no es capaz de captar mi nombre - acusó intentando zafarme, pero es casi imposible cuando lo tengo literalmente abrazado al muro conmigo en medio
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Caos
Teen FictionYo no estaba buscando nada, hasta que la nada chocó conmigo en la acera de la calle de una cafetería concurrida. De todas las personas que tenía que arrollar, es precisamente él, el cuñado de mi hermana, el egocéntrico alemán de más de un metro oche...