La teoría del vínculo [OBI-WAN KENOBI]

22.

CAPÍTULO 22.
TENSIÓN, PESADILLAS,
Y SONROJOS
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Después del tenso incidente nada más llegar al palacio real, a los tres Jedi les esperó una aún más tensa cena. Kalterium no tenía un pelo de tonto. Era obvio que no se terminaba de tragar la historia de los enamorados y tenía a la supuesta pareja debajo de su lupa; les hizo toda clase de preguntas mientras disfrutaban de los espectaculares sabores de la comida –una cosa no quitaba la otra– y sus ojos permanecieron fríos y desconfiados a pesar de sus cordiales asentimientos y sonrisas. No había ayudado ver la marea de doncellas con poca ropa que bailaban alrededor de los invitados trayendo comida, copas o cualquier cosa que se necesitara; podían parecer indiferentes con su trabajo o incluso contentas, pero sabían perfectamente que la opción de escoger su propio destino había sido privada de ellas al haber sido escogidas, al azar y como si nada, como esclavas. Irisdy no quería imaginar lo que pasaba detrás de las puertas viendo cómo aquel guardia había querido avalanzarse sobre ella nada más llegar al palacio siendo la chica una invitada y un Jedi; sólo pensar en ello le revolvía el estómago, y en aquel momento, le tocaba fingir y estampar una sonrisa falsa en su rostro.

Los dos padawans dejaron que su maestro llevara el rumbo de la conversación. Era asombroso como Obi-Wan conseguía parecer un pez en el agua incluso en un planeta como aquel, con unas leyes como aquellas; establecer su propia opinión de forma firme y decidida pero con la suficiente tranquilidad y despreocupación como para no alarmar u ofender excesivamente a quien le preguntara. Anakin a duras penas podía contenerse, e Irisdy, que usualmente era igual que su maestro, se descubrió luchando contra el par de comentarios hirientes que amenazaban con escaparse de su boca. No aguantaba las injusticias, y mucho menos unas como aquellas. Lo peor de todo era que Kalterium era plenamente consciente de ello y les provocaba a propósito.

- Dígame, maestro Kenobi, ¿cómo es tener a mujeres en la Orden? - sonrió, retándolos con la mirada - La mayoría de mis guerreros sostendrían que tratar de enseñar a las mujeres el arte de la guerra sería tarea inútil. ¿Qué opina?

Mientras que Anakin echaba humo por las orejas e Irisdy lo insultaba en su mente algo más disimulada, Obi-Wan contestó impasible, dándole un pequeño sorbo a su copa de vino.

- Le sorprendería saber de lo que cualquier criatura sin importar género o especie es capaz de hacer con un poco de entrenamiento y un arma.

Kalterium chasqueó la lengua.

- Ah, cabe la posibilidad de que su punto de vista sea un poco parcial en este caso - el rey sonrió de forma irritante y se giró hacia Anakin - Dime, joven Jedi, ¿qué opinas tú de las habilidades de tu compañera?