La teoría del vínculo [OBI-WAN KENOBI]

21.

CAPÍTULO 21.
MARIDO Y MUJER
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Irisdy tenía diecinueve años y su función en la Orden había pasado a ser saltar de una misión a otra. Mientras que dos años atrás la mayoría del tiempo se quedaba entrenando en el Templo y las misiones eran algo esporádico e infrecuente, ahora era todo lo contrario. Obi-Wan, Anakin y ella formaban un trío efectivo que el Alto Consejo no pensaba dejar desperdiciado; y los tres habían sido enviados a resolver conflictos una y otra vez en gran parte de la galaxia. Los dos padawans eran ya, además, más mayores; y su maestro había parecido pensar que lo que les quedaba en su largo aprendizaje no era sino pura práctica en la vida real.

Mientras que Anakin parecía volverse cada vez más frustrado con la Orden y los demás con el paso del tiempo –realmente tenía que aprender a meditar y relajarse de una vez por todas–, Irisdy se sentía con el paso de los meses cada vez más a tono con la Fuerza y consigo misma. Se sentía en paz; y las inquietudes y temores que había sentido cuando era niña habían desaparecido lentamente en la mente y el corazón de la joven adulta dando paso a una convicción y seguridad poderosa. Seguía siendo ella, prefiriendo observar a hablar, y hablar a pelear; pero tenía la confianza plena en sus habilidades de Anakin, y la cautela e inteligencia de Obi-Wan. Irisdy era experta en la telepatía y la telequinesis, muy buena en el uso de la Fuerza curativa, y algo más que decente en el manejo del sable.

Sentada tras Anakin y Obi-Wan, la padawan observó con ojos curiosos el planeta que iba agrandándose en su campo de visión a través de la ventana de la nave. El Alto Consejo había decidido enviarlos a Duktur, un planeta neutral con una gran potencia armamentística del que la República esperaba obtener su apoyo en contra de los Separatistas. Por desgracia, en aquel extremo perdido del Borde Exterior de la galaxia la esclavitud estaba a la orden del día; y Duktur era especialmente conocido por sus crímenes contra las mujeres. Sus derechos eran completamente nulos; mientras que había docenas de leyes reguladas ante el agravio hacia un varón dukturi, no las había en torno a ellas, lo que significaba que se cometían toda clase de agresiones hacia éstas sin que hubiera ninguna sanción o castigo por ello. Era una situación terrible como pocas a lo largo de la galaxia, incluso en mundos tan alejados como aquellos.

Obi-Wan conectó el piloto automático y se giró hacia ambos padawans, dispuesto a preparar bien la misión ante los tres días de viaje que les quedaba por delante; tenían mucho de qué hablar. Primero revisaron planos de la ciudad y sus defensas, posibles vías de escape en caso de que lo necesitaran, y estudiaron a fondo el palacio principal; Duktur aún conservaba un régimen dictatorial bajo un único monarca que tomaba todas las decisiones por sí solo. Después, con visible incomodidad y reticencia, Obi-Wan se dirigió hacia la chica; él consideraba que la opción más segura y lógica habría sido que se quedara en Coruscant, pero Irisdy odiaba separarse de ellos y el Alto Consejo había decidido que les vendría bien una telépata y sanadora en caso de urgencia. La forma en que el Alto Consejo había ideado protegerla ante las inexistentes leyes de Duktur sería efectiva y para todos, increíblemente incómoda.