La teoría del vínculo [OBI-WAN KENOBI]

26.

CAPÍTULO 26.
GEONOSIS
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Mientras que Obi-Wan visitaba a un viejo amigo en las calles de Coruscant y emprendía después su viaje en solitario a Kamino, Anakin fue asignado a acompañar a la senadora Amidala a refugiarse en Naboo e Irisdy fue solicitada por el maestro Tiin para colaborar en el interrogatorio de un sospechoso al que habían atrapado en el Templo. Era un caballero Jedi de unos veinticinco años al que habían descubierto pasando información a los Separaristas en secreto; Saesee Tiin pareció creer que aquella sería una buena oportunidad para que la padawan a la que había entrenado brevemente en el pasado pusiera sus habilidades en verdadera práctica con un sujeto real. El Alto Consejo había descubierto al Jedi siguiendo una hila de pistas desde unos meses atrás; varias de las misiones de la Orden habían fracasado de forma extraña, siendo sus enemigos o los diplomáticos con los que estaban destinados a hablar extrañamente reacios como si alguien les hubiera advertido y puesto en su contra; y el único denominador común tras un detallado estudio había sido aquel Jedi, que había asistido a cada una de las reuniones y participado en muchas de ellas. O eso, o era un Jedi realmente pésimo.

El interrogatorio duró toda una hora. El hombre había sido entrenado como cualquiera de ellos, y sabía lo suficiente de defensas mentales como para hacerles el trabajo difícil; pero tras mucha concentración y esfuerzo –aquello era mucho más difícil de hacer sin estallidos de ira y odio– Irisdy consiguió entrar en su cabeza. Una vez dentro fue tarea sencilla; lo leyó como un libro abierto. Lo vió escuchando atentamente los informes de las misiones frente al Alto Consejo, utilizando después un intercomunicador privado para informar al que movía los hilos detrás de todo aquello; lo malo era que el caballero Jedi al parecer nunca lo había visto ni en persona ni a través de un holo, y sólo tenía una voz algo envejecida y misteriosa. Imposible de localizar. Irisdy no encontró su nombre ni nada más relacionado con ese desconocido, como si hubiera preferido mantenerse en el anonimato a propósito; y se giró hacia el otro telépata sacudiendo la cabeza. Allí no había más hilo del que tirar.

Saesee revisó su mente para asegurarse de que no se había quedado en el tintero ningún detalle con importancia; felicitándola luego por su trabajo y haciéndole una seña para que le siguiera fuera de la sala y pidiéndole que la acompañara a informar al Alto Consejo. Una vez expuesto el nuevo descubrimiento y confirmadas las sospechas, Windu propuso usar al traidor como cebo.

- Le pediremos que concierte una reunión - sugirió, pensativo - así sabremos de quién se trata.

Irisdy arrugó la nariz.

- Maestro, si me disculpa - llamó la atención del susodicho y el resto del Alto Consejo y se armó de valor tragando saliva - No creo que esa sea la mejor opción. Es obvio que este desconocido ha hecho todo lo posible por permanecer en el anonimato. No va a acceder a una audiencia privada como si nada. Si es mínimamente inteligente, tal y como parece, verá la trampa a lo lejos. Tampoco sabemos si tiene más espías en la Orden. Es un tema delicado.