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CAPÍTULO 06.
LIBROS Y BESOS

LIBROS Y BESOS✨

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Una Irisdy de doce años y medio estaba perdida en la biblioteca del Templo. Caminando entre pasillo y pasillo –la sala era enorme y la lista de libros casi interminable– fue amontonando los tomos que su maestro le había pedido buscar en una pila que balanceaba precariamente sobre sus brazos. Irisdy casi dió un respingo del susto al adentrarse en un nuevo pasillo y casi chocarse con un Jedi que también estaba examinando esas mismas estanterías; desde que el maestro Reeves le había enseñado a afinar sus sentidos respecto a la presencia en la Fuerza de los demás tenía la costumbre de "bajarle el volumen" a su habilidad. Había aprendido a perfeccionarla tanto que a menudo le desorientaba el bullicio de emociones y pensamientos a su alrededor, y era mejor mantenerlo todo a un nivel adecuado y bajo control; aunque aquello significara llevarse aquella clase de sobresaltos de vez en cuando. Irisdy esquivó al Jedi con un movimiento reflejo rápido a la derecha y se detuvo a unos metros de él frente a la gran estantería, escaneando los nombres de los tomos en busca de su elegido. La gran parte de escrituras de los Jedi estaban recogidas en libros holográficos, pero había también una considerable proporción en físico.

Mientras lo sacaba de su sitio con cuidado, satisfecha, observó por el rabillo del ojo cómo el Jedi a su lado no tenía tanta suerte, y un par de gruesos libros extra caían al suelo en lo que sin duda sería un estruendo horroroso en el silencio de la biblioteca. Casi sin pensarlo y por inercia Irisdy los hizo levitar en el aire antes si quiera que al Jedi le hubiera dado tiempo a moverse para atraparlos. Él la miró con sorpresa.

- Tienes un buen control sobre la Fuerza - observó, recogiendo los libros en cuestión y devolviéndolos a su sitio con calma - ¿Cuántos años tienes?

Irisdy se giró hacia él con su pila de libros en las manos, esbozando una sonrisa amable.

- Doce - contestó, y a continuación añadió con un poco de autocrítica, divertida - Y gracias. Desearía que mi uso de la espada fuera tan bueno como el de la Fuerza.

El Jedi dejó escapar una involuntaria sincera sonrisa que transformó su rostro concentrado en una expresión mucho más radiante y accesible. Era bastante más mayor que ella, quizás por unos diez años, pero seguía siendo joven en el Templo, y portando su propia trenza padawan a un lado de su cabello junto a su oreja. Llevaba el pelo bastante corto, al estilo de la mayoría de padawans varones del Templo, y el color de sus ojos se quedaba a medio camino entre el azul y el gris. Si no recordaba mal, su maestro era Qui-Gon Jin; Irisdy había escuchado en el comedor algunas de las hazañas que habían vivido juntos, y la curiosidad le pudo.

- ¿Eres Obi-Wan Kenobi, no? - preguntó en un impulso, algo atípico de ella, enrojeciendo después rápidamente y sintiéndose como toda una cotilla - He escuchado hablar de ti y tu maestro en un par de ocasiones aquí en el Templo. Discúlpame, no era mi intención ser entrometida.

La teoría del vínculo [OBI-WAN KENOBI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora