El caos vuelve después de diez años en donde Felix y Hyunjin se reecuentran pero con ello atraen de nuevo todos los problemas que quedaron sin resolver en el pasado.
¿Podrá la vida darles una oportunidad de ser felices? O ¿Definitivamente su destino...
—Son los métodos de Hwang—aseguro Jae viendo a Rio casí volverse loco.
—¡Ese pedazo de mierda!—grito Rio pateando lo que estaba a su alcanze—¿¡Volvió con su padre!?—cuestionó y Jae dudo un poco.
Hace rato que los Hwang habían dejado de ser relevantes.
—Lo dudo—respondió pensativo—Su padre no tiene dinero para un ataque de esos, hace rato los Hwang's se fueron en picada—terminó de hablar Jae.
Rio se quedo pensando, si Jae tenía razón, quién había liberado al imbécil de Yang había sido Hyunjin también.
—¿Crees que alguien lo este ayudando?—cuestiono Rio tratando de pensar que hacer, lo que Hyunjin había hecho lo metería en grandes problemas con los Italianos.
—Lo más seguro es que se haya unido con alguien—murmuro Jae, para él aquellas situaciones no eran nuevas, había lidiado con ello antes—Era claro que se iba a cansar de sentirse acorralado—murmuro y Rio creyo que perdería la cabeza en cualquier momento.
Mataría sin duda a ese imbécil.
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—¿Consiguieron la ubicación de Jisung?—cuestiono Hyunjin a Tasya quién asintió dandolé un papel con la información—Bien—murmuro Hwang —Gracias—le agradecio y Tasya no dijo nada, solo se retiró.
Hyunjin se contacto con Minho y le dijo que pasaría por él para ir a dónde Jisung, aún debía saber como ayudar a Felix.
A la hora acordada Hyunjin y Minho estaban yendo a dónde probablemente encontraría a Jisung, estaba fueras de la ciudad en una localidad realmente difícil de dar con ella.
Les tomo casí dos horas en llegar hasta allá y comenzar a buscar las coordenadas que la gente de Deniska había conseguido.
El cielo comenzaba a pintarse de colores naranjas con tonos morados, avisando que la noche estaba por caer.
—¿Has pensando en como ayudar a Felix?—pregunto Minho y Hyunjin solo asintió.
—Es por eso que necesito hablar con Jisung—murmuro mientras encendia un cigarrillo y lo llevaba a sus labios.
Pronto tendría que despejar otra ruta, para destabilizar por completo al imbécil de Rio.
Aún tenía muchas cosas que hacer, y sabía que haber hecho aquello, iba a enfurecer al joven y podría avecinarse una guerra, la cual solo podría acabar de una manera.
Con alguno de los dos muertos.
Pronto pudo divisar un portón y cercas de este la camioneta de su hermano.
Tanto Minho como él bajaron y entre ambos empujaron el gran portón haciendo suficiente ruido como para captar la atención de la gente de Jisung y verse rodeados como por véinte armas.
—¡De rodillas!—ordeno uno de los matones encajando la boquilla del arma en la espalda de Hyunjin quién lo veía serio.
—Bajen las armas si no quieren morir—amenazo Hyunjin y Minho lo miro mal ya que después de su estupido comentario aquellos hombres literalmente los hincaron manteniendo las boquillas de sus armas en sus nucas.
