Nunca saldrás de mi corazón... 19

411 39 11
                                    

- Estoy segura Zab, voy a cuidarlo - Afirmé.

Los chicos aceptaron y me ayudaron a sacar a Christopher casi a rastras porque el hombre se negaba a irse.

- Cuídense por favor, y cualquier cosa que ocupes no dudes en llamarnos - Dijo Richard.
- Está bien Rich -.

Me despedí de los chicos una vez que lo acomodaron en el auto en la parte del copiloto y sin más subí yo también.

- ¿Listo para irnos? - Pregunté tratando de hacer que él respondiera y no se durmiera o me costaría demasiado despertarlo para bajarlo del auto.
- Dile a Zabdiel que me lleve a casa, tu novio va a enojarse - Dijo serio.

Vaya, sí que está enojado.

- Chris, Adrien no es mi novio, ¿Qué te pasa? - Pregunté.
- Claro que lo es, ustedes están juntos - Aseguró.
- ¿Quién te dijo eso? - Cuestione.
- Lo miras con amor, lo tratas con amor, así como alguna vez lo hiciste conmigo - Respondió con pesar.

Ay no, ¿Qué tengo qué decir a eso?

- Somos amigos Chris, así como tú y yo - Dije.
- ¿Y por qué no me miras a mí así? - Cuestionó.

Oh no, Christopher borracho es más sincero que nadie.

- Te miro con mucho cariño Chris - Respondí.
- Claro, pero no con amor - Negó.
- ¿Sabes? Estás muy borracho, mañana no recordarás ésto - Mencioné.
- Claro que lo haré, nunca olvidaré como los ví, jamás saldrá de mi mente que él está en tu corazón -.
- Vamos a casa Chris - Terminé por decir.

Sin dejar que mencionara algo más puse el seguro del auto y arranqué.

(...)

Gracias al cielo la música que sonaba en la radio lo mantuvo cantando y despierto hasta que llegamos a su departamento.

- Vamos, tienes que ir a la cama - Mencioné.

Lo ayudé a bajar del auto y a caminar hasta que entramos al fin.

- Mi cabeza está invadida por ti - Dijo acorralandome entre la puerta y su cuerpo.

Está borracho pero claro que puede moverse y hacer las cosas por su cuenta, Christopher no es idiota pero finge muy bien.

- Chris, no sabes lo que dices - Dije nerviosa.
- Estoy borracho pero no imbécil ___, claro que sé lo que digo, y estoy seguro de lo que estoy sintiendo en estos momentos - Afirmó.
- ¿Y qué estás sintiendo? - Me atreví a preguntar con muchos nervios porque sus ojos y los míos estaban viéndose fijamente.
- Unas inmensas ganas de besarte - Salió de sus labios.

Él quitó un mechón de cabello de mi rostro y lo coloco detrás de mi oreja, su tacto erizo mi piel.

- Pero no voy a hacerlo, no tengo el derecho de confundirte, no merezco besarte - Dijo con pesar, sus ojos me lo decían todo.
- Tienes razón, no tienes derecho de hacerlo, no lo mereces - Dije directa causando que su rostro se decayera aún más - Pero yo sí merezco hacer lo que me plazca contigo, es verdad que no te guardo rencor, pero tengo que hacerte pagar, y así es como quiero que me pagues, así que no vas a besarme tú, voy a besarte yo -.

Claro que no iba a arrepentirme, porque aunque una parte de mí me decía que Adrien estaba aquí, otra me decía que también quiere probar los labios de Christopher una vez más, y no me iba a negar a ello.
Así que lo tomé por la nuca y sin más estampe mis labios con los suyos, mi lengua pidió acceso a su boca y él no me lo negó, Chris bajó sus manos a mi cintura y dejó caricias, entonces una vez más volvimos a compartir nuestro sabor con el otro, una vez más me dejé llevar por ese cosquilleo en el estómago.

- Quédate conmigo esta noche, déjame abrazarte y besarte, solo eso, no te pido nada más, por favor - Pidió.

Sus ojos me miraban suplicantes, sus manos se aferraban a mi cuerpo, y por más que yo quería creer que podía negarme, las palabras salieron solas.

- Me quedaré contigo Chris - Acepté.

Él me besó nuevamente y yo no me negué, no tenía la fuerza para hacerlo ni quería tenerla, quizá muy en el fondo era algo que estaba esperando.

- Vamos a la cama bonita - Dijo.

Beso mi frente y me guió hasta su habitación.
Mientras él se quitaba la ropa, rápidamente le envié un mensaje a Adrien diciéndole que estaba bien y que volvería más tarde, tendría que inventarle algo después.
Chris me dijo que podía tomar una de sus pijamas, así que únicamente me puse una de sus sudaderas y sin más me acosté a su lado, su calor corporal ya me había envuelto.

- ¿Me das un beso? - Preguntó de repente haciéndome reír.
- ¿Solo uno? - Inquirí divertida.
- ¿Pueden ser todos los que yo quiera? - Cuestionó.
- ¿Por qué no lo descubres? - Sugerí.

Él levantó mi rostro y comenzó a besarme de una forma tan dulce, de la forma más bella.
No quería traer el pasado de vuelta pero jamás sentí tanta ternura de su parte, y al menos por esta noche sabía que lo que pasara podía ser real, podría dejarme momentos bellos a su lado, y sus besos, su sabor, quedaría en mi memoria como un manjar que también me lleno de cariño.

- Quiero que te quedes así conmigo siempre - Mencionó.
- No creo que estés muy seguro de lo que dices, tu brazo amanecerá dormido - Dije divertida haciéndolo reír.
- No me importa, te juro que no me importa, solo dime que vas a quedarte aquí - Pidió.
- Aquí estaré Chris - Aseguré.
- ¿Toda la noche? - Inquirió.
- Quizá incluso hasta el atardecer, cuando me duermo tan tarde me despierto del mismo modo -.
- Por eso te extrañé tanto bonita - Aseguró.

Sus brazos me tenían bien sujeta a su cuerpo, él no me quería soltar y estaba segura de que no lo haría, no hoy, no esta noche, no en este momento, Christopher se quedaría así de cerquita.

- Yo también te extrañé Chris - Confesé.
- ¿Aunque ya no me ames? - Preguntó.
- Nunca saldrás de mi corazón, siempre tendrás un lugar especial en él - Dije sincera.
- Podría esperar una vida entera para que de tus labios vuelva a salir ese te amo que tanto me gustaría oír, sin duda esperaría - Mencionó con certeza.

|¿Dónde está el amor?| Christopher Vélez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora