Las explicaciones, para Andrés y Gaby no eran más que una simple formalidad, porque la verdad era que no las necesitaban. Aquellos objetos eran suficientes para que ellos supieran que era lo que se traían entre manos sus padres.
Franco observó minuciosamente la actitud de sus hijos antes de decir algo. Ya lo sabían, era obvio, ¿Cual otra razón podría existir para que hubiera cuatro bolsas en la sala, llenas de objetos para bebé?
Andrés tenia en sus manos el peluche de jirafa, lo observaba muy bien, dandole vueltas con delicadeza, Franco podría jurar que vio una pequeña sonrisa en el rostro de su primogénito.
Gaby... su reacción fue completamente opuesta a la de su hermano.
Tenia un gorro de bebé con orejitas en color gris en la mano, Sara conocia a la perfección los gestos de su hija...
Gaby miraba aquel accesorio con desprecio, y Sara podía jurar que Gaby estaba conteniendo las lagrimas.
De pronto, la mirada de Gaby se dirigió del diminuto objeto que tenia en sus manos, hacia sus padres, especificamente, hacia el vientre de su madre. Su hermano aun no se hacia visible, pero Gaby sabia que estaba allí.
Y la idea no le gustaba para nada.
Sara y Franco se acercaron con cuidado hacia sus hijos, ambos, intentando articular en sus cabezas una explicación decente. Andrés, al sentirlos cerca, corrió hacia ellos para envolverlos en un abrazo. Él siempre había querido tener más hermanos, uno, o incluso dos más, a pesar de que Gaby era un terremoto, siempre se había preguntado como seria tener más de un hermano, tal y como los tenia su primo Juan David.
Tal vez ahora no seria lo mismo, él tendría dieciocho para cuando su pequeño hermano o hermana llegase, y no podría jugar con él como lo habían hecho sus primos, pero ya quería conocerlo y consentirlo.
—Es una noticia estupenda —Susurró sin soltar a ninguno de sus padres— Las cosas para esta familia solo pueden mejorar a partir de ahora
Sara se sintió algo aliviada al escuchar las palabras de su primogénito. Sabia que podía contar siempre con el apoyo de Andrés, su hijo rara vez se ponia mal con una noticia, siempre intentaba encontrarle el lado bueno a cada situación.
Gaby... se limitó a dejar los objetos en la bolsa que los había encontrado. Murmuró un "felicidades" sin siquiera dirigirle la mirada a sus padres, y subió a su cuarto a la velocidad de la luz.
Franco quiso ir tras ella, pero Sara lo detuvo colocando su mano en el pecho de su marido. "Yo voy" le indicó mientras se dirigía a las escaleras para subirlas. Cuando pisó el primer escalón, escuchó un portazo proveniente de la habitación de su hija pequeña. Sara suspiró, preparandose para una charla que no seria nada facil.
—Mi amor —Susurró detrás de la puerta después de tocar una vez, sin obtener respuesta— Gaby, voy a entrar, ¿si?
De nuevo, no obtuvo respuesta. Abrió la puerta lentamente hasta que pudo ingresar, mientras cerraba la puerta trás ella, pudo ver a Gaby encima de su cama, con sus auriculares puestos, y el celular en la mano. Sara se acercó a ella, tomó asiento en la cama junto a su hija, quien se dió cuenta de la presencia de su mamá, pero fingió no hacerlo. Sara le quitó los auriculares con delicadeza, dejandolos a un lado y obligando a Gaby a mirarla.
Sara podía ver la tristeza en los ojos de su hija, sintió el impulso de abrazarla y así lo hizo, la envolvió entre sus brazos, siendo correspondida por Gaby, que se aferró con fuerza a su mamá.
—¿Que te parece si me cuentas por qué reaccionaste asi, Gab? —Preguntó sin dejar de abrazarla. Sintió como Gaby negaba con la cabeza— Sé que no fue la mejor manera de enterarse, lo siento, mi amor. Íbamos a decirselos hoy, pero tu pap-
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El corazón no olvida (Sarita y Franco)
Fanfic¿Como reaccionarias si el amor de tu vida regresa a casa, pero sin recordar nada de lo que han vivido juntos?