capitulo catorce: padre e hija

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Franco Reyes pensó en pedirle a Juan que lo llevase a casa de Sara, pero desistió de esa idea de inmediato, sabia que debía disculparse con ella y sobretodo con Gaby, y tenia todas las intenciones de hacerlo, pero en ese mismo momento no tenia ni la más mínima idea de que decir para mejorar la situación, ya había quedado demostrado hacia tan solo unos minutos que al menos en ese momento, las palabras no eran lo suyo. Regresó al interior de la casa Reyes donde se encontró con Albin hablando por teléfono, el caballista le indicó con la mano que lo esperara, Franco tomó asiento en uno de los sofás de la sala.

Un par de minutos después Albin colgó el teléfono, se dio la vuelta y miró a Franco, era evidente que al menor de los Reyes le sucedía algo, tenia la mirada perdida en el suelo, con los brazos cruzados sobre su pecho, y un semblante serio.

—¿Que pasó allí fuera? —Preguntó el Español sentándose a su lado—

—La embarré.

—Puedo notarlo por tu cara, pero... ¿Qué hiciste exactamente?

—Le hablé pésimo a Gaby.

—¿A Gaby? pero si esa niña es un ángel, ¿Por qué le hablarías mal?

—A Gab se le ocurrió la maravillosa idea de recrear escenarios de mi vida para que pudiera recordar... y como el doctor Hutton dijo que no debemos forzar nada... simplemente no pude controlarme y le dije cosas horribles para quitarle esa idea de la cabeza.

—¿Qué tipo de cosas? debió ser grave para que tengas esa cara.

—Que no estaba ayudando, que solo era una niña... y que yo no seria su rata de laboratorio.

—¿Le has dicho eso a una niña de catorce años? —Preguntó Albin sorprendido—

Franco asintió y se llevó las manos a la cara, no podía entender que demonios había pasado por su cabeza para reaccionar de esa manera, Debía encontrar la forma de arreglar las cosas con Gaby.

—Ahora debo averiguar de que manera solucionar las cosas con ella... y no será fácil. Sara no me ayudará, estoy seguro

—¿También la cagaste con Sarita? —Franco asintió—

—Escuchó la forma en que le hablé a Gaby, por supuesto que está enfurecida.

—Bueno pero tal vez si ve intenciones de solucionar el problema por parte tuya... te diga que hacer, vamos, Sara no puede enojarse por mucho tiempo.

—Creo que dejaré que la situación se enfríe hasta mañana, si voy a casa de Sara ahora, solo conseguiré enfadarla más.

—Bien.. Franco, hay una cosa que necesito decirte.

—Dime

—Por la mañana regreso a España, ¿Crees que puedes manejar la situación por tu cuenta?

—No lo sé, pero me tocará hacer el intento —sonrió—

—Mira que ya reservé el vuelo de regreso para la fecha de la fiesta de Gaby, ¡Así que más te vale solucionar esto, eh! —Bromeó Albin—

—No te preocupes, será lo primero que haré mañana, tampoco tolero estar sabiendo que ambas están furiosas conmigo.

—Bueno, iré a terminar con mi maleta.

—Te ayudo

Franco intentó pasar el resto del día no pensando en el error que había cometido, Sara no intentó comunicarse con él, por supuesto él sabia que Sara no lo haría, él debía ser quien las buscara.

Norma y Juan notaron raro a Franco, en la cena casi no probó bocado, no conversó, y al terminar se fue a dormir rápidamente, el mayor de los hermanos Reyes estuvo a punto de ir detrás de él para preguntarle que pasaba, pero Albin lo impidió, y les contó todo lo que Franco le había dicho.

El corazón no olvida (Sarita y Franco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora