capitulo cuatro: creer

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Sara miró a su madre y comenzó a reír.

—Mamá, ¿Te parece divertido?

Gabriela Acevedo miró a su hija ofendida, por el gesto de su madre, Norma y Jimena pudieron darse cuenta de que Gabriela decía la verdad, aunque

Sara no quería creerle, Andrés y Gaby Reyes miraron a sus tías, quienes abrieron sus brazos para que estos las abrazaran.

Ni Andrés ni Gaby sabían qué creer.

–Sara, ¿Realmente me crees capaz de bromear con algo así? -preguntó Gabriela dolida-

—Si te creo capaz, mamá, y no me parece de buen gusto hacer esos chistes.

—Sara, tú sabes que he cambiado, jamás haría esas bromas y mucho menos delante de mis nietos.

—Mamá... si esto es una broma jamás te lo voy a perdonar.

Gabriela suspiró y caminó hacia ella, puso sus manos en los hombros de

Sarita, y la miró a los ojos. Sara intentaba descifrar la mirada de su madre.

Sara Elizondo conocía a Gabriela Acevedo a la perfección, pero en ese

momento, tal vez por el miedo a decepcionarse, no se permitía creer lo que su madre le decía.

—Sara, estoy hablando totalmente en serio, no sé qué pasó, no sé dónde

estaba ni dónde está Franco, pero te estoy diciendo lo que acaba de decirme Juan, Sarita. Franco está en San Marcos, en este momento Oscar y Juan

están yendo a su encuentro, tenemos que ir a la hacienda de Juan y Norma.

—Mamá...

Sara le suplicaba con la mirada a su madre que encontrara la forma de hacer que ella creyera las noticias. No era que no confiara en su madre, Gabriela había sido una madre y abuela ejemplar en los últimos años,

incluso si aquella noticia se la hubiese dado alguna de sus hermanas, Sara seguiría sin creerlo.

El corazón no olvida (Sarita y Franco)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora