Nuevas mamás

I

—Esta película es horrible—dijo Eda mientras comía un pedazo de pizza—. No tiene sentido.

—Si, si tiene—su hijo, Hunter, estaba seguro que todo estaba planeado por la madrasta, que nada era real.

—Sisi...—Raine se fijó en la hora de su teléfono—. ¡Ups, tengo que irme al trabajo!

—Mami, no te vayas....—se quejó el pequeño de nueve años

—Tengo que ir al trabajo. Cuando vuelva continuamos con la película—dijo, yéndose de la sala a buscar sus cosas.

Mientras tanto, una niña caminaba junto a su madre por las calles, agarrando su bracito lastimado. Algunas personas le preguntaban si estaba bien, pero al recibir un si por parte de la madre, se olvidaban del problema y seguían su camino.

—Vamos al supermercado—Camila cincho del brazo de su hija, aunque lo tuviera muy lastimado. A ella no le importaba eso.

—¡Auch!—Luz siguió a su madre sin resistirse, obedeciendo, porque así hacen las niñas buenas. Retuvo sus ganas de llorar por el dolor.

Entraron en el supermercado. En un momento, Camila se distrajo hablando con una vecina que se encontró en el pasillo de limpieza. La pequeña camino hacia el pasillo de jueguetes, solo para observar todo lo que no pudo tener y que le encantaria. Siguió caminando, viendo todos los asombrosos juguetes que había visto cuando los niños de su escuela jugaban el recreo. Luz se acercó a un coche de los "Hot Wheels". Cuando estaba por tocarlo, escuchó unos fuertes pasos en su espalda. Se sobresalto, y de puro instinto, se alejo de ese pasillo.

Su madre no se dió cuenta de que no estaba porque estaba tan perdida en su charla. Luz se dió cuenta de que se había alejado mucho de su mami y tenía que volver con ella.

Sin poder reaccionar, una cantidad de personas se pusieron en su frente, para salir de la tienda. Se dejó llevar por la avalancha de personas y salió con ellas. Estaba afuera de la tienda, para bien o para mal. Nerviosa, empezó a caminar por la calle, sin saber bien que hacía ¿Tenía que volver con su mami, verdad? ¿Pero y si no quería? Su mami la iba a castigar por ser mala y alejarse de ella, porque Luz era una niña mala. Agarró su brazo, todavía herido.

Mientras caminaba, la mayoría de las personas la ignoraban, otras la miraban preocupadas, pero ninguna la ayudaba en algo. Camino un par de cuadras, sin rumbo alguno, pero sus piernas caminaban por si solas, y cada vez se cansaban más.

¿Qué estaba haciendo? Debía volver con su mami, sin importar lo que hiciera, lo hacía porque era lo correcto. Ella era mala, no era como los demás niños que le compraban juguetes o que sacaban a jugar a la plaza, no, ella era mala, por eso su mami no hacia esas cosas con ella. Y cuánto más se alejaba, más mala se volvía.

¿Entonces por qué seguía caminando?

Luz vio a un par de niños de la escuela, de esos que le robaban sus útiles y la humillaban en la clase, o que si nos lo obedecía le pegaban. Para no arriesgarse a que la vean, decidió esconderse en un arbusto que estaba a unos metros. Rápido para que no la vean, se agachó y se metió entre las ramas.Se rasguño un poco, pero el dolor más fuerte todavía estaba en su brazo derecho.

Cuando los niños pasaron al lado del arbusto, no se dieron cuenta de la morena escondida en el, así que siguieron de lado. Unos minutos después, Luz decidió por salir de ese escondite y continuar caminando sin saber a dónde. Cuando intento salir de el, se rasguño mucho más que antes. Sentía como las espinas se clavaban en su piel, y la sangre brotando por sus brazos. Dió un grito agudo, sin poder contenerse.

Al salir de el, con un par de esfuerzos, Luz se llevó la sorpresa de que había un hombre viéndola, o mujer, pero no podia darse cuenta por su aspecto. Él la miraba con cara de sorpresa absoluta, sin saber que hacer. Miro al brazo de la niña, con algunos moretones, espinas y sangre brotando desde los codos para llegar hasta su mano. La morena lo escondió enseguida detrás de su espalda. Era un momento incómodo, ninguno sabía que hacer. A Luz solo se le ocurrió una cosa: correr. No debía estar con desconocidos, todos eran malos. Ella o él seguramente lo era.