II

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—La ayudo con la mesa—dijo Luz parándose al lado de Eda, dispuesta a agarrar los platos que estaban en un estante.

—No, no, Luz—Eda se agachó un poco y le tocó el hombro—. Tu siéntate en la mesa junto a Hunter que nosostros servimos la comida.

—E-Esta bien—la pequeña se sentó en la silla dudando.

¿Por qué la estaban tratando tan distinto...? Ya no sabía si lo que hacían era normal, o solo eran unos psicópatas o algo por el estilo. Deberia de estar poniendo la mesa, porque si no estaba comportándose como una verdadera niña mala. ¿Verdad?

Eda calentó la comida que había quedado de la noche anterior: papas fritas con milanesa. Dejo un paquete de arroz a un costado por si a Luz no le gustaba la comida.

Luz se quedó sentada en la silla algo nerviosa por no estar ayudando en ese momento. Cuando Eda puso un plato lleno papas fritas y carne enfrenté suyo, se sintió rara, pero a la vez... A la vez se sintió bien. Nunca había probado algo así en su vida, solo lo vio en los comerciales de la televisión.

La familia Whispers se sentó en la mesa y empezaron a comer, pero los dos adultos miraban expectantes a qué Luz probara su comida, lo que ponía incomoda a la niña.

—¿Quieres qué te cocine otra cosa?—pregunto Raine amablemente.

—N-no, no es necesario—se apuro en contestar.

No quería que desperdiciaran nada en ella.

Hunter miro a la niña con curiosidad.

Luz, bajo la mirada de todos, tomo una de las papas fritas. No estaba segura de comerlo o no, por la idea de que en verdad podía estar envenenado, y tratarla bien era una trampa.

—¿U-ustedes son ma-malos?—pregunto mientras temblaba.

Eda se levantó de su asiento y se arrodilló al lado de la niña.

—Puedes confiar en nosotros. Nunca te haríamos daño—dijo, acariciando la pierna de Luz que raramente no sé alejo.

Las palabras que salian de la boca de esa señora parecían.. tan reales. No sonaba fingido; lo dijo con un tono dulce, cariñoso, uno que nunca antes había escuchado venir, ni de su propia madre.

Más confiada de esas personas, que ciertamente la habían ayudado un poco a curar su brazo, se llevó la papa frita a la boca, y mastico lentamente para después tragar.

—¡Esto es riquísimo! ¡Nunca comí algo así!

Sonrió. Algo que no había echo hace tiempo, y que ablandó el corazón de todos los presentes. Continuo comiendo, mucho más confiada de antes, dejándose llevar por el sabor de la comida e imitó lo que hizo el chico rubio con la mayonesa. Se le cayó un poco en la camiseta, que intentó ocultar lo mejor posible, y siguió comiendo.

Después de que todos terminaron de comer, Raine se levantó antes que Luz y de anticipó le aviso que elle recogería los platos hoy. Eda busco en la heladera que podría gustarle a la niña como postre, y termino sacando unos postres de vainilla par cada uno, que Luz al principio se nego a comer, diciéndo que ya habían echo mucho por ella, pero después de ser consolada por Eda y Raine, lo comió y disfruto al igual que lo anterior, aunque seguía sintiendo algo de culpa por hacerlos gastar tanto.

Estar en la casa de esas personas era de lo mejor que le pudo haber pasado, aunque no se diera cuenta.

—¿Luz, quieres ver algo en la televisión conmigo?

Hunter sabía un poco la razón de porque esa niña estaba en su casa. No sabía la gravedad del asunto; ninguno de los dos. Aunque el fue maltratado antes, con ayuda de sus mamis adoptivas y la oficial Kikimora, a logrado superarlo. No le gusta pensar en el pasado, así que no quería meterse al fondo de todo este nuevo asunto.

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